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Adiós al 'sardinerino' Jesús Pardo, poeta y periodista, escritor de la memoria y la muerte

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Miguel de las Cuevas

Adiós al 'sardinerino' Jesús Pardo, poeta y periodista, escritor de la memoria y la muerte

El autor de 'Ahora es preciso morir', una de las grandes novelas sobre Santander, y de una ingente obra memorialista que revolucionó el género, fallece a los 93 años

Guillermo Balbona

Santander

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Sábado, 23 de mayo 2020

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«Prepararse para la muerte es una pérdida de tiempo». Quizás fuera uno de los escritores más cultos de este país. También un periodista dandi de raza y crónica descarnada. Y, sobre todo, un hombre-libro, aferrado a una biblioteca inmensa y a la propia vida, la que apuró hasta que una depresión derrotó todas sus palabras, citas, volúmenes y retratos del mundo que contenía su equipaje. Jesús Pardo (Torrelavega, 1927) narrador, periodista y traductor falleció la noche del viernes en Madrid en la residencia en la que ingresó en los últimos años. El pasado 5 de mayo había cumplido 93 años. Santander está en la médula vital y existencial de sus narraciones y escritos, aunque desde que volviera de Londres, su paisaje permanente era Madrid. Prolífico, de escritura incesante, logró con sus volúmenes de memorias edificar una mirada sobre el mundo pero, sobre todo, desnudar su propio perfil y el de los demás. 'Autorretrato sin retoques', 'Memorias de memoria' y 'Borrón y cuenta vieja', obra en la que narraba su propia muerte, constituyeron un antes y un después en el género. Sus '50 cuentos al contado', la novela 'Rojo perla', o las cuatro últimas partes de su diario poético se sumaron al último tramo de su creación literaria.

En 2016 Santander saldó una cuenta pendiente con el autor al otorgarle el Premio Honorífico de las Letras organizada por el Ayuntamiento. Jesús Pardo de Santayana, que recibió el galardón en un sencillo pero emotivo homenaje, se definía a sí mismo como 'sardinerino'. Aunque nacido en Torrelavega siempre destacó su vida desde ese mismo año 1927 hasta 1944 en El Sardinero. Luis Salcines, gran conocedor de la obra de Pardo, sostiene que El Sardinero «era un mundo propio, una isla. Para él no tenía nada que ver con Santander. Se hacía una vida aparte. Él viviría en Villa San José con su tía Curra y su tío Marcelino, sin recibir visitas y con el depósito de una inmensa biblioteca que devoraba y que alimentaba sus ansias de ser escritor». Sus padres le dejaron allí con dos años: «Ambos pasaron por mí como luz por el cristal».

El Sardinero, escribió Pardo, «es mi única patria, hasta el punto de que no me siento español, ni menos cántabro, santanderino o montañés, sino sardinerino o pejino. El olor, el color, la humedad del Sardinero siguen siendo sangre y espina dorsal de mi mente, y cualesquiera otros estímulos que les fueron sucediendo en mi experiencia salieron perdedores en esa competencia».

«He hecho todo lo que he podido para contar no la verdad, sino lo que yo recuerdo como verdad»

lo que decía sobre sus memorias

Devorador de libros –se definía como 'Librívoro'–, confesaba siempre haber «bebido y vivido». Fue «un lector y escritor obsesivo», salvo en ese período en que «la depresión trajo de la mano la espantosa literofobia. No es ya que no quisiera leer, es que los libros me daban asco». Su especial ligazón con la memoria y la autoficción le convirtió en un referente especial de la literatura española. En opinión de muchos críticos y estudiosos, «quedarán, sin duda alguna, sus páginas como memorialista por su sinceridad, su brillantez literaria, su audacia y su profundidad reflexiva». Los volúmenes citados marcaron un antes y un después en este género en España por su revitalización y personalidad. Pardo, además, es autor de la que muchos coinciden en calificar como la mejor novela sobre Santander de todo el siglo XX, 'Ahora es preciso morir', obra que tuvo como fruto enemigos y amenazas de quienes se sintieron cruelmente amenazados.

El periodismo, su labor de corresponsal hasta su vuelta a España, más la traducción poética acapararon su labor durante décadas. Hay que tener en cuenta que su primera novela, una de las de mayor éxito y contenido autobiográfico, la citada 'Ahora es preciso morir', está fechada en 1981. Políglota, calificado por Luis Antonio de Villena como 'rara avis' del mundo literario español, Jesús Pardo le confesó al poeta en 1985 sus objetivos: escribir sus memorias, quizás una novela, una gran biografía sobre el emperador Trajano y morir. Al publicar 'Borrón y cuenta vieja' sostuvo: «Me hacía gracia la idea de retratar mi propia muerte, porque, salvo a Elías y la Virgen María, es algo que estamos seguros que va a pasarnos a todos y no creo que vaya a ser la tercera excepción». Acompañado del sentido del humor inglés, el tercer y último tomo de sus celebradas memorias surgió tras «dos grandes crisis» en su vida: una profunda depresión, de la que salió en 2001, y una crisis religiosa, que lo llevó a su reconversión al catolicismo, tras 40 años alejado de la religión.

En sus memorias de fino estilete y agudeza en los retratos desmitifica lugares y personajes, carga contra la vida cultural de la España de posguerra y traza una galería y un caleidoscopio humano en el que caben Camilo José Cela, César González Ruano o Marcelino Menéndez Pelayo, entre otros muchos.

