Ángel Suárez
El empresario cree que el adelanto del horario de cierre de las terrazas tendrá en el sector «un impacto brutal»
El hostelero asturiano Ángel Suárez (Gijón, 1989) se ha convertido con solo 36 años en el principal punto de apoyo del ocio nocturno de Santander. ... Raro sería salir a tomar una copa y no acabar en una de las barras de los numerosos negocios que ha ido adquiriendo en una ciudad a la que él siente que pertenece. El Coppola, el Rosé, el Luciano, la Tienduca, el Rocambole, la Floridita, el Gambrinus, el Estrago... Todos son suyos. La noche es suya. Y el premio al Empresario joven. Y la portavocía de un colectivo que no solo se ha hecho un hueco en la sala de máquinas que mueve al turismo en la región. También lo tiene, por derecho, en la Asociación de Hostelería de Cantabria.
–Usted se enrola en la junta directiva...
–...Coincidiendo con la pandemia. Yo siempre había ido a mi bola, siempre he sido muy escéptico con eso del asociacionismo, pero la situación era tan preocupante, y tan injusta, que decidí que algo había que hacer.
–¿Injusta, por qué?
–Por algunas decisiones políticas que se tomaron en los despachos y que nunca tuvieron en cuenta a nuestro sector.
–Desde ese lugar de privilegio, ¿qué diagnóstico hace de la noche de Cantabria?
–La hostelería en su conjunto es uno de los motores fundamentales de Cantabria y de Santander, una ciudad que por sus cualidades, excepcionales, está atrayendo en los últimos años a un turismo de calidad y a la que se puede explotar, de día y de noche, sin hacer que pierda su esencia. Para mí la tendencia es positiva. El sector ha superado ese bache en el que cayó tras el boom que hubo allá en los años noventa (y que yo no llegué a conocer), y la tendencia es muy positiva. El ocio nocturno que ofrece Santander es, hoy por hoy, de una calidad inmensa.
–Pues hay quien dice que somos la 'Magaluf del norte'.
–Sí. Y cuando escucho esas cosas me da la risa.
–¿Por qué?
–La noche aquí es mucho menos de lo que era hace veinte años. Y su oferta es de mayor calidad que la de aquellos otros tiempos. Mire, el que dice eso ni conoce Magaluf ni, probablemente, conoce Santander.
–Ya.
–Quien hace esos comentarios igual debería preocuparse por las fiestas que hacen algunos ayuntamientos y en las que no existe ni la cuarta parte del control que ejercemos nosotros dentro de nuestros locales.
–El 'tardeo' es un fenómeno que gana terreno en toda España. ¿Aquí también o aún nos gusta más trasnochar?
–Se dice que se va a comer la noche, sí, pero yo no creo que vaya a ser así. El 'tardeo' tiene su espacio igual que lo tiene la noche. Al final de lo que se trata es de que los locales de ocio nocturno sean un poco más versátiles y trabajen más horas porque los márgenes de beneficio que tienen hoy son ridículos.
–¿Los que hoy alimentan al sector por la tarde son los que ayer lo alimentaban por la noche?
–Que la tarde es propicia para quienes les gustaría salir por las noches pero no pueden por sus distintas circunstancias laborales o familiares, es indiscutible. Y que la noche es cada vez más joven, también. Pero todo es cuestión de gustos.
–El sector del ocio nocturno no solo ha visto alterarse las horas. También los días.
–¿Los días clave, quiere decir?
–Sí. En los últimos años han cobrado su relevancia Halloween, el primer viernes de Navidad, la 'tardebuena', la 'tardevieja'...
–...Y Santiago, toda la semana. Los diez días son espectaculares. Viene muchísima gente.
–¿Y eso no supone un problema?
–No si tenemos la capacidad suficiente como para dar el servicio que se merecen todos esos visitantes, que, le recuerdo, vienen a Santander a dejarse su dinero. No. Para nada.
–¿Se les ha caído alguna fecha?
–Carnaval. La hemos perdido porque, a diferencia de Halloween, que todos sabemos qué día es, Carnaval nadie sabe exactamente cuándo es.
–Y eso dificulta una buena planificación previa.
–Exacto. Diciembre, en general, es un mes muy bueno para nosotros, porque en este mes regresa mucha gente que vive fuera y la que vive aquí quiere disfrutar, se acumulan los eventos festivos, las comidas, las cenas, las celebraciones navideñas...
–...Los botellones...
–...También, sí.
–¿Cómo creen que pueden sacar a los jóvenes de un parque y meterlos en un local?
–El de los jóvenes es un problema económico, principalmente. Nosotros siempre decimos que el mejor cliente que podemos tener es un joven que trabaje y que esté viviendo con sus padres, que no tenga cargas económicas, porque el dinero que gana es para su ocio y disfrute.
–Esa especie no abunda.
–No, por desgracia.
–Porque eso de abaratar el precio de las copas no lo contemplan, claro.
–Es que el margen de ganancia es de por sí ridículo.
–¿Ustedes por cuánto venden una copa?
–En los pubs punteros de Santander puede estar entre los 8 y los 9 euros.
–¿Y cuánto les cuesta?
