«En mi día a día no hay tantos obstáculos»
Lola González, la joven con parálisis cerebral que en verano denunció que varios conductores del TUS le negaron el acceso, dio ayer una charla sobre superación personal
¿Alguno de esta sala tiene una discapacidad?», preguntó Lola González-Pinto. De su silla de ruedas sacó una chuleta con la definición que recoge ... la RAE, pero a ella, «que le gusta ver el lado positivo de la vida», le convence más una que le enseñó su madre hace unos días. «Es la capacidad extraordinaria de ser capaz», dijo. Esta joven santanderina de 16 años, que en verano denunció que varios conductores del TUS le negaron el acceso por ir con una 'motosilla' para personas con movilidad reducida, empezó así ayer su charla sobre superación personal en la facultad de Medicina de la UC ante la mirada de admiración de decenas de personas que se acercaron a escucharla.
Lola tiene parálisis cerebral, un trastorno que le afecta a la movilidad de sus piernas y del brazo derecho y que le obliga a desplazarse en silla de ruedas. Nada de que le haya impedido ser «una niña normal», insistió. La rehabilitación forma parte de su día a día desde que nació. Algo que le ha ayudado a «mejorar mucho». Con cuatro años empezó las sesiones con Jesús, su fisioterapeuta, y juntos han conseguido ganar mil batallas desde entonces. «Con él di mis primeros pasos, empecé a gatear y a andar con muletas», explicó.
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Es una apasionada del tenis y aprendió a «jugar desde el suelo». En 2012 cumplió su sueño de conocer a Rafael Nadal. Unos años después, en 2016, le sometieron a una operación «para cortarme el fémur». Entonces sintió que todos los logros que había cosechado hasta ese momento «se perdieron». Pero Lola, que lleva el esfuerzo por bandera porque si no «no habría llegado a donde estoy», volvió a recuperarse. «Eres increíble», dijo su fisioterapeuta.
«La vida es un regalo»
Para ella la vida «es un regalo y todos estamos en el mundo para hacer algo». ¿Su objetivo? Estudiar Derecho y poner en marcha una fundación para ayudar a personas con discapacidad que estén en una situación similar a la suya.
Si pudiera andar por un día «me pasaría las 24 horas haciendo deporte», contestó Lola a quien le preguntó qué le gustaría hacer si no tuviera movilidad reducida. «Pero no cambiaría mi vida, porque no sería yo», reconoció. «Aprendes a valorar lo que tienes». También admitió que en su día a día encuentra obstáculos como aceras que no están preparadas o escalones en las entradas de algunas tiendas, pero que «tampoco son tantos» y no le impiden «hacer una vida normal».
«Si pudiera andar por un día haría deporte, pero no cambiaría mi vida porque no sería yo. Aprendes a valorar lo que tienes»
Estudia el bachiller de letras porque «no me gustan las 'mates'», contó entre risas. Y en su tiempo libre le gusta ver deporte y salir con sus amigas y compañeras de clase, que también fueron a la charla. Les agradeció que le ayuden de manera sistemática «sin tener que pedirlo». Y ellas destacaron que, a pesar de que Lola «hace el triple de esfuerzo que los demás, nunca pierde la sonrisa ni el optimismo».
Es un ejemplo y utiliza las redes sociales para contar su historia. A través de su blog 'Desdemisilla' y su cuenta de Instagram, muestra cómo es su día a día. Una herramienta que utiliza para ayudar a quienes están en una situación parecida. Y también para mostrar que «no todo es tan duro como pensamos y que tener una discapacidad no es el fin del mundo».
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