Javier Cotera: «El fotoperiodista no es un fotógrafo de postales, la foto debe ser algo más que bonita»

-¿Qué le llevó a ser fotógrafo?

-Soy fotoperiodista por muchas circunstancias. Mi padre trabajaba en Alerta y un verano empecé a hacer prácticas. Por otro lado, conocía a Pablo Hojas. Por aquel entonces yo solo veía las fotografías del periódico y una vez vi una fotografía suya de Nureyev en la Plaza Porticada y me impactó. Fue en ese momento cuando dije yo quiero hacer esto. Empecé y aquí sigo.

-¿Cómo define su trabajo?

-El fotoperiodismo consiste en documentar la realidad, el mundo que te rodea. Somos notarios de la actualidad. Es una profesión que hay que cuidar. Hoy todos tenemos una cámara en la mano y no todo vale. Somos los propios fotoperiodistas los que tenemos que cuidar nuestro trabajo y este premio que acabo de recibir es una forma de visibilizar nuestra profesión.

-¿Qué supone este premio?

-Estoy muy contento, es una alegría muy grande porque este tipo de premios los conceden los propios compañeros. Por eso tiene un gran valor.

-Hábleme de 'Mirada', ¿cómo fue el momento del click?

-Ocurrió en un momento que yo digo de impasse. Las autoridades se sientan y los fotógrafos tenemos que ir hacia la zona de atrás. Observé la luz, cómo entraba en la sala del Centro Botín, y pegaba de frente a los reyes y había una silueta perfecta. Coloqué el teleobjetivo, medí la luz, y cuando iba a disparar, en ese instante, la reina Letizia giró la cabeza. Ese instante es el que define la profesión de fotoperiodista, el estar en un lugar, estar preparado, saber a lo que vas y documentar lo que sucede.

-¿Qué ingredientes debe tener una buena fotografía?

-Al final todo se resume en el instante, que sea potente. Ayuda la luz, el encuadre... ayuda todo. Y luego no hay que olvidar que el fotoperiodista no es un fotógrafo de postales, la foto tiene que ser algo más que bonita. Una buena foto es una buena foto, no una foto bonita.

-¿Y un buen fotógrafo, qué cualidades debe tener?

-Paciencia y saber qué tiene entre manos. Las cinco w -qué, quién, cómo, por qué y dónde- hay que tenerlas muy matizadas antes de salir a la calle. Después hay que saber gestionar.

-Una profesión que exige mucho, pero ¿se le da el valor que merece?

-Cada vez hay más reconocimiento. Yo siempre dijo que ojalá todo el mundo tuviera un fotoperiodista dentro, igual que tenemos un entrenador... porque se hablaría más de la profesión, del trabajo y de las condiciones laborales.

-¿Qué recuerda de su primera fotografía?

-Nervios, porque estaba de prácticas. Había fotografiado los Jardines de Pereda y rincones de Santander, pero cuando fui a hacer mi primera información recuerdo que estaba muy nervioso, posiblemente por mis inseguridades.

-¿Qué ha aprendido en este tiempo de la fotografía?

-La fotografía me ha mostrado otro punto de vista sobre la vida, con más distancia. La cámara hace de parapeto y te ayuda a ver las situaciones con distancia y pensando en todas las partes.

-¿Cuál es su mejor fotografía?

-Me cuesta mucho decir una foto. Me gusta mucho la del premio, 'Mirada' y otra que hice cuando el Racing subió a Segunda. Y luego hay fotos del día a día que emocionalmente o por el trabajo que cuestan las tengo un cierto cariño.

-¿Qué le diría a alguien que va a hacer su primera fotografía?

-Que se documente y hable con los profesionales. He visto pasar a muchos fotoperiodistas que han duraron solo unos años.

-¿Cómo ve el mundo del periodismo?

-Es un mundo bonito. Si estamos en este oficio estamos porque nos gusta mucho, no por las horas, ni por los salarios. Al final, trabajas 24 horas al día porque la máquina no se apaga nunca.