Salud Pública resta importancia a los repuntes gracias a la cobertura vacunal
Cantabria ·
Comunidades que precedieron a Cantabria en eliminar las restricciones afrontan ahora llamativas subidas de la incidencia del virusCuando se cumplen dos semanas de la eliminación de restricciones sanitarias en media España, el aumento de contagios y de la incidencia acumulada en ... algunas de estas comunidades pioneras ha hecho saltar las alarmas, como ha sucedido en el País Vasco y Navarra, que ahora registran los peores datos del país.
Es lógico que en Cantabria, que ha tardado más en abandonar las medidas, los ciudadanos se pregunten si esto que está ocurriendo en otros territorios es el anticipo de lo que está por venir, y también si ese empeoramiento de la situación sanitaria significaría volver a las andadas y perder la libertad que tanto ha costado conquistar.
Lo cierto es que desde la Sanidad cántabra, que ha actuado de forma muy conservadora durante toda la pandemia, sin precipitarse en la relajación de las limitaciones, se ha venido insistiendo también en los últimos días en la necesidad de seguir siendo prudentes: sin otra norma vigente aparte del uso obligado de la mascarilla en interiores, apela al buen juicio individual para evitar dar facilidades al coronavirus.
«Podemos soportar subidas de incidencia y niveles más altos sin que nos tengamos que preocupar tanto», explica Wallmann
La alta incidencia acumulada que ha sufrido Cantabria durante la quinta ola -la más alta del país durante varias semanas-, ha sido una de las causas por las que el fin de las restricciones ha llegado más tarde. A pesar de que los números aún no se han reducido lo suficiente para llegar a los niveles de nueva normalidad (la incidencia a catorce días es de 46 casos por 100.000 habitantes, cuando debería estar por debajo de los 25), ya han sido superados por varias autonomías, según informa el Ministerio de Sanidad: País Vasco (69), Navarra (61), Baleares (61), Cataluña (59), Aragón (59) y la Comunidad de Madrid (48) han visto crecer sus marcadores sin que pueda precisarse hasta dónde llegará este repunte.
Aunque desde Salud Pública se mantenga el mensaje de precaución ante el virus, sí se admite que esta situación aún no ha de considerarse preocupante gracias a lo que consideran una exitosa campaña de vacunación. Según explica su director general, Reinhard Wallmann, «con la cobertura vacunal que tenemos podemos soportar subidas de incidencia y niveles más altos sin que nos tengamos que preocupar tanto».
Tendencia estable y baja
De hecho, Cantabria ni siquiera se encuentra en ese nuevo escenario que ya parece dibujarse para la mayor parte de las regiones. «Se ha sumado más tarde al fin de las restricciones y, de momento, su tendencia es estable y baja. La incidencia también se mantiene baja, aunque una vez que ha llegado a este punto cualquier repunte salta como tendencia de subida más llamativa».
La tasa de hospitalización ha descendido a la mitad: antes, de cada cien casos de covid ingresaban diez; ahora solo son cinco
El vecino País Vasco encabeza el listado de comunidades autónomas con incidencia acumulada más alta. Su estrecha relación con Cantabria y el hecho de que a lo largo de toda la pandemia ha anticipado lo que más tarde ha sucedido aquí, invita a estar alerta. Es cierto, por otra parte que ese mayor número de infectados no está teniendo allí una gran repercusión hospitalaria (hay un 3% de camas ocupadas por pacientes de covid).
Ese es otro de los argumentos de Wallmann para restar importancia a esa mayor circulación del virus, que continúa siendo moderada. «Debido a que estamos por encima del 80% de inmunizados, los umbrales de transmisión comunitaria, que indican qué valores son aceptables, deberían multiplicarse ahora por dos, porque hemos visto que la tasa de hospitalización por caso detectado se ha reducido a la mitad. Cien casos suponían antes diez ingresos, y ahora solo cinco. En este sentido, te puedes 'permitir' hasta doscientos».
Sexta ola amortiguada
Ningún experto ha negado la posibilidad de una sexta ola, aunque todos coinciden en señalar que, de llegar, su efecto quedará sensiblemente amortiguado por la vacuna. «Una sexta ola es algo que no podemos descartar, pero, de momento, es muy asumible el nivel de casos que tenemos, y mi impresión es que vamos hacia un invierno en el que la vacuna es como si nos hubiéramos puesto un plumífero». Durante la pandemia, el doctor Wallmann recurrió a menudo a comparar la situación sanitaria con un 'autobús covid', un vehículo imaginario en el que viajaban los cántabros y que circulaba a la velocidad, a menudo excesiva, que marcaba la incidencia acumulada. Siguiendo con esa comparación, en las circunstancias actuales «la carretera por la que circula este autobús es más segura, así que puede ir más rápido».
El director general de Salud Pública ofreció más datos. «Uno de los últimos estudios publicados, de Oxford, que habla de la transmisibilidad de las variantes Alfa y Delta y la compara con los vacunados, dice que la probabilidad de que un caso vacunado transmita la enfermedad se ha reducido a la mitad, con lo que si antes podía contagiar a cuatro, ahora son dos; el estar vacunado también disminuye la probabilidad de que te afecte: todo esto quiere decir que va a haber transmisiones, pero se van a sofocar antes. Por otro lado, en cuanto a la vacunación, España ocupa el tercer puesto en Europa, y el sexto mundial: estamos en el rango recomendado entre el 80% y el 90% de población inmunizada, que permite reducir sustancialmente las medidas no farmacológicas».
Reinhard Wallmann defiende los pasos que las autoridades sanitarias han dado en Cantabria, y que la relajación de medidas es consecuencia directa de la efectividad probada de la vacuna. «La reducción de restricciones que se ha hecho ahora supone restar muchas medidas, aunque se mantiene la mascarilla, que está muy bien. Si a la mascarilla se le suma la efectividad de la vacuna, el resultado, a la hora de proteger a la población, es mucho mejor que la suma de todas las medidas que se tomaron antes de disponer de las vacunas. La vacuna es mucho más eficaz que todo el conjunto de medidas, y es lo que ha permitido recuperar la normalidad».
La Iglesia recupera las misas sin límite de aforo y las catequesis presenciales
La eliminación de las restricciones en Cantabria también afecta a la Iglesia. A partir de ahora las parroquias de la región recuperarán las ceremonias sin límite de aforo, pero mantendrán la mascarilla. La única medida sanitaria que se mantiene vigente en interiores. Si bien es cierto que la relajación más o menos rápida dependerá de cada parroquia. Un ejemplo, decidirán si quitar las marcas de los bancos que delimitaban los asientos libres y establecían la distancia de seguridad. En todo caso la desescalada será «prudente», resume Antonio Arribas, portavoz del Obispado y cura de las pedanías de Castro Urdiales.
Aunque hay aspectos que han llegado para quedarse, al menos durante un tiempo, como el gel hidroalcohólico para el lavado de manos. A pesar de lo que se mantiene, las ceremonias se parecerán a las celebradas antes de la pandemia porque se recuperan gestos como el momento de dar la paz que hasta ahora se hacía con «una inclinación», algo simbólico.
Los más pequeños también notarán los cambios. Muchos empiezan próximamente las clases de catequesis. Las inscripciones se hicieron on line para evitar aglomeraciones y dada la situación epidemiológica de entonces. Eso sí, seguirán en grupos reducidos. Lo que se ha intentado en algunos municipios ha sido buscar que los pequeños que fueran a compartir cursillo de catequesis pertenecieran a los mismos grupos burbuja en el colegio, a la misma clase o que, al menos, fueran al mismo centro educativo para evitar juntar a chavales de distintos ámbitos.
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