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Joaquín Casi señala el que es su objeto más preciado, un maletín de cartero ambulante de ferrocarril. Foto: María Gil Lastra | Vídeo: Héctor Díaz

Un museo a la carta en Voto

Joaquín Casi, cartero prejubilado, ha montado en el garaje de casa una exposición con 600 objetos | La muestra gratuita La misiva de Rada está abierta a todo el que quiera conocer la historia y evolución del servicio postal de España

Ana del Castillo

Santander

Domingo, 8 de septiembre 2019, 16:32

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Tras la deslavazada puerta metálica del garaje de Joaquín Casis, en el barrio de Rada (Junta de Voto), no hay lugar para un objeto más. En los 30 metros cuadrados de local hay cerca de 600 elementos para comprender la historia de Correos, entre buzones, taquillas, carteras, bicicletas, motos, sellos, libros y cientos de insignias del servicio postal. Así que solo caben él, un par de visitantes y una conversación, a menudo sobre su profesión, la de su padre -que fue cartero militar- y su abuelo, de cómo se trabajaba antaño, cuando el cartero soplaba la cornamusa para avisar de su llegada, y de cómo ha evolucionado.

La misiva de Rada, que es así como Casi ha bautizado a su pequeño museo, no deja de ser una incuestionable lealtad familiar y laboral. No todos los prejubilados continúan hablando con tanto cariño de lo que ha sido su oficio y el de los suyos. «Es un homenaje al cartero», explica.

Como la mayoría de coleccionistas, Joaquín también tiene un objeto que le hace sacar pecho: un maletín de cartero ambulante por ferrocarril. «Tiene un cajón donde se metían los matasellos y los mapones y en la parte superior la correspondencia», cuenta señalando a una balda que cuelga del techo. El garaje demanda los gestos precisos, ni uno más. Todo está tan meticulosamente colocado que tienes miedo de estropear algo si resoplas. Lo bueno de la exposición -«y de que estoy prejubilado», añade Casi- es que está abierta todos los días del año. O casi todos. Y a todo tipo de público.

María Gil Lastra
Imagen principal - Un museo a la carta en Voto
Imagen secundaria 1 - Un museo a la carta en Voto
Imagen secundaria 2 - Un museo a la carta en Voto

El improvisado museo está diseñado en dos partes. Una primera sala donde el visitante puede encontrar desde antiguos precintos de metal de cartas certificadas y jícaras que se instalaban en lo alto de los postes eléctricos hasta una recreación de una oficina de Correos con muñecos de Playmobil. En el segundo espacio se encuentran los objetos de mayor tamaño, como dos inmensos buzones amarillos –uno de hierro y otro de chapa–: «Para traer uno de ellos hasta aquí fue tela. Me tuvo que ayudar un amigo porque pesa muchísimo». También hay una moto con matrícula del ministerio, una alforja de cartero a caballo del año 76, una saca del servicio aéreo del 86, las últimas máquinas de escribir utilizadas por Correos y la primera guía de código postal, que se editó a mediados de los 80.

Gratuito y para «todos»

Joaquín Casi (Bilbao, 1966) entró en el servicio postal con tan solo 19 años y se conoce a la perfección el callejero de Santoña, Soria, Granada y Vizcaya, lugares en los que ha trabajado. Lleva 15 años residiendo en Cantabria, donde se prejubiló por enfermedad a los 38 y desde entonces ha ido recopilando 'cachivaches' gracias a amigos, a donaciones e incluso a desconocidos que le contactan a través de la página de Facebook del museo: «Esta tarde marcho a Bilbao a recoger una serie de artículos que me va a donar una chica que me localizó a través de las redes sociales. Mejor exponerlos y que enseñen algo de historia que tirarlos, ¿no?», pregunta Casi.

Lo ideal para este coleccionista sería recibir apoyos de algún tipo de institución que habilitara un espacio más grande para ampliar el museo, pero de momento se conforma con mostrar al público lo que con tanto cariño y pasión ha ido seleccionando a lo largo de los años.

La muestra La misiva de Rada, de acceso gratuito, se abrió al público el pasado 25 de julio con la visita de dos amigos y el horario lo marca el interesado y el coleccionista, que está dispuesto a hacer de guía e ir explicando cada objeto: «Pueden venir cuando quieran, tengo total disponibilidad. El que quiera ver mi 'museíllo' -como él lo llama cariñosamente- solo tiene que escribirme por Facebook o llamarme por teléfono». ¿Número? 685417123.

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