«El ser humano debe dejar de vivir tan deprisa y pararse a reflexionar»

La pintura y la lectura han sido la vía de escape de Juan Manuel Puente durante el confinamiento. Un periodo que este veterano pintor y artífice de la sala Robayera en Miengo asegura haber vivido con relativa normalidad «porque los artistas estamos acostumbrados a pasar muchas horas encerrados solos en nuestros estudios». Eso sí le ha permitido reflexionar sobre la condición humana, la perdida de valores y la celeridad con la que se viven las cosas. En julio expondrá en Asturias.

-¿Cómo se ha enfrentado al confinamiento y posterior desescalada?

-Recluido, como no podía ser de otra manera. Pero no lo he pasado mal, la verdad. Los artistas estamos acostumbrados a trabajar en soledad encerrados en el estudio y por eso, la verdad, el confinamiento no me ha afectado de gran manera. Podría decir, incluso que no se me ha hecho largo.

-¿Ha sido un periodo inspirador desde el punto de vista artístico?

-Este tipo de situaciones tan grave siempre te motivan y yo, la verdad, no he parado de trabajar. Ha sido un periodo que me ha permitido profundizar más en las cosas y he dibujado mucho. Expondré en julio en Asturias y en esa muestra habrá obra nueva más algo de lo que mostré el año pasado en la Escuela de Náutica con el MAS.

-Si tuviera que comparar este estado tan atípico con un estilo artístico, ¿qué le vendría a la cabeza, una pintura negra, un cuadro abstracto, un retrato?

-Vengo trabajando últimamente con la materia y seguramente es lo que se me ocurriría porque al final todo se reduce a la materia. Es un campo que me interesa mucho, del que estoy descubriendo muchas cosas y la pandemia me lo ha recordado. Vivimos en una sociedad muy acelerada y yo creo que tenía que pasar algo que nos hiciera parar, reflexionar y volver a mirar atrás. El ser humano ha provocado muchas situaciones difíciles que de alguna forma nos han podido llevar a todo esto que estamos pasando ahora. Vivimos demasiado deprisa como si estuviéramos en el borde de un abismo y no reflexionamos lo que debiéramos. Las cosas necesitan tiempo para que no se repitan situaciones como esta que ahora sufrimos.

-Esta pandemia nos ha hecho detenernos a todos y la cultura será víctima de ese parón. En el caso del arte ¿quién sufrirá más, los artistas o los galeristas?

-Los dos por igual. Los galeristas han tenido que cerrar sus espacios, aunque tampoco tenían obras que mostrar. Sus ventas, sin duda, se van a ver afectadas. Pero a los artistas también les va a tocar sufrir porque han tenido que cancelar muchos de sus proyectos, precisamente porque no han tenido un sitio donde mostrar sus proyectos.

-Usted mismo, como dice, estaba preparando un proyecto para mostrar en Asturias. ¿Qué ha pasado con esa exposición?

-Esta prevista para julio y sinceramente no creo que haya ningún problema para que pueda realizarse en los plazos previstos. En ella mostrará la última obra en la que estoy trabajando y, como te decía, algo de lo que se vio, en la Escuela de Náutica, en Santander.

-¿Las galerías volverán a recuperar el pulso que han mantenido hasta ahora?

-Estoy convencido de que volverán a la normalidad. Es verdad que ahora parece todo muy raro con esas medidas para guardar la distancia de seguridad, pero será temporal y volveremos a ver las galerías como han sido hasta ahora. Los seres humanos somos de costumbres.

-Estos meses se ha destacado lo que llamamos la 'España vaciada' y las grandes ciudades han mirado con envidia la vida rural. Usted puso en marcha una galería en Miengo, precisamente para darle un nuevo valor a esa zona de Cantabria. ¿El arte mirará mucho más a los pueblos a partir de ahora?

-La 'España vaciada' tiene todas las posibilidades del mundo y, por supuesto también para el mundo artístico. No hay que centrarse solo en las grandes ciudades. Afortunadamente vivimos en un mundo que cuenta con buenas infraestructuras que facilitan los desplazamientos y una sala de exposiciones en cualquier pueblo de España, por muy alejado que esté puede tener el mismo éxito que una en una gran ciudad. Soy un firme defensor que el arte llegue a todos los lugares. Para mí dirigir Robayera fue una gran oportunidad y creo que también para la zona y sus vecinos que pueden disfrutar del arte sin tener que desplazarse. Fue un éxito que además abrió puertas pues a partir de ahí se han creado proyectos similares en otras zonas rurales.

-Durante esta crisis el sector cultural se ha puesto en valor. ¿Por qué son necesarios los artistas y el arte?

-El arte y los artistas son necesarios siempre. El arte es un medio donde caben todas las sensibilidades, desde la pintura a la música, la poesía y toda la literatura. Sin el arte, sin la cultura en general el ser humano no podría existir, seríamos zombis.

-Su arte y usted mismo ha estado siempre muy próximo a la poesía. ¿Qué tiene en común y que le diferencia de la pintura?

-Es el mismo arte, pero con diferentes herramientas. Los pintores, como los poetas, lo que hacen es reflejar sus sentimientos en sus obras.

-¿Se puede sacar alguna lectura positiva de la crisis sanitaria?

-Yo espero que todo esto que hemos vivido nos sirva para reflexionar. Necesitamos un cambio de modelo de sociedad, con menos consumismo y materialismo. Hemos perdido muchos valores para darle más importancia al dinero. Está claro que tenemos que cambiar para ser un poco más humanos.