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Andrés Pascual, en la ermita de Nuestra Señora de La Piscina en Pecina, uno de los escenarios de la novela. Justo Rodriguez / JPEG Estudio 2
«Debemos enfrentarnos al mundo con los ojos de un niño»

«Debemos enfrentarnos al mundo con los ojos de un niño»

El autor riojano presenta hoy su nueva novela, 'A merced de un dios salvaje', en el Ateneo, en la apertura del Aula de Cultura de El Diario Andrés PascualEscritor

Rosa Ruiz

Santander

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Martes, 25 de septiembre 2018, 13:08

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Andrés Pascual (Logroño, 1969) sostiene que hay muchos héroes anónimos que se resisten a conformarse con el destino. A ellos va dedicada su nueva novela, 'A merced de un dios salvaje', un thriller psicológico ambientado en el corazón de La Rioja, que presentará esta tarde, a las 19.30 horas, en el Ateneo de Santander, en el primer acto del Aula de Cultura de El Diario Montañés en la presente temporada.

La obra, que según dice ha marcado un antes y un después en su trayectoria, le ha permitido ver su tierra «con los ojos de un niño» y enfrentarse a las dificultades que atraviesan las familias con hijos afectados por las llamadas enfermedades raras.

-Llega al Ateneo con 'A merced de un dios salvaje'. ¿Qué historia presenta en esta nueva novela?

-Es la fusión entre un escenario idílico, como es La Rioja, y el dramatismo de un thriller, que al fín y al cabo es lo que proponen las bodegas de esta zona que en su superficie son todo sofisticación y viñedos que parece que están peinados con raya, pero que en sus interioridades están llenas de calados de oscuridad, silencio o moho, como cualquier novela de misterio. Pero en la presentación de esta tarde, más que hablar de la trama, me gustaría desvelar al público las bambalinas del libro. Lo que va más allá de la historia.

«Es la fusión entre un escenario idílico y el dramatismo de un thriller»

-¿Qué se esconde detrás de esa historia?

-He querido plasmar ese alma que nos empuja a los héroes anónimos a enfrentarse a sus dioses más salvajes. Lo que nos lleva a rebelarnos contra nuestros destinos. Muchas veces creemos que tenemos la vida predestinada y que no podemos hacer nada y es entonces cuando debemos sacar ese espíritu de rebeldía.

-Sus lectores ya se han acostumbrado a viajar a lugares exóticos por medio de sus novelas. Esta vez les lleva a La Rioja. ¿Por qué eligió este paisaje?

-Hace años que quería escribir una novela ambientada en La Rioja, pero tenía una carga de responsabilidad mayor, por aquello de que es mi tierra, que me hizo esperar a que llegara la trama ideal. Entre tanto he ido publicando otras cosas sin dejar de madurar esta propuesta con esa idea que comentaba al principio de paisaje idílico y dramatismo. Un buen día conocí en un viñedo a Raúl, el niño de carne y hueso que inspira al personaje del libro, y en ese momento todo empezó a encajar. Creo que muchas veces no somos capaces de valorar las maravillas que tenemos delante. La Rioja es una región única. Ni mejor ni peor que el resto, pero única. Cualquier autor del mundo estaría encantado con un escenario así.

-Ese niño, Raúl, uno de sus protagonistas sufre síndrome de Dravet. ¿En qué consiste esa patología?

-Es una enfermedad terrible que tiene aún algo peor, que es rara, con lo cual hay muy pocos fondos destinados a su investigación. Explicado de forma fácil consiste en una epilepsia grave que afecta a niños bien pequeños, de un año de edad o así, que pueden llegar a sufrir varios ataques durante el mismo día. Cuando descubrí esta enfermedad me cuestioné lo mismo que creo que se pregunta todo el mundo. ¿Cómo es posible que alguien pueda vivir con algo así? Y comprobé que las familias que sufren este problema, en vez de estar lamentándose o convertirse en esclavos del pasado y futuro, han aprendido a vivir el presente con una gran intensidad. Ellos no despiertan cada mañana como el resto de nosotros. Lo que hacen es renacen cada día. Me pareció una inspiración preciosa.

