«Es una ruina, pero no nos queda otra»
Los establecimientos de los centros comerciales se debaten entre pérdidas y salud. Anged lamenta que no se hayan «buscado alternativas»
Algunos siguieron la rueda de prensa en directo por internet. Otros, mientras atendían, se fueron enterando por los mensajes en los móviles. Pero en ... todos los comercios de Valle Real, de una u otra forma, estaban atentos. Igual que en los pasillos de El Corte Inglés, en la galería del Carrefour de Peñacastillo, en los concesionarios, en las grandes tiendas de electrodomésticos... Cierre los fines de semana y festivos. «Es una ruina. Pinta feo. Como autónomos, somos dos amigos de toda la vida que nos metimos en esto y ahora que empezábamos a ver la luz... Habrá que lucharlo. Hay gente que lo está pasando peor y tendremos que tirar para adelante hasta que aguantemos». Esa era la valoración de Pablo Navedo, que lleva algo más de tres años con Copy Stop en Valle Real. Autónomo, pequeño comercio, pero en un centro comercial.
«El sábado es el día que hay más gente y da pie, incluso, a salvar un poco la semana si has pinchado», explicaba el comerciante minutos después de conocerse las medidas. «Pero -insistía- hay que pensar en la gente que lo tiene peor, no queda otra». En el perjuicio económico, nadie tiene dudas. «Desde la cuarentena no se vende igual. Pero, más allá de eso, el sábado es justo cuando se notan las ventas. El que viene entre semana viene a una compra más específica, pero el sábado es cuando la gente viene a pasar el día», concretaba Ángela Herrera, encargada de RKS (Rock & Shoes, calzado y complementos), también en Valle Real. Ella entiende que la medida, ante las aglomeraciones, puede ser positiva. «Los sábados sí que puede haber bastante gente y, si no hay alguien en la puerta del local de la tienda que diga que no se puede entrar por el aforo, la gente entra aunque esté lleno». En ese sentido, «puede beneficiar». Eso sí, tiene dudas. «Si no vienen el sábado, tal vez venga más gente entre semana, por lo que no sé hasta qué punto será efectivo».
También Ángel López, empleado de Nueva Visión (una óptica en el centro comercial camargués), entiende que la medida es «correcta». «Porque la gente no está mentalizada y no se tiene precaución». Habla, además, desde la perspectiva de una persona de riesgo que convive con alguien mayor. «Si hay que cerrar hay que cerrar. Sé lo que es estar conectado a un respirador. Si cojo cualquier cosa voy de cabeza a eso y la mayoría no sabe lo que es y van demasiado relajados». Eso sí, también es consciente de que el cierre del centro comercial les dejará bajo mínimos. Incluso, tratándose -una óptica- de un servicio esencial. «A pesar de que estaba abierto el supermercado, nada. Todo depende de la actividad del centro comercial y, si no hay, cero patatero». Eso, al menos, según la experiencia del confinamiento. «Ahora igual es distinto, pero no lo sé».
Las empresas
¿Y qué dicen las empresas, más allá de los comercios individuales? Desde la gerencia de Valle Real, por ejemplo, preferían optar por esperar a conocer exactamente el texto de la norma que se publique en el Boletín Oficial de Cantabria. Leerlo y saber hasta qué punto concreta. En El Corte Inglés, por su parte, se remitían a la valoración de Anged, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (su portavoz en Cantabria, Juan Ferrando, es director de Carrefour en la región). «Los cierres en fin de semana agravan la situación del sector en plena campaña de rebajas, tras un ejercicio muy negativo», transmitieron a través de una nota. A su juicio, «las tiendas están preparadas para aplicar controles adicionales en aforos, distanciamiento social u horarios, sin llegar al coste traumático que suponen los cierres».
«Puede beneficiar, pero si no vienen el sábado, tal vez venga más gente entre semana, por lo que no sé si será efectivo»
Ángela Herrera - Encargada de RKS (Valle Real)
«Con el centro comercial cerrado, una ruina. Pero en beneficio de la salud, si hay que cerrar, hay que cerrar»
Ángel López - Empleado N. Visión (Valle Real)
La Asociación «lamenta que desde el Gobierno de Cantabria no se haya buscado una mejor alternativa» y entienden que «al igual que se ha hecho en otras comunidades, se puede mantener la actividad, elevando los controles de seguridad, las restricciones de aforo, horarios y movilidad, sin llegar al cierre de las tiendas». En este sentido, recuerdan que se han hecho inversiones por valor de «más de 140 millones de euros desde el inicio de la pandemia para garantizar la seguridad de empleados y clientes» y que los «grandes establecimientos tienen además una serie de condiciones que favorecen la aplicación de las medidas» (espacios amplios, renovación de aire, equipos reforzados de seguridad o limpieza...). «Gracias a las medidas implementadas, el Ministerio de Sanidad atribuye al comercio sólo el 0,8% de los contagios en el ámbito laboral».
Y queda un último grupo de afectados. «Dentro del comercio que llamamos minorista, los que pueden tener locales de más de cuatrocientos metros son mueblerías y tiendas de electrodomésticos», explicaba Gonzalo Cayón, de la Federación del Comercio. «Se sienten perjudicados porque nunca hay aglomeraciones y les equiparan a las grandes superficies. Vamos a intentar que se hagan salvedades y que a ellos les limiten el aforo, a un 10% o a un 20% en relación a su espacio, pero que no les cierren».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión