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Casado junto a Buruaga, Beitia e Igual, antes de entrar en la sala. Héctor Díaz

Nervios, corrillos, besos, bandos y entradas triunfales

Juntas pero no revueltas, las candidatas y la presidenta del PP han mostrado el apoyo a su partido sin acercar posiciones entre ellas

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Jueves, 10 de enero 2019, 14:28

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Faltaban 30 minutos para que empezara el acto oficial de presentación de candidaturas y la sala del Hotel Santemar se iba llenando. La primera en aparecer fue Isabel Urrutia, que junto al equipo de comunicación, comprobaba que todo estuviera listo en el recinto preparado para 150 personas. No podía dejarse ningún cabo suelto.

En un ambiente de nerviosismo palpable y corrillos varios, iban llegando militantes y también diferentes cargos del partido. El diputado Francisco Rodríguez Argüeso y José Manuel Igual tomaban café. El grueso del equipo municipal de Gema Igual llegaba a la vez y varios alcaldes populares que Buruaga consiguió reconducir tras el congreso aparecían en el acto. Abrazos, palmadas, sonrisas. Pero a unos u otros. Sin mezclarse, en una sala que se ha quedado pequeña para la afluencia de público.

'Garantía de futuro para España', se leía en el cartel que copaba el fondo de la sala, sobre una imagen de la bahía de Santander, iluminada por potentísimos focos. A las 12.00 horas, Ruth Beitia llegaba al hotel. Mientras, María José Sáenz de Buruaga acudía al aeropuerto a recoger al líder popular, como mandan los cánones. El exdelegado del Gobierno, Samuel Ruiz, llegó tres minutos antes de que comenzase el acto. Esperando en primera fila, Ana Madrazo y Roberto Media. Más seria entró la senadora Esther Merino, seguida de la también senadora Blanca Martínez, afines a Beitia, como Santiago Recio o Mercedes Toribio. Los equipos municipales de Torrelavega o Alfoz de Lloredo buscaban, mientras, su hueco en la sala.

Las cosas del protocolo han hecho que Casado y Maroto entrasen en coche directamente al garaje del hotel, mientras Gema Igual y Ruth Beitia esperaban en la puerta para recibirles. Cuando ellas se han retirado, los dos dirigentes nacionales han aparecido andando. Ha sido una de las anécdotas del día, sobre la que Igual ha bromeado: «Jugar al escondite con nosotras no está bien». Habrá, entre los militantes, quien comparta esta máxima.

No ha habido declaraciones. No se deja nada a la improvisación en un día señalado en el calendario de los populares cántabros. No puede haber palabras fuera de guión. Con Casado ya en el edificio, en la entrada de la sala se ha formado un pasillo expectante mientras docenas de fotógrafos y cámaras se agolpaban para captar la llegada de los actores principales en esta jornada.

A ritmo de una versión rock del himno de los populares, Casado y Maroto han entrado en la sala seguidos por María José Sáenz de Buruaga, Gema Igual, Ruth Beitia, Diego Movellán y el resto de miembros de la cúpula del partido. La foto en el escenario ha reunido a las dos candidatas ya oficiales y finalmente a la presidenta del PP. Curiosamente, las tres de negro.

Si Casado y las dos candidatas han sido aplaudidos, también ha recibido una ovación Buruaga, visiblemente emocionada y que durante las intervenciones ha estado sentada a la derecha de Casado, mientras al otro lado se ha sentado Beitia.

Durante las intervenciones también ha habido palabras de respaldo hacia Buruaga, sobre todo por parte de Casado, que ha destacado que ha sabido estar «a las duras y a las maduras» y también por parte de Igual, que ha asegurado que cuentan con «la mejor presidenta del PP».

Finalizadas las intervenciones, de Casado e Igual a viva voz, y de Beitia leyendo todo el discurso para la ocasión, una nueva foto conjunta y bajada del escenario, cada uno para recibir el apoyo de los suyos, en una especie de mini mítines que bajo las mismas siglas, congregase a varias familias.

Más de quince minutos tardaron en terminar este besamanos sin manos, posando con unos, haciéndose 'selfies' con otros, antes de llegar a un nuevo cuello de botella en la puerta giratoria del hotel. En el paseo hacia un local cercano, donde es poco probable que hayan brindado juntos, Casado decía que «para ser enero, hace bastante sol». Hasta en las mejores casas, toca hablar del tiempo cuando no hay conversación.

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