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Un grupo de personas que se encuentra estos días en Santander, tras concluir la visita a la catedral de la ciudad.

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Un grupo de personas que se encuentra estos días en Santander, tras concluir la visita a la catedral de la ciudad. Roberto Ruiz

La lluvia y el frío condicionan la ocupación hotelera, que sólo supera el 70% en Santander y Potes

Los turistas optan por planes de interior como la visita a las cuevas o los museos. El mes de abril se despidió ayer con nieve en zonas de Campoo y de Liébana

Daniel Martínez

Santander

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Martes, 1 de mayo 2018, 07:15

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Bastaba con dar ayer una vuelta por los lugares acostumbrados a recibir a visitantes para comprobarlo. Santillana del Mar, Comillas, Santander... Turistas hay, pero muchos menos de los que se esperaban para un puente de mayo en el que los hosteleros auguraban rozar el lleno absoluto. El mal tiempo les ha hecho volver de golpe a la realidad y ha echado por tierra las previsiones más optimistas. De media, el sector hostelero calcula que entre el viernes y hoy han estado ocupadas alrededor del 70% de las habitaciones que se ofertan en Cantabria. El dato es algo superior al que se registra un fin de semana normal, pero supone un «pinchazo» en toda regla. El segundo en menos de un mes.

«Es una fotocopia exacta de la Semana Santa. Y todo es por culpa de la lluvia. Hemos tenido mal tiempo, aunque ha dado peor de lo que finalmente ha hecho», apunta Ángel Cuevas, presidente de la Asociación de Hostelería de Cantabria.

Pero hay excepciones. En el hotel Santemar, por ejemplo, los clientes que apuraron la reserva hasta última hora se encontraron con problemas para encontrar cama, aunque no ha sido ni mucho menos la tónica habitual. «Estamos muy contentos. Ha habido más gente que el año pasado porque el puente ha sido más largo y porque hace doce meses cayó más cerca de la Semana Santa», apunta Francisco Agudo, director del establecimiento. En este caso, «apenas ha habido cancelaciones», una situación que sí han tenido que hacer frente en muchos otros lugares. Por ejemplo, en los Paradores Nacionales en la región. José Carlos Campos, su responsable, sí reconoce que algunas reservas se han caído a última hora. Y los que apuraron para ver si las predicciones del tiempo se corregían finalmente se han quedado en casa o han optado por otros destinos.

«Es una fotocopia exacta de lo que pasó en Semana Santa. Y todo por culpa de la lluvia»

Ángel Cuevas Asoc. de Hostelería de Cantabria

«Nosotros apenas hemos tenido cancelaciones. Aquí estamos contentos porque ha habido mucha gente»

Francisco Agudo Hotel Santemar

«Cuando hace así la gente busca planes bajo techo. Los museos en la ciudad y las cuevas en la provincia»

Roberto Ontañón Museo de Prehistoria

«Es un hecho contrastado: cuando hace malo la afluencia de visitantes es mucho más importante»

Gerardo Castrillo Museo Marítimo

Según los datos de los hosteleros, las dos únicas zonas que superan ese porcentaje son la capital y Liébana, donde la ocupación se quedará finalmente entre el 75% y el 80%. En su opinión, si los empresarios no hubieran ajustado tanto los precios o no hubieran recurrido a ofertas especiales la valoración habría sido mucho peor.

En Santander, los turistas que esperaban estrenar la temporada de playa -los que no habían visto la previsión meteorológica, porque las precipitaciones y el frío no han llegado por sorpresa- se quedaron con las ganas. No es que estuviera prohibido, pero con las nubes descargando y temperaturas que no pasaron de los 12,4º, cuando lo normal en esta época del año es que ronden los 20º, el contexto no era el más favorable. En vez de bañador, tocó paraguas y chubasquero. En vez de El Sardinero o un paseo por el faro, visita a lugares cubiertos como el Centro Botín, que estos días ha sido uno de los principales focos de recepción de visitantes.

