Fernando Ruiz
El presidente del Colegio Oficial Veterinario de Cantabria aborda las diferencias que presenta la dermatosis frente a anteriores enfermedades
Con el objetivo de ayudar a la población a comprender la situación actual de la enfermedad, Fernando Ruiz arroja luz sobre la dermatosis nodular.
–Para situar a los lectores que todavía no lo tengan claro, ¿qué es exactamente la dermatosis nodular?
–Es una enfermedad vírica que afecta al ganado bovino y sin incidencia en las personas, ya que no es una zoonosis. Se contagia por distintas vías, por contacto directo entre animales contagiados, a través de fómites -o de superficies inanimadas que luego tengan contacto con el siguiente hospedador- o, incluso, a través de un vector como puedan ser garrapatas, moscas y tábanos.
–¿Cuáles son sus síntomas?
–Por una parte, es un poco inespecífica con secreciones oculares, nasales, fiebre y una bajada importante de la producción. Y luego hay un aspecto que es bastante diferenciador, que son unos nódulos que aparecen de manera subcutánea, circulares, en distintas partes del cuerpo y que son altamente contagiosos. Es lo que le diferencia del resto de enfermedades que presentan un cuadro clínico parecido.
–¿Dónde se origina?
–Para nosotros es casi nueva, por así decirlo. Es una enfermedad centenaria con origen en África, que tuvo su propia evolución allí y ha ido progresando hacia la zona oriental, incluso del Mediterráneo oriental, y nos ha venido por la región de los Balcanes. Ya es una enfermedad centenaria de las denominadas antiguamente como exóticas, que desgraciadamente dejan de serlo poco a poco para ser cotidianas.
–¿Cuál es la tasa de mortalidad y morbilidad en bovinos?
–En bovinos, una vez que entra, la mortalidad está en torno al 5% o 7%, y la morbilidad se sitúa entre el 25% y el 30%.
–Esta enfermedad no es la última que azota al sector ganadero. ¿Por qué proliferan tantas en los últimos años?
–Hay un factor que es determinante, que es el cambio climático. Nosotros tenemos ahora la presencia de vectores que tradicionalmente no estaban por esta zona y que con el cambio climático encuentran una situación mucho más favorable para desarrollarse, tanto en temperaturas como en humedad, y con ello favorecen que traigan todas las enfermedades asociadas a ellos.
–Y la mayor movilidad...
–Es otra parte fundamental de los cambios que se viven tanto en los sistemas productivos como en la movilidad de la gente y de los animales. La manera de viajar antes se hacía completamente distinta a la de hora y eso también lleva a comunicar muchos entornos distintos, que al final puede derivar en esta consecuencia.
«Los nuevos vectores que llegan a esta zona, se encuentran en una situación más favorable para desarrollarse»
«Sería poner en riesgo a la cabaña porque no se podría distinguir un positivo por vacuna o por infección natural»
–¿En qué se diferencia la dermatosis nodular de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) o la lengua azul?
–Aunque son también víricas y tienen un contagio parecido, hay una diferencia que es fundamental y es que la categoría de esta enfermedad es grupo A y las otras no lo son. El hecho de tener esta calificación obliga a una serie de protocolos a la hora de luchar contra ella, que son completamente distintos a las de las otras dos, que además tienen una forma de contagio vinculada de forma exclusiva a la existencia de un mosquito. Por lo tanto, atacando a ese mosquito tenemos controlada la progresión de la enfermedad. Aquí hay distintas formas de contagio.
–¿Cuál es la mejor forma de prevenir ante los focos que están surgiendo sobre todo en Girona y en la zona oriental de Pirineos?
–Tenemos que tener cuidado con los insectos, que son transmisores, con desinsectación y desinfección y, por otra parte, con las zonas que también pueden ser contagiadoras, tenemos que hablar de los fómites. Un caso son los camiones, estas formas habituales de transportar a animales y en los que puede haber suciedad. Ya que en este aspecto podemos encontrarnos que estos contagios lleguen a casa, con lo cual tenemos que tener muchísimo cuidado con la limpieza fundamentalmente. Y luego, como no puede ser de otra manera, los movimientos de los animales restringirlos en la medida de todo lo que sea posible.
–¿Cómo se actúa ante un positivo?
–La granja que tiene un positivo a día de hoy, lo que se tiene que producir es un vaciado sanitario. Se tienen que sacrificar a los bovinos en la misma granja, y esto es una particularidad respecto de otras enfermedades. Una vez sacrificados, esos animales tienen que incinerarse. A partir de ahí, si pasado un período de 45 días se puede volver, si todo va como tiene que ser, se puede volver a introducir animales. En el perímetro de los 50 kilómetros hay un protocolo de vigilancia y vacunación en el caso de que no haya positivos.
–¿Por qué no se puede vacunar?
–No es legal. Es poner en riesgo a la cabaña porque en el momento en el que aparezca un positivo no se puede distinguir si es un positivo por vacuna o es un positivo por infección natural.
–¿Qué mensaje se le puede transmitir a la sociedad sobre el consumo de productos de origen animal o incluso de alguno que pueda estar afectado?
–Absoluta tranquilidad. Aparte de que los positivos se sacrificarían, los productos de vacas -carne, leche o sus derivados- con dermatosis se podrían consumir sin ningún tipo de problema.
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