Seis de cada diez cántabros confían en el comercio local para hacer sus compras
El INE recoge las reservas de algunos consumidores al uso de internet, pese al crecimiento del mercado digital, donde Cantabria ocupa la novena plaza
El último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre los hábitos tecnológicos de los españoles arroja una luz en el largo túnel del comercio ... local. Al menos, en Cantabria. Pese al elevado índice de penetración de internet en los hogares –el 80,7% cuenta con un ordenador–, la región ocupa la novena plaza de todo el país en compras «online». Casi seis de cada diez vecinos recurren al comercio local y, de ellos, el 79,6% lo hace por el trato personal y la confianza que le reportan las tiendas físicas. No obstante, un 45% de ciudadanos admite haber adquirido algún producto en el mercado digital en los últimos tres meses. «La compra por internet es fría e impersonal. En cambio, el comercio local es coloquial, cercano. Como tomar una cerveza».
El ejemplo lo expone Agustín Ordejón, responsable de la Asociación del Casco Viejo de Santander, que acudió en 2019 precisamente al IV Encuentro de Conjuntos Históricos de Castilla y León en Ciudad Rodrigo: un cónclave destinado a dar un nuevo empujón a la idea de que lo antiguo es moderno y que estas zonas capitalizan ya el turismo y una buena parte de la revitalización económica y social de las urbes del siglo XXI. Los gerentes de toda España abordarán durante dos días iniciativas como el fomento de la venta de productos autóctonos y la mejora de la competitividad de las pymes activas en los cascos.
Ordejón está convencido de que la «tradición» aún manda entre los consumidores de Cantabria, pese al insistente cierre de establecimientos, que atribuye especialmente al escaso margen económico de las familias para gastar fuera de los productos y servicios básicos. «El comercio local tiene tres grandes ventajas respecto a internet: el cliente ve y toca el producto, dispone del consejo del comerciante y se lleva la compra directamente; no debe esperar a que se la envíen», enumera el gerente de Casco Viejo.
¿Qué dice el INE al respecto? Pues que tiene razón. Aparte de que el 79,6% de clientes habituales justifican su adhesión a las tiendas de cercanía por el trato personal que reciben, un 34,5% argumenta como otro motivo de peso la falta de confianza en los procesos de devolución en el mercado digital y en la propia recepción de los productos, bien por la posibilidad de que lleguen equivocados, con daños o no respondan a lo anunciado. El 44,3% añade una tercera razón para mostrarse remiso a la transacción electrónica: la privacidad. No le gusta suministrar sus datos bancarios o domiciliarios, pese a los sistemas de seguridad existentes en este tipo de operaciones.
El perfil digital se ha transformado radicalmente en los últimos veinte años. En Cantabria y en el resto del planeta, que ha pasado de la antediluviana y primigenia red social SixDegrees a la multiplataforma Netflix a una velocidad pasmosa. De los 434.582 vecinos de entre 16 y 74 años censados por el INE en esta autonomía, 387.000 son ahora mismo usuarios de internet. Es una región tecnológicamente bien situada: el 99% de los hogares dispone de televisor, un 80,7% cuenta con ordenador o tablet y en el 97,2% hay, al menos, un móvil; un canal al que las marcas recurren cada vez con mayor frecuencia para difundir sus «ofertas», precisa Gonzalo Cayón, secretario general de la Federación del Comercio de Cantabria (Coercán).
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«Hay una nueva generación de consumidores cuya primera opción es internet y la compra a través del móvil, que contrasta con la gente de determinada edad donde la primera opción sigue siendo la tienda física», explica el responsable, que ayer participó en Madrid en la asamblea de la confederación española donde todas las asociaciones regionales apostaron por desarrollar iniciativas comerciales comunes y aumentar la relación con la Administración para «ir de la mano en determinados proyectos». Los datos avalan su apreciación: más de 20,2 millones de españoles de 16 a 74 años (el 58%) ha utilizado el comercio electrónico en 2019 frente al 53,3% de 2018. Y el ejercicio no ha concluido.
En la misma reunión, el gremio confirmó ayer la necesidad de potenciar el uso de las nuevas tecnologías –«lo que sucede en Cantabria es aplicable a cualquier otra comunidad de España»–, aunque Cayón observa algunas dificultades en la fórmula usada hasta ahora por bastantes negocios pequeños consistente en «abrir sus propias tiendas digitales». Su posicionamiento posterior en las redes «suele ser muy pequeño» y, por lo tanto, frustrante.
Ante esa realidad, el experto contempla que los vendedores tradicionales consigan en el mercado digital «un plus a la venta física» –por ejemplo, agregándose a plataformas potentes– o que intenten atraer a una clientela joven a sus locales «instalando zonas wi-fi, música ambiental y proponiendo determinados escaparates más atractivos. También hay que concienciar a este sector de población de que en una tienda física encuentra de todo y, muchas veces, más económico».
Pese a su incremento, el comercio electrónico no es lo que más valora el ciudadano. La mayoría de los españoles se conecta para intercambiarse mensajes, correos electrónicos o realizar búsquedas de información. En Cantabria los usuarios diarios de internet ascienden al 74,%, un listón tres puntos por debajo de la media española y de un ranking que encabezan la Comunidad de Madrid, Murcia y Cataluña. Y aunque tampoco es una región que destaque en compras electrónicas –ocupa la novena posición, a la altura de Valencia, Extremadura, Asturias y La Rioja–, «sí avanza a marchas forzadas. Debemos acostumbrarnos a convivir con esta realidad, no a competir», advierte Miguel Rincón, presidente de la Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios, Comerciantes y Autónomos de Cantabria (Apemecac). Él propone tres recetas: «La creación de plataformas globales donde ofrecer nuestros productos, invertir en publicidad tecnológica y entender las redes no como un canal de ventas, sino de posicionamiento propio».
El INE calcula que el gasto medio por compra en internet se sitúa en 60 euros y entre 100 y 500 si se suman las adquisiciones de los últimos tres meses. ¿Y qué compran los cántabros con ese dinero? Fundamentalmente lo invierten en alojamientos vacacionales (57,3%), billetes para viajar (47,1%) y entradas para espectáculos (51,5%). Los siguientes escalones de gasto pasan por el material deportivo y los bienes de hogar. En alimentación, el consumidor sigue prefiriendo mirarle el ojo a la lubina.
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