Diplomado en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid en 1952, fue corresponsal en Londres de los diarios 'Pueblo' y 'Madrid', corresponsal volante de la revista 'Cambio 16', redactor de la Agencia EFE y delegado de la misma en Ginebra y Copenhague, así como fundador y director de 'Historia 16'. Tras su jubilación en 1987 comenzó la etapa más intensa de su escritura, dedicado exclusivamente a sus libros. Traductor de más de doscientos libros en quince idiomas, en 1994 recibió el Premio Nacional de Traducción de Finlandia. Sus obras, desde 'Cantidades discretas' (1984) a 'Eclipses' (1993) y 'Aureliano' (2001), o los ensayos 'Conversaciones con Transilvania' (1988), 'Zapatos para el pie izquierdo' (1998), 'Las preguntas que movieron el mundo' (1999) y 'Las damas del franquismo', reflejan su inmensa curiosidad. Además cabe citar novelas como 'Yo, Marco Elio Trajano' (1991) y 'Rojo Perla' (2014), y los libros de poemas 'Faz en las fauces del tiempo' (1982), 'Antología final' (1997) y 'Gradus ad mortem' (2003), más una incursión en los libros de viajes con 'Bucarest' (1991).

«Me enseñó a sintetizar, a procurar la exactitud y a evitar la palabrería y la indefinición»

lo que decía sobre el periodismo

Homenajeado en el ámbito académico de la UIMP por Plaza Porticada, sus memorias son un manantial de nombres y pequeños mundos que abordó sin dejar nunca la poesía y la traducción. Cronista apasionado, lector voraz, caníbal de idiomas –el egipcio faraónico y el suajili fueron objetivos finales de su inagotable aprendizaje–, la obra de Pardo es un fresco en construcción donde se transparenta el siglo XX. Prolífico retratista, decía «no inventar casi nada» pero en sus narraciones se muestra siempre un territorio sembrado por el asombro. En esta pasada década sumó a su carrera el libro 'Bajas esferas, altos fondos', presentado en el Aula de Cultura de el Diario, a modo de reverso de 'La colmena' del Nobel Cela. Con un permanente duelo, en la ficción y en la realidad, con la muerte, se despide dejando un singular edificio literario, uno de los «ajustes de cuentas con el pasado más lúcidos y despiadados de la literatura del siglo XX».

El autor de 'Ramas secas del pasado' siempre buscó el desafío verbal, ese terreno entre verdad y mentira, realidad e invención. Pardo, que inició un diario sobre su decadencia física, deja inédita una novela ambientada en Santander que le ocupó sus últimos años narrativos. Literatura y vida, siempre entrelazadas.

Reacciones

Con su fallecimiento, Santander y Cantabria pierden a uno de sus grandes referentes culturales y literarios. Así lo destaca en un comunicado la alcaldesa de Santander, Gema Igual, que ha trasladado el pésame de todos los vecinos a la familia del también corresponsal y ha puesto en valor el amor de Jesús Pardo a la ciudad en la que se crío y formó, y donde comenzó además su afición por la lectura.

El escritor Jesús Pardo recibió de manos de Gema Igual el premio Honorífico en la Gala de las Letras de Santander de 2016.
El escritor Jesús Pardo recibió de manos de Gema Igual el premio Honorífico en la Gala de las Letras de Santander de 2016. Javier Cotera

«Despedimos a una persona clave de nuestra vida cultural, uno de nuestros grandes escritores y pensadores», ha lamentado la alcaldesa, quien ha recordado que en 2016 Santander saldó una cuenta pendiente con el autor al otorgarle el Premio Honorífico de las Letras durante la II Gala de las Letras organizada por el Ayuntamiento.

«Con su fallecimiento, Santander y Cantabria pierden a uno de sus grandes referentes culturales y literarios»

gema igual, alcaldesa de santander

Ella misma y el recién nombrado premio Ciudad de las Letras Juan Antonio González Fuentes arroparon a Pardo en un sencillo pero emotivo homenaje al escritor nacido en Torrelavega, que se definía a si mismo como «sardinerino».

«Es un día triste. Nos deja un veterano de las letras enamorado de Santander. Su pluma sincera, lúcida y auténtica permanecerá para siempre entre nosotros«, ha asegurado la regidora, quien ha recordado también las numerosas colaboraciones del escritor con iniciativas de impulso a la cultura en el municipio.

«Hoy es un día triste para Cantabria y para las letras españolas, pero siempre nos quedará la lucidez, inteligencia y honestidad de sus obras»

pABLO ZULOAGA, VICEPRESIDENTE DE CANTABRIA

También se ha manifestado el vicepresidente de Cantabria, Pablo Zuloaga, quien ha lamentado el fallecimiento del «ávido» periodista, «uno de los grandes nombres de la literatura española de las últimas décadas», del que ha destacado «la sinceridad, inteligencia y audacia de su obra».

Zuloaga ha trasladado su pésame a la familia y amigos de Pardo de Santayana y ha asegurado que es una gran pérdida para Cantabria y para la ciudad de Santander, donde vivió desde los dos años hasta los 21, y que estuvo presente en su obra, sobre todo, en títulos como 'Ahora espreciso morir'.

El también consejero de Cultura ha elogiado, además, su pensamiento crítico y agudo, y ha destacado su defensa de la memoria sincera y honesta. «Hoy es un día triste para Cantabria y para las letras españolas, perdemos a uno de los grandes de la cultura, pero siempre nos quedará la lucidez, inteligencia y honestidad de sus obras», ha añadido el vicepresidente.

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