Cultura cree que la nueva sede del Museo de Prehistoria es "digna y se ha elegido con rigor"

Sucedió hace 90 años: una de las mejores colecciones de prehistoria del mundo, la que se recopiló en Altamira y en las otras ocho cuevas declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, hacía nido en el Museo de Prehistoria de Cantabria (Mupac), en Santander. Una secuencia de obras colosal que vino de inquilina primero al Instituto Santa Clara, después a la antigua Diputación (Puertochico) y que ahora está repartida entre los bajos del Mercado del Este, un almacén en Guarnizo y la Universidad de Cantabria. Una vida en tránsito, como el nombre de la exposición que se ha elegido para celebrar sus nueve décadas de vida, que el pasado lunes recibió de "regalo de cumpleaños" el anuncio de su ubicación definitiva : el aparcamiento del Palacio de Festivales, en Santander.

"Se ha elegido este lugar con rigor, lo más consensuado posible y, sobre todo, pensando en lo mejor para el Museo, un proyecto de nueva construcción que se puede amoldar a las necesidades museográficas", explicaron ayer al alimón el consejero de Educación, Cultura y Deporte, el socialista Ramón Ruiz, y el director del Museo, Roberto Ontañón, quienes celebraron que la instalación cultural vaya a cumplir "su centenario dentro de 10 años en una sede digna".

Las negociaciones para construir una ubicación en condiciones se convirtieron desde mediados del siglo pasado en un debate recurrente. Una refinería de legajos y acuerdos. Secretos, avances, pasos atrás, zancadillas, caprichos, vaivenes, dinero y proyectos fallidos... "Un desinterés por parte de las autoridades e instituciones de las que depende", en palabras de Ontañón, "que nunca le han prestado la atención que se merece". Ya sus primeros directores, el padre Carvallo, en 1953, y Miguel Ángel García Guinea, treinta años más tarde, reclamaron "una sede digna". Y así ha sido durante décadas, hasta que la colección abrió sus puertas también de forma temporal en 2013 en el Mercado del Este, devolviendo al centro de la ciudad unas piezas que, según los expertos, sólo son comparables con el Museo Nacional de Antigüedades de Francia (ubicado cerca de París) o con el Museo Nacional de Prehistoria de Les Eyzies, en la Dordoña.

El consejero afirmó que el objetivo es "acabar con la itinerancia" de esta instalación, ya que no quiere que sea un "museo recortado". La idea del Gobierno es hacer de San Martín "una prolongación del frente marítimo cultural entre la Biblioteca Central y el Museo Marítimo". Otro eslabón que la Administración regional, apoyada en el propio Ayuntamiento, busca convertir con esta operación en toda una milla cultural orientada a la Bahía, que se completa «con el Centro Botín, el Palacete del Embarcadero, la sede asociada del Reina Sofía con los fondos del Archivo Lafuente (que se instalará en la sede del Banco de España) y el anexo centro de interpretación de la Torre de la Catedral».

Como adelantó este periódico, la futura instalación será un edificio de nueva construcción que ocupará cerca de 7.000 metros cuadrados, una estructura completamente funcional, de dos alturas o máximo tres aún está por cerrarse, alejada de los proyectos megalómanos de los arquitectos estrella y con un coste superior a los siete millones de euros, una cifra inicial que podría elevarse hasta los nueve millones en función de las necesidades museográficas.

Los técnicos de la Consejería de Educación ya tienen un avance importante del proyecto museológico y arquitectónico y la intención es licitarlo, si no hay ningún imprevisto, a comienzos de 2017. El Gobierno ya incluirá una partida para su desarrollo en los Presupuestos Generales del año que viene, aunque la cifra aún no está cerrada. El Ejecutivo plantea pedir fondos a la Unión Europea, aunque sólo serían para la parte museológica, ya que desde hace años no se conceden para construir nuevos edificios. También contempla la construcción de un aparcamiento subterráneo para compensar las plazas que se perderán en la zona; de paso, las plusvalías podrían servir para financiar el museo. Sin embargo, Ruiz aclaró que no es algo seguro ya que se requerirán hacer catas y estudios del terreno. Así, advirtió que si esto supone un incremento "desorbitado no lo podremos llevar a cabo".

La elección de Gamazo se debe principalmente a que los terrenos ya pertenecen a la Administración regional lo que facilita su desarrollo, que sale mucho más barato levantar una sede nueva que rehabilitar un edificio existente, y, lo más importante, la cercanía del Palacio de Festivales y el Museo Marítimo del Cantábrico, y el futuro desarrollo de todo el frente de Gamazo.

Habrá que realizar un retranqueo

Si se cumplen los planes previstos, el nuevo Mupac dispondrá de una división interna que atienda a las necesidades expositivas, de almacenamiento, investigación y administración, entre otras, y que aglutine en un único espacio todos los servicios y departamentos. Tal y como exige el Plan General de Ordenación Urbana de Santander habrá que realizar un retranqueo y ejecutar una zona ajardinada, de modo que el nuevo edificio podría ocupar una parte de la zona del aparcamiento inferior y también del que se ubica en un nivel superior.

Ontañón aseguró que estaría "contento" con cualquier ubicación que permita que el Mupac cuente con una sede "como Dios manda". "Parece ser que, por fin, esta es la definitiva", subrayó el director del Museo, quien resaltó que el anuncio de esta sede permitirá "acabar" con la "historia truculenta" de este recurso cultural. "No sé exactamente cuál es la razón, ha sido un museo que las autoridades y las instituciones de las que depende nunca le han prestado la atención que se merece", finalizó.