«Cuando hace así sabemos que la gente busca planes bajo techo. No hacen falta excusas porque son un atractivo muy importante, pero la opción más habitual en la ciudad es ir a los museos, y en el resto de la provincia uno de los lugares en donde mejor se está es en las cuevas. Sabemos que si la mala meteorología coincide con un puente o un fin de semana la demanda va a oscilar muchísimo», subraya Roberto Ontañón, responsable del Museo de Prehistoria y Arqueología y de las cavidades con arte rupestre, quien confirma que la correlación entre lluvia y aumento en el número de visitantes es «evidente». De unos pocos cientos a cifras de cuatro dígitos. Y lo mismo ocurre en el Museo Marítimo del Cantábrico. «Es un hecho contrastado. No tenemos todavía los datos de estos días, pero cuando hace malo la afluencia de visitantes crece de forma muy importante. Con meteorología adversa nos convertirnos en la mejor alternativa», confirma su director, Gerardo Castrillo.

Ontañón afirma que esto requiere un esfuerzo de planificación añadido que no siempre evita las colas en las taquillas: «En días como estos hay una auténtica avalancha de turistas y por desgracia algunos se tienen que quedar fuera». Por eso recomienda que, si el visitante sabe que va a tener que cambiar de planes por el mal tiempo, realice antes de ir a la cueva una reserva previa. Así se evitará el viaje y no se quedará con las ganas.

Récord de lluvias

El mal tiempo no permitió a Cantabria batir un récord de turistas pero sí quedarse con el récord de precipitaciones del día a nivel nacional. En la zona del alto Miera, y en concreto en el municipio de Soba, se registraron 22,2 litros de agua hasta las 20.00 horas. La segunda marca también se quedó en la región gracias a los 18,8 litros de Villacarriedo. En Santander cayeron 16 litros y otros 15 en San Felices de Buelna. En cuanto a las temperaturas, las máximas sólo pasaron de los 12º grados en dos de las estaciones medidoras de la Agencia Estatal de Meteorología en Cantabria, la de la capital y la de Tama. La mínima fue Alto Campoo con -2º.

Caras de '¡Pero no dejará de llover!' en la costa y de '¿Qué hace nevando cuando ya casi estamos en mayo?' en el sur de Cantabria y Liébana. Los copos volvieron a hacer acto de presencia en zonas altas. Suficiente para volver a cubrir de blanco los prados pero no tan intensa como causar problemas en la carretera. En la de acceso a Tresviso, por ejemplo, las precipitaciones sólidas fueron especialmente importantes. Su alcalde, Francisco Javier Campo, explica que no hay riesgo de que las comunicaciones queden cortadas, como ha ocurrido en otras ocasiones este invierno por grandes nevadas. Esta vez sólo se acumula a los lados de la calzada y apenas cuaja. El regidor, que relativiza la situación, añade que «no es extraño» que en estas épocas del año nieve en el municipio, que se encuentra en cotas muy elevadas.

Además, en la madrugada de ayer nevó en Reinosa y en Alto Campoo, cuya estación de esquí tendrá hoy su última jornada de apertura al público mañana. Su director, Joan Anton Font, confirma que aunque los espesores todavía sean reseñables se mantiene la fecha de cierre y que algunos clientes están apurando los últimos coletazos de la temporada. Ayer, unos 150 debido a las malas condiciones, cuando lo normal los días buenos es de 3.000.

La Aemet prevé que hoy en Cantabria habrá de nuevo cielos nubosos con precipitaciones débiles y dispersas en el litoral, que durante las horas centrales se podrán extender también al interior de la comunidad autónoma.

De nuevo habrá copos a partir de los 1.100 metros de altura y las temperaturas mínimas se mantendrán sin grandes cambios o en ligero descenso, con heladas débiles en zonas altas de Liébana y Campoo, mientras que las máximas registrarán un ascenso.

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