«La idea del amor romántico, cuando es un sentimiento que anula, es peligrosa»

-La Toñi está a punto de tener más vidas que un gato. ¿A qué se debe ese éxito?

-Ha sido una sorpresa porque es un espectáculo bastante sencillo. Posiblemente ahí resida el secreto de su éxito. Cuando la gente lo ve se siente muy identificada con el personaje porque lo ven como alguien muy cercano, una persona sus complejos muy familiar y tierna. Es una imagen que se aleja bastante de otros personajes travestidos, que en el mundo del cabaret muchas veces tienen un lenguaje agresivo o sexual, mientras que el La Toñi es un espectáculo completamente blanco, que pueden ver y que de hecho han visto muchos niños. Es muy tierno, muy positivo, y creo que ese es el secreto de que haya funcionado tan bien.

-Según el título del espectáculo el personaje renace. ¿Qué tiene que contar ahora la diva?

-La idea de este espectáculo era darle un giro a su figura, que como a todos nos ha pasado alguna vez ha vivido desamores en su vida. Es un personaje romántico y enamoradizo, y en este nuevo capítulo intenté darle un poco más de luz, que no se situara tanto en el victimismo, el recuerdo y la tristeza, que son los rasgos que la caracterizaron en sus orígenes. 'La Toñi. Renaissance' es un espectáculo que habla del resurgir, de levantarse ante las adversidades, de no quejarse tanto y tirar para delante.

-La música es un elemento central de la obra. ¿Qué se van a encontrar los espectadores sobre el escenario?

-La Toñi tiene un puntito retro. Cantamos temas de los años 80 y 90. Son temas que va a conocer todo el público y una parte esencial del juego del espectáculo. La idea es que, aunque no nos damos cuenta, todas esas canciones que tanto hemos escuchando tienen un mensaje tremendamente ambiguo sobre el amor romántico, sobre esta idea del amor sumiso, del amor entregado y dependiente, del amor que anula. Es algo que hemos mamado a través de la literatura, del cine y de la música.

-¿Cuáles son esos tópicos?

-Cuando decimos cosas como «Si tú me dices ven lo dejo todo», o «Sin ti no soy nada»... proyectamos una idea del amor que es destructiva, que es anuladora. Lo que hace La Toñi desde el humor y la ironía es enfrentar al público a esa realidad para que se dé cuenta de ello.

-Después de tantas tablas, ¿no se cansa de La Toñi?

-Qué va. Llevamos un montón de años con ella y ya hemos pasado por varios espectáculos, así que es tremendamente cómodo meterme en su piel. Muy cómodo y muy divertido, es un personaje me contagia su alegría, su optimismo y su buen rollo.

-El teatro musical vive un gran momento. ¿Por qué?

-EEs una disciplina que ha mejorado mucho porque en España no había una tradición como la que tiene en otros países. Ahora hay escuelas que ofrecen una formación interpretativa multidisciplinar y gracias a eso tenemos una generación de gente muy joven que está preparada para trabajar en el teatro musical a un gran nivel.