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De izquierda a derecha, las estudiantes Elsa Fernández, Mariola Garayo, María Pereda, Andrea Marcano, Mónica Salcines y Sara Grela, en una de las aulas de la Facultad de Ciencias de la UC. Foto: J. Cotera | Vídeo: H. Díaz

Universitarias que rompen los clichés sexistas

En la Universidad de Cantabria ya hay más alumnas que alumnos, pero en grados como Ingenierías y Geografía, su presencia está por debajo del 20%

Sábado, 7 de marzo 2020, 07:40

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Los motivos que hay detrás de la elección de una u otra carrera son tan variados como la cantidad de estudiantes que se vayan a matricular. Pero, si se echa un vistazo a las cifras, está claro que hay grados donde la presencia femenina es más baja. En la Universidad de Cantabria (UC), en el presente curso, hay más alumnas que alumnos -ellas representan el 51,3%-, continuidad de la tendencia de los últimos años. Sin embargo, en grados como Ingenierías, sobre todo, y Geografía, su presencia sigue siendo mínima, por debajo del 20%. ¿Por qué sucede esto aún? El Diario entrevista a seis estudiantes que dejaron atrás esos clichés y se matricularon en carreras donde son una minoría entre chicos. Coinciden en que los roles de género y los estereotipos que, aunque sea sin querer, se inculcan desde la infancia, están detrás de estas diferencias. «Cuando a las niñas nos regalan cocinas o bebés de juguete, nos enseñan sin querer que nuestro papel es el de cuidar, cocinar o limpiar», dice una de ellas. Montserrat Cabré, directora del área de Igualdad de la UC, considera que los «estereotipos están en la sociedad y afectan a hombres y mujeres. Es una situación de carácter estructural». Su área trabaja impulsando medidas «a favor de la igualdad». Y con su nuevo Plan buscan implantar la «perspectiva de género en la docencia». Una labor que todas destacan y agradecen.

Sara Grela-Ingeniería Informática

«En clase se suelen oír comentarios despectivos hacia mujeres y transexuales»

Sara Grela, gallega que estudia en Santander, apostó por la Ingeniería Informática por la influencia de dos figuras: una mujer, Margaret Hamilton, y un hombre, un profesor. «Ambos (más el segundo) hicieron que me apasionasen los ordenadores: ¿cómo funcionan? y ¿qué puedo llegar a hacer con ellos?», explica. Pero nunca se planteó si era una carrera de hombres o mujeres hasta que le hicieron la pregunta: «¿Sabes que vas a estar rodeada de chicos?». «Me dio rabia, no me importaba si era la única mujer de la carrera». «Es cierto que somos muy pocas (en las asignaturas con más mujeres, una decena, y en toda la carrera, 31 frente a 247 hombres) y a veces se echa en falta la representación femenina, pero en ningún momento ha sido un punto negativo para escoger». La joven, de 19 años, confiesa que su entorno siempre la ha apoyado para que «estudie lo que quiera». Aunque no fue su caso, sí considera que la elección del grado está condicionada desde «la infancia cuando a las niñas nos regalan muñecas o cocinas». Y, por desgracia, añade, «hay un repunte de machismo entre jóvenes. En clase se suelen oír comentarios despectivos hacia mujeres y transexuales».

Elsa Fernández-Ingeniería Mecánica

«Para tener referentes de mujeres, falta dar visibilidad a las científicas en los colegios»

Elsa Fernández, santanderina, siempre tuvo claro que quería hacer «una carrera técnica» y nunca fue un problema que el grado tuviera un bajo número de chicas. Es más, ni siquiera lo pensó y se decantó por Ingeniería Mecánica. Además su entorno la apoyó «en todo momento». La estudiante admite que alguna amiga prefirió otra opción, al saber que apenas iba a contar con compañeras. Elsa considera que, de manera indirecta, desde pequeños «se hace ver que la ingeniería es cosa de chicos». Porque siempre se han asociado «juegos de construcción y coches a los niños y las muñecas a las niñas», analiza. Y basta con fijarse en los catálogos de juguetes. Por eso el camino para cambiar esta tendencia pasa por «mostrar todas las posibilidades y dar visibilidad a las mujeres científicas en los colegios». Lo importante es «tener referentes tanto de hombres como de mujeres». El haber normalizado ciertas conductas hace inevitable que tanto ella como sus compañeros «tengamos ciertos micromachismos», cuenta. Es fundamental ser «conscientes de ello para evitarlos y mejorar», reflexiona, y en este punto valora la implicación de la Universidad y el trabajo que hacen.

