«Cyrano se encuentra en el 'top 5' de los personajes de la historia»
El popular Juan Cuesta de la serie 'Aquí no hay quien viva' dará vida el sábado en el Auditorio Salesianos al personaje de Edmond Rostand
El actor José Luis Gil (Zaragoza, 1957) se sube este sábado al escenario del Auditorio Salesianos de Santander convertido en 'Cyrano de Bergerac', un ... espadachín moderno de enorme nariz que maneja como nadie la palabra y la pluma (20. 30 horas). Gil es conocido como Juan Cuesta en la serie 'Aquí no hay quien viva', o como Enrique Pastor en 'La que se avecina', aunque tiene una gran trayectoria a sus espaldas. Este sábado se mete en la piel del clásico francés por excelencia, 'Cyrano de Bergerac', en la versión de la obra de Edmond Rostand, que firman Carlota Pérez Reverte y Alberto Castrillo-Ferrer.
-¿Qué le atrajo de Cyrano de Bergerac la primera vez que vio la obra?
-Descubrí a Cyrano con 13 años. Estudiaba Arte Dramático y preparamos el montaje. Creo que en ese momento no era consciente de la intensidad del personaje, aunque me pareció maravilloso. Pensé que para un actor con experiencia debía ser un auténtico placer meterse en sus botas y vivir su aventura. Luego cuando lo analizas encuentras que el por qué me maravilló tanto. Es un personaje que está dentro de una obra maestra, redonda y perfecta de la dramaturgia universal. Cyrano se encuentra en el 'top 5' de los personajes de la historia. Es una obra perfecta, un personaje muy conseguido del escritor Edmond Rostand.
-¿Cómo es Cyrano?
-Es todo valor, pendenciero, pagado de sí mismo, culto, escritor y vive con intensidad el amor que no puede expresar a su amada por su defecto físico, su nariz, y el miedo al rechazo. No se atreve ni a insinuar su amor y eso hace que su mundo interior crezca y se convierta en un escritor genial. ¿Quién no ha tenido un Cyrano dentro alguna vez? Sobre todo ahora que está tan de moda el culto a la imagen. Es una obra con mucha vigencia a nivel emocional y sentimental.
-Cyrano en el mundo actual lo tendría complicado.
-O fácil, si se opera la nariz, pero dudo que lo hiciera porque siente que quiere disfrutar del amor sin dejar de ser quien es. Quiere disfrutar del placer de la sinceridad y la honestidad. Insisto, todos tenemos un pequeño Cyrano dentro y alguna vez hemos sentido miedo a expresar nuestros sentimientos por temor a ser rechazados. No creo que él se hubiera retocado la nariz.
LA FICHA
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La obra 'Cyrano de Bergerac', clásico francés escrito por Edmond Rostand.
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El elenco José Luis Gil, Ana Ruiz, Héctor González, Rocío Calvo, Carlos Heredia, Ricardo Joven, y Nacho Rubio, bajo la dirección de Alberto Castrillo-Ferrer.
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El lugar La obra se representa el sábado, en el Auditorio Salesianos, a las 20.30 horas.
-¿Qué es lo que más le gusta de su personaje?
-Todo. Cyrano, desde el primer verso, te mete en un huracán de emociones distintas en cada escena. Descubres al personaje a medida que avanza la obra que es una montaña rusa. Es un personaje muy exigente pero se disfruta tanto como se sufre. Me siento muy afortunado
-Y lo que menos le gusta?
-No hay ni una sola escena que no me guste de Cyrano. Es perfecto para un actor. Después de dos años interpretándolo sigo con la ilusión de subirme al escenario.
-¿Qué tiene José Luis de Cyrano?
-Bastante, más de lo que yo quisiera y por eso me gustó tanto desde el primer momento, con 13 años. Imagino que a esa edad estaba ya medio enamoradillo de alguna muchacha de 16 años y me preguntaría que a dónde vas José Luis. No me gustaban las de mi edad para dar un paseo y comer pipas, me gustaban mayores, inalcanzables, y seguro que hice algún poema para vivir ese amor en mi soledad.
-¿Qué cree que es más importante para seducir, el físico o la palabra?
-Pufff. El físico es un primer impacto muy importante, pero el atractivo o la seducción llega a través de otros códigos. La belleza no se puede negar pero te puede seducir alguien que es menos guapo y te seduce su forma de ser, actuar o incluso mirar, aunque no tenga los ojos bonitos.
-¿Cómo llegó al mundo del teatro?
-Se lo debo a mi hermana mayor. Cuando tenía 11 años me llevaba a convocatorias para actuar en películas y telenovelas. Me costaba ir, porque prefería jugar con mis amigos, pero se lo agradezco mucho porque me cogían en los castings. Mi vocación como actor nació a base de preparar los pequeños papeles, salir al escenario y oír a la gente en la platea. Entonces me di cuenta de lo bonito que es pasar ese miedo cuando sales a escena en un teatro lleno. Me gustaba salir a escena y hacer lo que me habían dicho lo mejor que podía y que el público se fuera contento. Es divertido, apasionante, incluso frustrante.
-Tiene una larga trayectoria y una larga lista de personajes a sus espaldas. ¿Cuál cree usted que es la clave de su éxito?
-El éxito de un actor reside primero en tener ofertas de trabajo para poder interpretar personajes. Y después, tener la suerte de disfrutar en cada papel. Es un trabajo vocacional que se disfruta mucho pero también se sufre mucho. Y pese a hacer trabajos que no te gustan porque el papel no da juego o no lo ves nada claro... al ser vocacional lo sobrellevas con sacrificio. Y cuando la situación es muy buena, resulta apasionante.
-No puedo terminar la entrevista sin preguntarle por Juan Cuesta o Enrique Pastor... ¿Qué le traen a la cabeza estos nombres?
-Juan Cuesta es un antes y un después en mi carrera. Empecé muy joven como actor de teatro, pero después, por una casualidad de la vida, pasé al doblaje. Estuve muchos años y volví a los escenarios gracias a Juan Cuesta. Me fue maravillosamente bien gracias a ese fenómeno sociológico que se produjo con la serie 'Aquí no hay quien viva', de los hermanos Caballero. Se lo agradezco mucho por darme la oportunidad y también al público que acogió muy bien la serie, que me puso de nuevo en un escaparate al que había renunciado. En el doblaje se trabaja mucho, pero es la oscuridad de una sala de cine. Por eso, le debo mucho a Juan Cuesta.
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