Borrar
Darío Villanueva, actual director de la Real Academia de la Lengua. Archivo
Ajedrez en la RAE con ocho damas y 38 reyes

Ajedrez en la RAE con ocho damas y 38 reyes

Si opta este jueves por una mujer, será la primera directora en los tres siglos de la docta casa que 'limpia, fija y da esplendor' al español

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 8 de diciembre 2018, 18:19

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La Real Academia Española (RAE) afronta una partida de ajedrez decisiva para su futuro. El próximo jueves los 46 académicos que la conforman tratarán de elegir a un nuevo director, el trigésimo primero en los más de tres siglos de historia de la casa. No será fácil. Hay marejada en la RAE. Mar de fondo, dicen algunos que miden la altura y virulencia de la olas que sacuden a la institución encargada desde 1713 de limpiar, fijar y dar esplendor al idioma que compartimos casi 600 millones de personas en todo el mundo.

El hasta ahora director, Darío Villanueva, anunció por sorpresa a sus colegas en octubre que no se presentaría a un nuevo mandato. Una decisión tras la cual hay quien ve malestar, confrontación y reajustes de los complejos equilibrios de poder que siempre se han dado en el viejo caserón de la calle Felipe IV. La decisión de un Villanueva que habría visto mermar sus apoyos marcó el inicio de una carrera por la sucesión que quizá tenga varias etapas.

Para que haya nuevo director o directora de la tricentenaria institución este jueves, el candidato tendría que obtener mayoría absoluta en las votaciones. Los estatutos dicen que para que la elección sea válida es necesaria la presencia en el pleno de la mitad más uno de los académicos con derecho a voto. Si nadie alcanzara la mayoría absoluta, una semana después, el 20 de diciembre, se realizaría una segunda votación de los académicos presentes y ausentes con derecho a voto. Entonces solo figurarán como candidatos los tres académicos más votados en la tanda anterior.

La única certeza es que el nuevo director de la RAE surgirá de los académicos que ahora la integran. Pueden aspirar al cargo todos y cada uno de los titulares de una plaza, aunque no se proclaman oficialmente candidaturas ni se postulan candidatos. Quien resulte elegido no podrá negarse.

Entre los posibles sucesores de Villanueva suena con fuerza y reiteración el nombre de Santiago Muñoz Machado, secretario de la RAE desde 2015 y titular de la silla r desde 2013. También el de Juan Luis Cebrián, junto a los de Ignacio Bosque, José Antonio Pascual, Guillermo Rojo, José Manuel Sánchez Ron o Luis María Anson. Cebrián, periodista de larga trayectoria, escritor y titular de la silla V desde 1997, ya sonó en 2012 como aspirante a la dirección. Tiene experiencia de gestión a pesar de haber sido apeado hace poco de sus altas responsabilidades ejecutivas en el diario El País y el grupo Prisa.

Se abre también la inédita y esperanzadora posibilidad de que una mujer se convierta en la primera directora de una institución que en tres siglos sólo ha acogido en su seno a once damas. Una casa que negó al acceso a Emilia Pardo Bazán, María Moliner -que se vio relegada por Emilio Alarcos Llorach-, a Rosa Chacel o a Carmen Martín Gaite.

Hay lingüistas, filólogos, escritores, poetas y dramaturgos, cineastas, arquitectos, actores, científicos o expertos en computación sentados en las 46 sillas de la RAE, de las que solo ocho están ocupadas por académicas. La primera, Carmen Conde, ingresó en 1979, nada menos que 266 años después de la apertura de la RAE. Llegaron luego Elena Quiroga y Ana María Matute. Una de cada tres nuevas incorporaciones es ahora femenina. Paz Battaner (silla s, 2015) fue la última, tras Clara Janés (U, 2015), Aurora Egido (B, 2013), Carme Riera (n, 2012), Inés Fernández Ordóñez (P, 2011), Soledad Puértolas (g, 2010), Margarita Salas (i, 2003), y Carmen Iglesias (E, 2002).

«En la RAE, como en todo, la mujer se ha incorporado tarde, pero tenemos un nutrido grupo de mujeres acreditadas por su valía como académicas, no por el hecho de ser mujeres», declaraba hace unos días Víctor García de la Concha, exdirector de la RAE. «Decir que históricamente la RAE no fue machista sería faltar a la verdad», le respalda Inés Fernández Ordoñez, la más joven académica.

Todos elegibles

«Todos los académicos somos elegibles, sean hombres o mujeres, aunque Darío Villanueva ha rogado que no se le reelija y los mayores de 78 podemos eludir la obligatoriedad de aceptar el cargo», dijo De la Concha, que ocupó la dirección entre 1998 y 2010. El también exdirector del Instituto Cervantes negó que haya «división brutal» en la casa y sí «convivencia de ideas y personalidades diferentes». Algo que «ha ocurrido siempre en esta noble institución que está al servicio de la lengua, en lo que sí ha hecho un esfuerzo brutal», planteó el ahora director honorario de la academia.

La media de edad de los académicos está en los 76 años. El más veterano es Francisco Rodríguez Adrados (1922), filólogo y catedrático de griego y titular desde 1990 del sillón d, con 96 años. Inés Fernández Ordóñez (1961), titular de la silla P, es la «benjamina» con 56. Solo ocho letras del alfabeto no tienen representación en los sillones de la RAE: v, w, x, y, z, Ñ, W, Y.

El lema 'limpia, fija y da esplendor' fue adoptado por los ilustrados que fundaron la RAE en 1713, bajo el reinado de Felipe V, a imagen de la academia francesa y por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena y primero de sus 30 directores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios