El procesado por un intento de homicidio en el grupo San Francisco admite los hechos

De acuerdo con el escrito de la Fiscalía, que inicialmente solicitó para el procesado una condena de nueve años de reclusión por un delito de tentativa de homicidio, los hechos se produjeron el 27 de agosto de 2020 en el Grupo San Francisco, en Santander, donde, ya casi al anochecer, el agresor se acercó a su víctima, un vecino con el que al parecer «mantenía frecuentes disputas», y le asestó dos cuchilladas que le alcanzaron a la altura del pecho. En esa acción, añadió el fiscal, al agresor se le cayó el cuchillo, razón por la que se dio a la fuga «sin poder completar su acción homicida».

El acusado es Óscar P., conocido en el barrio como 'El Canario', de quien el fiscal recordó que, seis años antes de ocurrir este hecho, ya protagonizó otro «calcado». En aquella ocasión también agredió a otro hombre con un cuchillo, también lo hizo dos veces, también a la altura del pecho y también en el Grupo San Francisco, si bien entonces lo hizo en el interior de un bar.

Óscar P. reconoció los hechos, lo que le valió una rebaja de la condena, que se reduce de nueve a siete años y medio de cárcel, aunque negó que fuera él quien iniciara la agresión. «Él se abalanzó sobre mí, no yo sobre él», quiso puntualizar el encausado, que reconoció haber mantenido «varios enfrentamientos» con la víctima por los que él se sentía «un poco agobiado».

También negó haberle gritado 'te voy a matar' y que tuviera la intención de hacerlo realmente, a pesar de que durante el altercado le asestó dos cuchilladas que, de acuerdo con los dos forenses que prestaron declaración, «no afectaron a ningún órgano vital si bien sí se produjo una afectación pulmonar».

En su declaración, la víctima, que también reconoció haber mantenido con su agresor algunos enfrentamientos previos, relató que, la noche del suceso, salió de un bar en dirección a otro en el que se había dejado unas pertenencias y, de vuelta, escuchó a alguien aproximarse a él por la espalda.

«Me giré y vi a este señor blandiendo un cuchillo y gritando que me iba a matar», dijo el hombre. «Me dio dos cuchilladas, pero porque en el forcejeo se le cayó el cuchillo al suelo y optó por huir, porque si no me hubiera dado un montón», aseguró el agredido, convencido de que el procesado quería terminar con su vida allí «porque este es de los que cumple con sus amenazas».