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Pedro Sobrado, flanqueado por dos de sus obras en Espacio Garcilaso de Torrelavega. Luis Palomeque
Cultura ultima una muestra de Pedro Sobrado que abarcará toda su trayectoria

Cultura ultima una muestra de Pedro Sobrado que abarcará toda su trayectoria

La temporada expositiva de la Biblioteca Central acogerá en febrero la obra del veterano pintor, aunque el proyecto prevé que el montaje sea itinerante por la región

GUILLERMO BALBONA

SANTANDER.

Martes, 10 de diciembre 2019, 08:33

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Leer-observar la pintura de Pedro Sobrado, «aporta un reparador efecto de serenidad y equilibrio. Hay matices estilísticos que inducen a la reflexión sensible, un modo de crear casi orientalizante». Las palabras de Jesús Alberto Pérez Castaños, pintor y artífice de numerosas producciones expositivas, definen un reflejo extendido de la creación del veterano artista y su identidad comunicativa. Sobrado será uno de los primeros nombres propios de la temporada expositiva prevista en 2020. La Consejería de Cultura prepara una gran muestra, a modo casi de antológica, que abarcará obras representativas de la trayectoria del pintor de Torrelavega.

Fluidez en el trazo, calles, paisajes y figuras, casi siempre escenarios urbanos, edifican la querencia de Sobrado que atraviesa sus líneas y retablos transparentes, esos relatos de aparente realismo en los que subyacen breves historias. En la obra de Sobrado la presencia humana es fruto del tránsito y la movilidad, y siluetas, contornos, levedad y fragilidad se han traducido en un ecosistema plural, de aceptación general, reconocible y familiar en el que prima la comunicación.

El objetivo del proyecto es que la producción expositiva tras su exhibición en el Espacio Los Arenales, sea itinerante por diversos espacios de la comunidad. En paralelo, una publicación recopilará las diversas etapas de su pintura e incluirá análisis de su obra. Sobrado ha protagonizado en esta década numerosas muestras, caso de las celebradas por Espacio Garcilaso, y ha colaborado en proyectos culturales muy diversos y citas colectivas. Prolífico en creación y profuso en comparecencias, el proyecto para 2020 posee también connotaciones de homenaje a uno de los artistas mas populares.

Programación

En los últimos tiempos desde el gobierno cántabro se ha potenciado la Biblioteca Central, en sus respectivos espacios, para dar cabida a proyectos de artistas de generaciones muy diversas a través de muestras ad hoc, colaboraciones de galeristas y comisariados especiales. Uno de los últimos casos ha sido el de Sergio Sanz, del que se han revisado su última obra y las etapas recientes en una muestra comisariada por el galerista Juan Riancho; o la exposición familiar reivindicativa de la huella del rapsoda, poeta y pintor Pío Muriedas, además de conmemoraciones especiales como las dedicadas a Piti Cantalapiedra y a la Fundación Gerardo Diego.

En el caso del veterano Pedro Sobrado la trayectoria alcanza casi sesenta años desde que expusiera en la galería Sur. El artista participó el pasado año en un singular proyecto de recreación de las Meninas de Velázquez como icono. El pintor fue uno de los ochenta artistas que inundaron Madrid con sus imágenes. La pasada primavera tuvo lugar la última cita expositiva de su obra en la sala de arte Espacio Garcilaso de Torrelavega -la cuarta vez en estos últimos años después de 'Nuestros amigos los animales', 'Blanco y Negro' y 'Sentido y realidad'-, donde expuso'Reflejos de Cantabria', un conjunto de óleos de temática campesina y marinera.

Sobrado (Torrelavega, 1936) ha construido su vínculo pasional con la pintura a través de Cantabria, Madrid y París, Chicago, Londres y Venecia. Pintor «con una mirada única, y uno de los más cosmopolitas, la trayectoria de Pedro Sobrado ha estado siempre marcada por su preocupación por plasmar la realidad. El cántabro, admirador del escritor Emile Zola reconoce que busca reproducir la realidad «con total imparcialidad y verdad». Su trayectoria arranca en los años cincuenta en el panorama de la España de la posguerra, cuando protagonizó en Santander la exposición de arte abstracto como complemento al primer congreso celebrado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

De formación autodidacta, hizo su primera exposición en solitario en 1959, en la galería Sur de Manuel Arce. Dos años más tarde se trasladó a París, donde se quedó a vivir hasta 1976, año en que regresó a España. La línea, el trazo, la estilizada mirada sobre el mundo es una de las más reconocibles, familiares y fructíferas del arte surgido en la comunidad el pasado siglo.

En el conjunto de la obra de Sobrado lo primero que llama la atención es la importancia concedida al dibujo.

«Un dibujo que se hace realidad mediante una línea sobria, que armónicamente va organizando los distintos planos, creando transparencias y unificando formas». Para él, el dibujo ha sido, desde siempre, «una forma natural de comunicación».

«He tenido en mi trayectoria como pintor etapas muy diferentes con cambios que han ido surgiendo de mi adaptación al momento; la vida misma ha sido siempre mi inspiración». Esta declaración de principios, entre la confesión creativa y la singularidad, revela con sus palabras que la evolución sigue siendo la piedra filosofal.

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