«Es terrible. Pero admiro la capacidad de renacer cada día que tienen las familias que la sufren»

-Con 'Taj' le concedieron el Premio de Novela Histórica Alfonso X El sabio. ¿Siente una mayor responsabilidad a la hora de publicar nuevos libros?

-Siempre intento exigirme más con cada novela porque creo que ir aprendiendo y creciendo es una necesidad vital. De hecho, después de dos décadas de ejercicio de la abogacía, lo dejé hace cuatro años para dedicarme a la escritura en cuerpo y alma para poder crecer aún más. Pero la novela que lo ha cambiado todo ha sido esta.

-Entonces, ¿coincide con la crítica que con 'A merced de un dios salvaje' ha llegado a su madurez narrativa?

-El hecho de escribir sobre algo tan cotidiano como es mi tierra, me ha supuesto liberarme de mucha impostación. Narrar sobre universos lejanos es fascinante y te permite descubrir paraísos a los lectores, pero cuando empecé este libro me resultaba bien difícil mostrar algo sorprendente o icónico de un lugar tan conocido y tan cercano. Me di cuenta de que tenemos que mirar el mundo con fascinación y sorpresa, por lo me he enfrentado a mi propia tierra con ojos de niño, admirando cada rincón y sorprendiéndome a cada paso que es como debemos mirar el mundo. Todo eso me ha hecho escribir de una forma completamente distinta y, aunque espero que mis lectores sigan encontrando mi propio sello personal, confío también en que vean madurez en esta novela. En algunos blog literarios coinciden, y me lo dicen como un piropo, en que me he hecho mayor, (ríe). Creo que me he liberado de prejuicios a la hora de escribir.

«Me gustaría hacer una saga porque La Rioja y los personajes de esta novela pueden dar mucho de sí»

-Hace veinte años trabajaba en su despacho de abogados en La Rioja y en 2007 publicó su primera novela 'El guardián de la flor de loto'. ¿Ese libro cambió su vida?

-Sí. Me cambió la vida de forma inesperada y rotunda. No he notado otro cambio tan importante hasta esta nueva novela. Por eso creo que no es una más. Lo que me hace más feliz de que se esté vendiendo tan bien y que en tan poco tiempo ya tenga las revisiones y buenas críticas en los blog, es que me da la oportunidad de seguir escribiendo una saga, que es lo que yo quería. Esta novela tiene un principio y un fin, pero tanto los personajes como La Rioja tienen mucho más que dar y están esperando, por decirlo de algún modo, la bendición de los lectores para aflorar. Ya estoy con la pizarra en la pared haciendo esquemas para nuevas tramas.

-¿Sigue teniendo los mismos motivos para escribir que cuando publicó 'El guardián de la flor de loto'?

-Sigo teniendo los mismos motivos y alguno más. Me senté a escribir para dar salida a mi vena creativa. Durante muchos años, al mismo tiempo que trabajaba me dedicaba al mundo de la música, y desde el momento que escribí la primera página de esa novela me di cuenta de que mi camino estaba ahí. Ahora tengo, además, una necesidad de seguir experimentando y, en este caso, de convertirme en el embajador de una región, La Rioja, que es muy conocida en el mundo entero, pero que aún merece más. Desde la humildad creo que no hay nada más bonito que poder dar a conocer tu tierra.

-Esta tarde se encuentra con un grupo de lectores. ¿Qué le aportan a un escritor este tipo de presentaciones?

-A mí me llenan los depósitos de ilusión y de energía para seguir escribiendo. Al fin de al cabo escribimos para conectar con los demás. Lo que no tiene sentido es escribir una novela para guardarla en un cajón. Por eso me gustan estas charlas en la que no hablo de la trama, que creo que deben descubrirla los lectores, si no de los motivos que me han llevado a escribir, de los pilares conceptuales que sustentan la novela y de otras cosas como la conexión entre la ficción y la realidad. Al fin y al cabo cuando entras en un terreno más íntimo, los lectores te responden con la misma intimidad. Y eso es una maravilla que va más allá de los números.

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