El máximo responsable de Renfe admite por primera vez que los trenes no funcionarán hasta 2027
Álvaro Fernández Heredia confirma un retraso de un año en la llegada de las nuevas máquinas para la red de Cercanías, previstas para principios de 2026
El máximo responsable de la empresa pública estatal Renfe, Álvaro Fernández Heredia, confirmó ayer lo que ya parecía evidente una vez constatados los retrasos ... en el proceso de fabricación de los nuevos trenes de Cercanías para las redes de Cantabria y Asturias: que no comenzarán a funcionar hasta 2027. Es decir, que los primeros viajeros se subirán un año después de lo prometido -y firmado- por el Ministerio de Transportes.
Hasta ahora, todo hacía pensar que no se cumplirían los plazos. Las pistas eran muchas. El traslado de la fabricación de la factoría de CAF en Guipúzcoa a la de Zaragoza; que las unidades no habían comenzado a coger forma hasta a principios de este año pese a que el contrato se firmó en febrero de 2023; la negativa del número dos del Ministerio, José Antonio Santano, a confirmar el primer calendario previsto en su reciente visita a las obras del desfiladero de La Hermida... Muchas pistas que ahora, por primera vez, derivan en un reconocimiento expreso.
«En principio, estos trenes estarán en servicio en 2027», afirmó Fernández de Heredia en unas declaraciones a la revista especializada 'Trenvista'. Y todo «en principio». Todo si para el verano de 2026 la empresa adjudicataria entrega ya a Renfe la primera de las 31 unidades para poder comenzar en ese momento su homologación, un requisito legal indispensable y que también llevará algunos meses. Este nuevo escenario supone una clara revisión del calendario.
Basta con recurrir a la hemeroteca o a los documentos oficiales. Frente a lo que se dice, lo que se decía. «El objetivo es que en el primer semestre de 2026 contemos con los primeros trenes en circulación». Esa frase es una extracción literal del comunicado de prensa que redactó el Ministerio de Transportes en febrero de 2023. Del día 20 de febrero, cuando el Gobierno de España convocó en Madrid a los ejecutivos de Cantabria y Asturias para pedirles perdón por el retraso -ahora se suma un retraso adicional- de tres años en la llegada de las nuevas máquinas encargadas para renovar de forma completa las redes de Cercanías autonómicas debido al fiasco ferroviario de los trenes que no entraban por los túneles.
La afirmación no se coló por error en una nota de prensa -sigue en la página web del Ministerio- porque ese escenario es el mismo que vienen repitiendo desde entonces los distintos responsables del departamento en intervenciones públicas y documentos oficiales. «Principios de 2026». Al menos los primeros nuevos convoyes para incorporar el resto de forma progresiva hasta alcanzar los 21 comprometidos con Cantabria.
Pese a ello, Santano, el pasado 29 de septiembre, trató de convencer de que la fecha era poco menos que una alucinación colectiva. Que nunca había existido ese compromiso. Que era algo que se había instalado en el imaginario colectivo de los cántabros -y asturianos-, pero que ni mucho menos eso encajaba con el contenido del contrato firmado entre la empresa pública Renfe y la constructora CAF. «Lo que les puedo decir es que Renfe anunció en su momento que en 2026 tendríamos las primeras unidades para ser homologadas y las primeras unidades para ser homologadas van a estar en 2026. Ya saben ustedes que luego hay unos plazos para que esa homologación se produzca, pero eso va a ser así. Es lo que anunció Renfe en su día y es lo que estoy en condiciones de confirmarles», respondió el número dos de Óscar Puente, visiblemente incómodo con la pregunta de El Diario Montañés.
La pasada semana, la presidenta Buruaga pedía a Madrid una aclaración y lamentaba «ver a los socialistas defender lo indefendible con los Cercanías que no llegan». Precisamente, sobre el retraso en los trenes «que no cabían por los túneles», apuntó que «es decepcionante ver cómo se incumplen los plazos». Y pidió al Gobierno central que hable claro. Que si hay retrasos -cosa que ocurre cada día en obras y contratos de todas las administraciones-, que lo digan, pero que no haya ocultación porque «la gente ya no puede soportar que le engañen constantemente». Lo que sí parece seguro es que, hasta que no lleguen los trenes, Renfe mantendrá los abonos gratuitos, que ya solo continúan vigentes en Cantabria y Asturias como parte del paquete de compensaciones por aquel fiasco ferroviario.
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