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Estado en que quedó la vaca parturienta atacada ayer por los buitres en Solórzano.
Segundo ataque mortal de buitres en Solórzano en menos de dos meses

Segundo ataque mortal de buitres en Solórzano en menos de dos meses

Ganadería está simplificando la normativa que permite a los ganaderos depositar cadáveres en el monte para que se alimenten las aves carroñeras

consuelo de la peña

Martes, 2 de agosto 2016, 11:08

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Los buitres han vuelto a atacar en el alto de Garzón, en Solórzano. La vaca, que se encontraba de parto en una zona abierta, es propiedad de Santiago Martínez Lavín, el ganadero de 17 años que ya sufrió la embestida de los carroñeros hace apenas mes y medio. En aquel primer ataque perdió la res y su cría, lo mismo que ahora. Ayer, sobre las diez de la mañana, se reprodujo la misma situación. Los picotazos de las aves acabaron por matar a la parturienta y a su jato, que estaba con medio cuerpo fuera, en un festín de sangre en el que hasta los ojos del cadáver comieron.

Martínez Lavín grabó con su móvil la escena, una prueba que le servirá para reclamar a la Dirección General de Medio Natural los perjuicios sufridos, aunque asume con resignación que «tardarán cinco años en pagar». Sin embargo, Antonio Lucio, el responsable de Medio Natural, dice que eso era antes, con el Gobierno del PP. «Desde enero de 2015, una vez que el ganadero aporta la documentación, tardamos 90 días en pagar». Según explica, entre 2012 y 2015 los expedientes estaban paralizados y ahora se están agilizando.

Casi coincidiendo con el primer ataque que sufrió Martínez Lavín, otro ganadero de Hoz de Anero denunció la muerte de otra res por buitres. A Lucio no le consta que los daños a la ganadería por aves carroñeras hayan proliferado este año, aunque la temporada crítica, que se extiende entre «la primavera y finales de septiembre», no ha terminado. Sin embargo, según datos de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja), hasta el 14 de junio de este año se han presentado 68 partes por daños al ganado ocasionados por buitres, casi tantos como la totalidad de reclamaciones registrada en 2016, que sumaron 70.

Ante esta situación, Ganadería está revisando la orden de 2012 que permite a los ganaderos depositar cadáveres en el monte para asegurar la alimentación de las aves carroñeras. En estos cuatro años, ni ganaderos ni juntas vecinales han solicitado la instalación de ningún comedero, por lo que el objetivo de la reforma es «simplificar» el procedimiento y que los requisitos administrativos no sean un obstáculo para estas instalaciones.

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