–En torno a los 2 euros, 2 y poco, pero no olvide el coste del alquiler del local, los costes laborales, que son un auténtico disparate, los proveedores, los servicios... Tener un margen de ganancia del 15% es un éxito.
–¿El ocio nocturno de Santander es asequible?
–Depende de a quien pregunte. Para un madrileño es un regalo porque está acostumbrado a pagar precios mucho más elevados. Por eso a nosotros el verano nos va tan bien, porque vienen muchos madrileños, que son una clientela con un poder adquisitivo bastante alto. Pero, en general, yo diría que estamos al nivel de Asturias o de Galicia.
Las terrazas
–El Ayuntamiento de Santander les acaba de dar en toda la cara con la nueva ordenanza municipal de terrazas.
–Sí.
–El sector pide una normativa «que proteja el descanso vecinal pero no apague la ciudad». ¿Esto, exactamente, qué quiere decir?
–Una de las cosas que más llaman la atención de Santander es esa imagen viva de la ciudad, y esa te la proporciona la hostelería. La diurna y la nocturna. A todos nos gusta ir por calles vivas, a nadie le gusta ir por calles vacías. En este plano nos encontramos a gente que quiere descansar, porque está en su derecho, y yo, créame, lo respeto, y a gente que a causa de esta norma va a tener que cerrar su negocio y que es en la que también tenemos que pensar y con la que yo me identifico mucho.
–¿Si en lugar de representar a la asociación del ocio nocturno representara a la asociación de vecinos con derecho a descansar diría lo mismo?
–Hombre, si representara a esa asociación igual también pediría que el camión de la basura no pasara a las dos de la mañana porque me molesta. Se pueden pedir tantas cosas....
–En Santander hay 690 terrazas. Su horario de cierre se adelantaría de las 03.00 a las 00.00 h. Si se aplica a los 365 días del año, eso conllevaría una pérdida de 700.000 horas de trabajo anuales. ¿Qué impacto puede generar en el sector?
–Pues imagíneselo. Sería brutal. Como le he dicho antes, hay negocios que van a tener que cerrar, y decir que hay negocios que van a tener que cerrar, que hay gente que va a perder su trabajo por una normativa municipal, es tan duro como decir que hay gente que no puede dormir.
–La nueva Ley del Tabaco entrará en vigor en 2026 incorporando la prohibición de vapear en los locales de ocio y de fumar en las terrazas.
–Sí. ¿Y por qué en las terrazas y no en otros espacios públicos? A mí, la verdad, me parece que es una medida desproporcionada, para empezar porque estamos hablando de la vía pública, donde el fumador tiene el mismo derecho a fumar que el no fumador a no fumar.
–Antes ha dicho, y subrayado, que el ocio nocturno de Santander tiene una calidad inmensa.
–Es así.
–¿En qué lugar cabe poner ahí a los 'afters'?
–Los 'afters' han hecho una interpretación retorcida de la ley para funcionar en esos horarios en la forma en la que lo hacen. A mí, personalmente, me incomodan. Es verdad que la imagen que transmiten no es buena para el ocio nocturno.
«Solo pido que nos consolidemos, que no seamos una moda pasajera»
La pandemia del coronavirus se instaló en la memoria de los hosteleros españoles como el peor de sus recuerdos. Una súbita bajada a los infiernos que ninguno podrá olvidar por las gravísimas heridas que les provocó a la mayoría en términos económicos y laborales y que obligó a muchos de ellos a bajar la persiana para siempre. «Aquel fue un palo durísimo». Pero en la búsqueda del mejor, el abanico se abre.
–Si le digo la verdad, no sabría identificar un momento puntual. Pero mire, cuando uno tiene locales como los que yo tengo, a los que la gente va a divertirse, no hay mayor satisfacción que sentir que estás cumpliendo con sus expectativas.
–¿Con quién se iría usted a tomar una copa?
–Quizá pueda resultar repetitivo o, en su caso, poco original, pero por su edad, por su personalidad, por sus grandes valores, por todo cuanto representa, con Rafa Nadal.
–¿Y a quién le pondría un buen 'garrafón'.
–En España tenemos un problema muy grave con la política. Creo que no está a la altura de otros sectores como por ejemplo el empresarial.
Pasado y futuro
–¿Qué nota le pone a 2025?
–Ha estado bien. Bastante bien. Yo le pondría un notable, un 7. Sí he echado de menos una mejor consideración de este sector, un mayor respaldo, más apoyo, porque creo que se lo merece. Solo se habla de nosotros cuando hay problemas o polémicas, no se habla del esfuerzo que estamos haciendo los hosteleros –sobre todo aquellos que están entrando ahora en la noche y que son referentes en este ámbito– por mejorar la imagen y la calidad del ocio nocturno de la ciudad, que, como le he dicho antes, es inmensa.
–¿Y qué espera de 2026?
–Que se den las circunstancias para que el sector se consolide, que el ocio nocturno de Santander no sea una moda pasajera sino un punto de referencia fijo, y que seamos conscientes de que aquí no se trata de llegar sino de mantenerse donde has llegado, y eso solo se consigue ofreciendo a los clientes el mejor servicio posible.
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