Andrea Marcano-Geografía y Ordenación del Territorio

«Algunas carreras siguen encasilladas y hay trabajos que se asocian a hombres»

Andrea Marcano desconocía que en el grado de Geografía y Ordenación del Territorio el sexo masculino fuera tan mayoritario. «No tenía una idea preconcebida», confiesa. Su elección vino determinada por lo atractiva que encontró una carrera que conoció de rebote. «Cuando estaba finalizando Bachillerato, tenía muchas dudas. Una amiga me dijo que si la acompañaba a una jornada de puertas abiertas». Ahí surgió el 'flechazo'. Comenta Marcano que en su familia «siempre» la han apoyado y aconsejado que estudiara «lo que me guste de verdad», lo que le aportó una «total libertad y tranquilidad». Aunque cree que ha crecido la presencia de mujeres en las carreras científicas, lamenta que continúa habiendo estereotipos que condicionan la elección. «Tradicionalmente las mujeres se han dedicado a las labores domésticas o a trabajos que requerían estudios mínimos», expresa. Como sus compañeras, valora de forma muy positiva el trabajo de la UC en favor de la igualdad y cita de forma expresa las actividades con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Y recomienda «dar más visibilidad a estas carreras, cómo funcionan y en qué consisten», concluye.

María Pereda-Ingeniería Industrial

«Faltan roles femeninos por lo que las niñas no se sienten atraídas por algunos trabajos»

«Era un carrera con salidas, siempre se me han dado bien las ciencias y, además, mi padre es ingeniero». María Pereda resume así los tres motivos por los que eligió estudiar Ingeniería Industrial. Una decisión que en todo momento contó con el respaldo de su entorno. «Mi familia me ha apoyado siempre y me animó a elegirla». Para ella, el hecho de que en su clase solo sean, más o menos y según la asignatura, diez chicas, tiene una explicación que empieza «desde que somos pequeños». Es entonces cuando «a las niñas se les dice que sean enfermeras, abogadas, maestras... Pero nunca trabajos relacionados con la industria y con la tecnología», reflexiona. A la falta de visibilidad y de impulso se suma que hay una «falta clara» de roles femeninos en estos ámbitos lo que provoca que «las niñas no se sientan atraídas por este tipo de trabajos». Y es que María considera que los «roles de género siguen muy presentes». Para la joven, prueba de ello es que fue la única que se decantó por «la rama de ciencias y tecnológicas. A mis compañeras de la carrera les pasó lo mismo». Por suerte, dice, «no noto que nadie me trate de forma diferente» y considera que la UC «está apoyando mucho al movimiento feminista».

Mónica Salcines-Ingeniería Marina

«Hay roles de género, pero si te gusta algo, debería darte igual quién lo estudie»

«Decidí apostar por este grado porque me gustaba», dice Mónica Salcines, estudiante de primero de Ingeniería Marina. La joven de 18 años y de La Penilla de Cayón, siempre tuvo claro que «me gustaban las Matemáticas». Y le daba igual si la mayoría eran chicos. Entre los tres grados con los que comparte clase, habrá en torno a 15 chicas. Su decisión siempre recibió el respaldo de su familia, «me han apoyado en todo lo que he hecho». Sobre los roles de género, su opinión no difiere de la de sus compañeras: «Creo que sigue habiendo, pero que si realmente te gusta algo, debería darte igual quién lo estudie». Defiende con rotundidad que para nada las mujeres «estamos menos capacitadas». Y destaca que en la universidad el trato no puede ser mejor, «los profesores son fantásticos y no podría estar más contenta con mis compañeros», cuenta. Un centro que realiza un «buen trabajo» porque, además, «hace encuestas para conocer nuestra opinión e intentar mejorar», explica.

Mariola Garayo-Ingeniería de Telecomunicaciones

«Los estereotipos restringen enormemente la variedad a la hora de elegir los estudios»

Mariola Garayo está en segundo de Ingeniería de Tecnologías de Telecomunicaciones. Un grado que el año pasado solo empezaron diez chicas. La joven de 20 años se decantó por esta carrera porque siempre le han gustado las Matemáticas y la Física. «Ni siquiera pensé en que en el grado predominan los chicos». Es algo que «no me influyó» porque es consciente de que tiene «las mismas capacidades». Un camino en el que siempre tuvo el apoyo de su familia. Al igual que sus compañeras, habla de «roles preestablecidos». A las mujeres «se nos ha enseñado el papel de una madre preocupada por temas de salud y a los hombres se les educa para inventar, construir y liderar». La igualdad llegará cuando «dejen de existir esos cánones», reflexiona. Mariola valora positivamente el trabajo que hace la UC en la «visibilización de las investigaciones de mujeres y dando charlas en colegios para concienciar a las nuevas generaciones».

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