Treinta obras de coleccionistas privados desvelan el vínculo de Pisano y Santander
Eduardo Pisano y Ángel de la Hoz, unidos en la próxima exposición del Espacio Cultural Fraile y Blanco bajo comisariado de Carmen Carrión
Hace ahora seis años las obras del pintor cántabro Eduardo Pisano regresaban al barrio parisino de Montparnasse, enclave histórico de artistas que sirvió de refugio ... y asilo a numerosos creadores durante el siglo XX.
El Museo de esa zona emblemática organizó, con la colaboración del Instituto Cervantes de París, una gran exposición inédita sobre Pisano, que supuso exhibir sesenta obras del autor nacido en Torrelavega en 1912, entre pinturas, dibujos y monotipos (grabados). Antiguo soldado republicano y posteriormente exiliado tras la Guerra Civil, Pisano vivió en Francia desde los años 40 hasta su muerte en 1986. Sobresalió por ser un pintor que utilizó «el color, la línea, la energía y el drama como señas constitutivas de un estilo profundamente original».
En paralelo, la actividad del coleccionista francés Eric Licoys se plasmó en otras reivindicaciones del artista reflejadas en tres exposiciones en Santander y Torrelavega con motivo de su centenario. Al final una donación y la labor de Carmen Carrión, que fue comisaria de esas propuestas, se tradujo desde el pasado año en la colección museística permanente que alberga la Casa de Cultura de Torrelavega. Ahora esta primavera se exhibirá un nuevo rostro colectivo de Pisano configurado por obras ligadas al coleccionismo privado que conforman su vínculo santanderino.
«La fotografía que Ángel le hizo a su amigo Eduardo es la imagen de esta colección, cedida para la ocasión por la Fundación Caja Cantabria»
Una treintena de obras integran esta muestra en el Espacio cultural Fraile y Blanco de Santander que abre su nueva apuesta cultural reuniendo por primera vez la obra de Pisano en Santander. La propia Carmen Carrión ha sido la encargada de congregar a un grupo de coleccionistas privados que ceden su obra para la ocasión. En los últimos tiempos se ha podido disfrutar de la obra de Pisano y reconocer la labor de este artista torrelaveguense afincado en París, pero por primera vez se muestra al público las obras privadas del artista en la capital cántabra.
«Este es el principio del final del círculo -comenta Carrión-, desde que iniciáramos las distintas exposiciones en Torrelavega junto a la importante donación de la obra de Pisano por parte del salvaguarda del patrimonio del artista, el francés Eric Licoys, que deseaba que la cuidad natal del artista preservara una colección importante del autor».
Con temas tan notorios en la obra de Pisano como la naturaleza muerta, los desnudos femeninos, la tauromaquia, el folclore español, las flores o sus tan presentes obras de carácter religioso la colección santanderina ofrece un viaje por la obra de un artista en continua evolución desde los 50 a los años 80 en los que el visitante podrá comprobar las distintas etapas creativas de Pisano.
La Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, como en el caso del proyecto plasmado en Torrelavega, impulsa esta nueva exposición que cuenta con la colaboración de la Fundación Caja Cantabria.
La entidad cede para la ocasión dos obras de sus fondos entre las que se encuentra la fotografía que Ángel de la Hoz le hizo a su amigo Eduardo Pisano en 1972 y que será la imagen de la exposición en Santander como homenaje que, el Espacio Cultural Fraile y Blanco y su comisaria, dedican a la memoria de un creador tan importante como fue el fotógrafo fallecido recientemente.
Fuera de modas
Carmen Carrión sostiene que Pisano «es un ejemplo de artista independiente, personal, fuera de las modas, y de movimientos existentes en aquel París de posguerra que le tocó vivir». Pintor expresionista, consigue sin esfuerzo transmitirnos sus emociones a través del color, la luz y la materia que dominan el dibujo y la composición.
Siempre fiel a los recuerdos de su España natal en este caso se podrán ver obras de su primera época «donde se recrea con los bailes, flamencas, los toreros, las corridas de toros, los azules del mar Cantábrico con barcos de blancas velas o sus pescadoras, que contrastan con los rojos y amarillos de sus paisajes de Castilla». Las flores, sus flores, son el adorno que emplea con frecuencia en sus majas y payasos, en sus bodegones, flores que le recuerdan a su infancia y juventud ayudando a sus padres, horticultores, en el huerto de su Torrelavega natal». Por ultimo en este repaso por la exposición, destaca «su colorista obra religiosa que desprende una gran espiritualidad y serenidad».
Carrión comenzó su relación y admiración por la obra y vida de Pisano de la mano de Jean Claude Tormos, coleccionista franco-español y descendiente de Cantabria. Su Colección pudo verse en la Sala Mauro Muriedas de Torrelavega y en la galería que tuvo la comisaria. Lo español, el desnudo femenino, el circo, las naturalezas muertas, y lo religioso asomaron en los 120 cuadros propiedad del coleccionista francés Eric Licoys.
Ahora, desde el día 21 y hasta julio, en el Espacio cultural Fraile&Blanco son los propios coleccionistas de Santander los que ceden sus obras para que puedan ser contempladas en homenaje a esta gran artista y hasta no hace mucho tiempo desconocido por sus paisanos. Para cerrar el círculo se incluirán tres monotipos de la colección de Eric Licoys.
Hace un año
Hace justamente un año, la Casa de Cultura de Torrelavega abría las puertas del Museo Pisano, el homenaje de la ciudad a uno de sus más ilustres artistas. La donación de 50 obras, valoradas en más de 150.000 euros, era la primera fase del museo. Licoys consideró siempre que el talento y la creación de Pisano tendrían el mejor reconocimiento con la creación de un museo en su ciudad natal.
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