Lo social con afectos
Cinesa y embajadores. ·
A veces peca de acumulación, pero resulta entrañable que en este thriller, con la gentrificación y el abuso institucional en su entraña, prime su mirada humanaLo llamativo es la coherencia. El destello, su vocación de cine muy aferrado al suelo, a la calle, al barrio. Es verdad que 'La deuda' ... no es un filme redondo, rotundo –a lo mejor ni lo pretende– y por el camino se deja algunos agujeros y tropieza con varias piedras. Sin embargo, Daniel Guzmán mantiene intactas sus señas de identidad: ese ojo clínico para trazar historias de cine popular sin caer en lo superficial; potenciar una mirada humanista y mostrar una sensibilidad alejada de la tesis, del panfleto o lo facilón. Defiende de nuevo un cine social que falta hace. Se diría que sigue el rastro de una querencia, la de la relación con su abuela, Antonia Guzmán, que plasmó en la estupenda 'A cambio de nada'.
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Año 2025
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País España
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Dirección y guion Daniel Guzmán
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Reparto Daniel Guzmán, Itziar Ituño, Susana Abaitua, Rosario García
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Género Drama social
El cineasta de 'Canallas', con la vivienda como trasfondo, vuelve a permear la pantalla con un relato de convivencia, de fe como asidero en la buena gente. Aparecen muchas cosas y, a veces, peca de acumulación, aunque resulta entrañable que una especie de thriller, con la gentrificación y el abuso institucional en la entraña de su argumento, destaque por su mezcla de caos, divertimento, ingenuidad pero militancia social siempre. No obstante, en sintonía con su trayectoria lo mejor del filme de Guzmán es la cercanía de algunos personajes, el espejo dramático por encima de los enredos.
Hay un esfuerzo por parte del actor/cineasta por evolucionar en su carrera, más intensa y atractiva de lo que a priori representa en el a veces uniformado cine español. Aquí, el noir, los contrastes, la atmósfera y la agitación de algunos géneros que se mueven sinuosos por dentro y por fuera, proporcionan una textura especial. También contribuye a ello que la fuerza del trabajo de Guzmán actor se come sin duda a la de director. La presencia de Rosario García, de 91 años, (ya fallecida) enlaza emocionalmente con sus comienzos. A la vez 'La deuda', que abarca mucho, pero no deja de apretar en determinadas teclas sentimentales, ahonda en la culpa y en la redención con cierta ingenuidad pero mucho tacto. Cine social con afectos y efectos. Integridad y resistencia también son componentes que pueden asociarse a la cinta. Además, resulta atractivo confrontar la presencia de Susana Abaitua, siempre excelente, con su trabajo magistral en la reciente obra de Agustín Díaz Yanes. El de Guzmán es un filme coral pero menos. Hay crítica a esa violencia que ejerce el poder. Pero, sobre todo, construye un ecosistema con su cine: el de la calle como un lugar en el mundo.
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