Sólo la mitad de los menores de 12 a 18 años está vacunada a diez días del inicio de curso

En Sanidad andan dándole vueltas al cómo. Los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria, Bachillerato y Formación Profesional regresan en menos de semana y media a las aulas y, actualmente, sólo el 50,4% de ese grupo de edad ha recibido una de las dosis. En el SCS aseguran que vacunas hay de sobra, pero que se están encontrando con tres problemas perfectamente localizados. El primero es el absentismo en el sistema de autocitas. Gómez dice que «en torno al 10%» de los jóvenes de entre 10 y 19 años que se registran cada día en la web del SCS no acuden después a vacunarse. Además, este colectivo es el que más de cerca está sufriendo los efectos de la quinta ola. Los jóvenes -ya con el resto de la población prácticamente inmunizada- son los que más se contagian, lo que «ralentiza» aún más el calendario porque deben esperar el periodo fijado tras superar la enfermedad. Por último, subraya la gerente, «hay un porcentaje de esa franja que está recibiendo otras vacunas propias de su edad, lo que nos limita aún un poco más».

Es el caso, por ejemplo, del refuerzo frente a la meningitis, que se está solapando con la vacunación del covid con el objetivo de aumentar la protección en la población de 12 a 19 años antes de que acabe el año, cumpliendo con el mandato del Ministerio de Sanidad. Entre ambas vacunas se recomienda que transcurran dos semanas, lo mismo que para las menores a las que les coincida la del virus del papiloma humano, prevista en el calendario infantil a los 12 años.

Lo que tampoco tienen decidido en Sanidad es adónde deberán dirigirse los adolescentes que sean requeridos por teléfono, si a los puntos de vacunación ya existentes o a los centros de salud. «La idea es que una buena parte de estas vacunas comiencen a darse en Atención Primaria, sobre todo una vez empezado el curso», admite Gómez. «Tampoco vamos tan mal», insiste, en relación al porcentaje de jóvenes entre 10 y 19 años que ya han recibido al menos una de las dos dosis. De ese 50,4%, sólo el 5,1% está completamente inmunizado, en la mayoría de los casos porque tenían patologías previas que les situaba como población de riesgo y ahí el protocolo les situaba los primeros de la lista.

La Consejería conocía de antemano que Cantabria llegaría al comienzo del curso escolar con uno de los porcentajes de inmunizados más bajos del país, porque, a diferencia de otras comunidades, optó por no adelantar la vacunación de los jóvenes cuando empezó a crecer la quinta ola. Desde el primer momento, Salud Pública defendió que era más efectivo completar la cobertura de los grupos de mayor a menor edad, con especial cuidado en la población de 60 a 70 años, que se adentró en el verano con un bajo porcentaje de inmunizados por el retraso derivado de la propia pauta de la vacuna utilizada: AstraZeneca (tres meses entre dosis).

Así, tras finalizar con la población de más de 80 años, fueron descendiendo progresivamente hasta llegar a los menores de 30 años. El grupo de adolescentes comenzó a ser vacunado la semana pasada -los menores de 12 años, de momento, no pueden hacerlo-. El 19 de agosto el Servicio Cántabro de Salud puso las 3.000 primeras vacunas. Una fuerte demanda inicial que llegó a colapsar el sistema de autocitas, aunque en los días siguientes el ritmo de peticiones ha decaído.

Otro de los factores de retraso que también contemplaba Sanidad era el de los plazos de espera. La fórmula de Pfizer -la que más se está inyectando en este colectivo- obliga a esperar 21 días entre la primera dosis y la segunda. La de Moderna -menos común- se alarga otros siete días más, hasta los 28. Por tanto, hasta el próximo día 9 -uno después del arranque escolar- esos tres mil primeros adolescentes no podrán recibir el segundo pinchazo para completar la pauta. La esperanza en Sanidad es que, a medida que vayan transcurriendo los primeros días de curso, el porcentaje de inmunizados irá creciendo de manera exponencial, ya que se irán cumpliendo jornada a jornada los plazos de espera para poder administrar los viales.

Uno de los motivos que invita a la esperanza, según afirman los expertos, es que la primera dosis de la vacuna ya genera anticuerpos, por lo que, si se cumple el objetivo de vacunar «al 100%», el comienzo del curso escolar será mucho más relajado. Además, los jóvenes y adolescentes que ya han pasado la enfermedad también los han generado por sí mismos, por lo que no se encontrarán del todo desprotegidos.

Aunque sea por su estrategia, Cantabria no puede competir en cifras con el resto de comunidades autónomas: ni en el número de adolescentes de entre 12 y 19 años vacunados, ni tampoco entre los inmunizados. Según los últimos datos publicados por el Ministerio -correspondientes al miércoles, de ahí la diferencia con los datos de la Consejería que son del jueves-, la región ocupaba el último lugar en ambos apartados. El informe recoge que ese día habían sido vacunados 20.482 jóvenes, el 46,6% del colectivo. Le seguían por debajo País Vasco (56,9%) y Madrid (57,5%).

Estos guarismos están lejos de los territorios que decidieron abrir mucho antes la vacunación. La vecina Asturias lidera la lista al haber puesto 48.549 primeras inyecciones, el 75,9% de sus adolescentes. Después se sitúan Extremadura (72,6%), Galicia (72%) y Comunidad Valenciana (71,7%).

El informe de actividad del 'Giv Covid-19' del Ministerio también recoge el dato de inmunizados con la pauta completa. Cantabria es última, con sólo un 3,9% (1.695 personas) de la población de entre 12 y 19 años, seguida de Comunidad Valenciana (7,1%) y Castilla y León (7,8%). Por contra, Baleares tiene al 53,3%, Ceuta al 37,7%, Melilla al 34,3% y Canarias al 35%. A nivel nacional, el 65,8% de la población entre 12 y 19 años ha recibido una dosis y sólo un 20,4% ha completado la pauta.