La prórroga del Presupuesto dejaría maniatado al Gobierno sin nuevas inversiones ni reforma fiscal
La última vez que Cantabria no aprobó sus Cuentas fue en los años 1992 y 1994, con Juan Hormaechea como presidente y con un conflicto político agudo en el Parlamento
Cantabria está abocada a una prórroga del Presupuesto por primera vez en treinta años si PRC y PP no reconducen su enfrentamiento. La negativa de ... María José Sáenz de Buruaga a negociar con Vox y la minoría parlamentaria del PP obligarán al Gobierno a encarar el año 2026 con exactamente el mismo dinero que este año: 3.740 millones de euros. Ni un céntimo más pese a que el documento que el Consejo de Gobierno presentará en la Cámara en los próximos días, tras su registro oficial el pasado viernes, asciende a 3.913 millones.
Para encontrar el último precedente de prórroga presupuestaria en Cantabria hay que remontarse más de tres décadas atrás, a 1992 y 1994, con Juan Hormaechea como presidente y un Parlamento sumido en una profunda crisis política y de estabilidad. A partir de entonces, con la llegada del bipartito PP-PRC y después la alianza de los regionalistas con el PSOE, además de la legislatura en solitario de Ignacio Diego, la región siempre contó con unas Cuentas actualizadas y aprobadas en tiempo en la Cámara. Solo en 2017 se retrasaron dos meses por la negociaciones entre PRC, PSOE y Ciudadanos.
Las claves
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Proyectos Obras clave como el Mupac y La Pasiega no se verían afectadas porque cuentan con partida plurianual
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Usos El superávit generado por ingresos extra solo puede utilizarse para amortizar deuda
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Maniobras El Gobierno puede mover dinero entre partidas, pero con límites al no existir la figura del decreto ley
Ahora la situación es muy distinta. Si el PP no suma tres votos a favor a los quince diputados que ya tiene, la prórroga de las Cuentas de 2025 será automática, lo que evitará un vacío legal a costa de la flexibilidad para generar nuevas inversiones o afrontar las reformas fiscales anunciadas por Buruaga. Es decir, permite continuar el gasto corriente para no paralizar al Gobierno, pero imposibilita todas las medidas vinculadas al crecimiento.
Pero, ¿exactamente qué podría y no podría hacer el Ejecutivo si se ve forzado a la prórroga? El consejero de Economía tendrá los mismos 3.740 millones de este año sobre la mesa, pero no necesariamente tendrá que gastarlos de la misma manera. Podrá moverlos de un sitio a otro para reforzar determinadas partidas. Por ejemplo, si el PP quiere subir la nómina a los docentes, necesitará quitar 17 millones de un lado para llevarlos a Educación. Igual que los 97 millones que Buruaga ya había anunciado que incrementarían las cuentas de Sanidad. Algo sumamente complicado en un Presupuesto como el de Cantabria, donde la mayoría del gasto ya está comprometido para pagar el sueldo de los funcionarios y cubrir los servicios públicos esenciales. El margen de maniobra es pequeño en un Presupuesto nuevo, así que en una prórroga es mínimo.
Restricciones
Además, la libertad de movimientos entre partidas no es total. Hay restricciones marcadas por la ausencia de la figura de los decretos ley y por la propia Ley General Presupuestaria. El Gobierno, por ejemplo, no podrá sacar dinero de los capítulos 6 y 7 (inversiones y transferencias de capital) para llevarlo al capítulo 4 (el dedicado a transferencias corrientes).
Obras clave en marcha como el Museo de Prehistoria y Arqueología (Mupac), el polígono de La Pasiega y la protonterapia de Valdecilla no se verán afectadas por la prórroga, ya que cuentan con partida pluarianual propia. Pero el Ejecutivo no podrá añadir nuevas inversiones. Todo el dinero extra que ingrese sobre los 3.740 millones deberá apartarse en Tesorería y utilizarse exclusivamente para amortizar deuda.
La presidenta no podrá ahondar en la reforma fiscal que puso en marcha cuando llegó al Gobierno en 2023. Para el próximo año había anunciado un nuevo paquete de medidas dirigido a movilizar el mercado de vivienda y a ayudar a las personas con discapacidad o una enfermedad rara. «Estamos en un proyecto de cambio imprescindible, que no es cosmético, que no es solo de caras ni superficial, sino estructural y muy profundo», dijo. Algo que no podrá cumplir con una prórroga presupuestaria.
Al PP no le vale empatar a votos: la abstención de Vox sería insuficiente
La minoría del Gobierno del PP en el Parlamento de Cantabria le deja pocas alternativas para sacar adelante el Presupuesto. Ya en la legislatura 2015-2019, el bipartito PRC-PSOE se enfrentó a una situación similar, pero con las matemáticas a su favor.
Aquella alianza entre regionalistas y socialistas sumó diecisiete escaños hace una década, por lo que tenía enfrente a dieciocho diputados de la oposición. Salvó sus dos primeros Presupuestos con la abstención de Podemos y, después, de Ciudadanos. Es decir, diecisiete a favor, quince en contra y tres abstenciones. Le salieron las cuentas.
Pero Buruaga lo tiene peor ahora. El artículo 94.1 del Reglamento del Parlamento dice lo siguiente: «Cuando ocurriere empate en alguna votación, se realizará una segunda y, si persistiese aquél, se suspenderá la votación durante el plazo que estime razonable la Presidencia del Parlamento o de la Comisión. Transcurrido el plazo se repetirá la votación y, si de nuevo se produjese empate, se entenderá desechado el dictamen, artículo, enmienda, voto particular o proposición de que se trate».
Es decir, si por ejemplo el diputado no adscrito Cristóbal Palacio da su voto al PP sumarían dieciséis frente al mismo número de escaños de PSOE y PRC, en contra. Así que la abstención de Vox lo dejaría en empate y, por tanto, no se aprobaría el Presupuesto de 2026. La presidenta de Cantabria necesita, sí o sí, que PRC o Vox voten a favor. Un escenario que parece muy lejano a día de hoy.
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