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Antonio, sentado, con su hermano mayor, Manuel. E.C.
Queridos hermanos Machado:

Queridos hermanos Machado:

Escritores y políticos mandan cartas a Manuel y Antonio en un iniciativa abierta a todos del Instituto Cervantes

Iñaki Esteban

Viernes, 21 de febrero 2020

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A los dos hermanos, que habían firmado obras de teatro juntos, les dividió la Guerra Civil de la manera brutal en que una guerra civil divide a las familias. A Manuel le cogió en Burgos y, aunque primero le apresaron los sublevados y estuvieron a punto de matarle, un conocido intercedió por él y se unió al aparato intelectual de franquismo, en el que estuvo hasta su muerte en 1947. La historia de su hermano Antonio es más conocida por haberse convertido en un símbolo antifranquista.

Estaba en Madrid en julio de 1936, mes del golpe de Estado. Por su significación republicana y su pertenencia a la Alianza de Intelectuales, Rafael Alberti y León Felipe se presentaron en su casa y trataron de convencerle de que debía abandonar la ciudad. Hizo falta una segunda visita para que tomara conciencia de la situación. Y asintió, pero a condición de que le acompañasen su madre y sus hermanos Joaquín y José con sus familias.

Se asentaron en Rocafort, a unos diez kilómetros de Valencia capital, donde estuvieron hasta 1938. Huyendo del avance de las tropas franquistas, llegaron a Barcelona en mayo de 1938. Ante la inminente caída de la ciudad, cruzaron la frontera en enero de 1939. Antonio Machado, el autor de los archiconocidos 'Campos de Castilla' y 'Juan de Mairena', estaba enfermo desde hacía mucho tiempo y murió en Colliure el 22 de febrero de ese año, Miércoles de Ceniza.

¿Qué queda de la obra de los hermanos y también de esta historia, la suya que es al mismo tiempo la de todos? Eso es lo que ha querido averiguar el Instituto Cervantes. Y para ello ha abierto un buzón en Caja de las Letras, que recogerá las cartas de los remitentes a quienes les hubiera gustado compartir sus reflexiones con estos dos escritores «míticos», según el Cervantes. Las cartas –en papel y sobre– podrán depositarse en persona o enviarse a esta dirección: Antonio y Manuel Machado. Caja de las Letras. C/ Alcalá, 40. 28004 Madrid. La fecha límite es el 31 de diciembre de este año.

Para promover la participación, algunas misivas se acaban de hacer públicas, al hilo de una exposición celebrada en Madrid. Proceden de poetas como Raquel Lanseros, Felipe Benítez Reyes, Luis Alberto de Cuenca o el propio director de la institución, Luis García Montero, además de especialistas como Ian Gibson; pero también de las cabezas de los principales partidos nacionales, a excepción de Vox.

«Poner juntos vuestros nombres es reconocer la calidad poética de vuestras obras, pero también recordar el amor y el respeto con que os tratasteis en la vida. Y no está demás, porque vivimos otra vez un tiempo en el que la intolerancia y la crispación invitan a la enemistad y a simplificar el mundo en eso de las dos Españas», escribe García Montero de su puño y letra, el único que escribir a mano.

Como en las otras cartas, sobrevuela el tema espinoso de que cada uno perteneció a uno de los dos bandos en guerra, pero abundan las matizaciones, literarias y políticas. El director del Cervantes dirige la suya a Antonio, aunque sobre todo le habla de su hermano: «Ya sé que te alegras de que la buena poesía de Manuel sea capaz de rasgar la caricatura franquista que dibujó sobre él la historia. No se trata de negar lo que debió escribir para salvarse, sino de valorar su calidad como poeta y de comprender la coyuntura que se le vino encima».

Las moscas líricas

En la misma línea se expresa el líder de Podemos y vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias. «Quizá haya quien espere de mí una carta sectaria con un Machado bueno y un Machado malo o, lo que es peor, una carta 'equidistante'», escribe Iglesias para situarse. Recuerda que ha citado a Manuel Machado en sus mítines y que su padre le recitaba sus versos «guitarra en mano», o que el mismo poeta fue uno de los fundadores en la Segunda República de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética. No obstante, si de elegir se tratara, él se quedaría con Antonio.

García Montero desvela que en esta iniciativa subyace la intención de rescatar la figura de Manuel. «Aprendió mucho del modernismo y un libro suyo, 'El mal poema', influyó mucho en Gil de Biedma y en Ángel González, que a su vez son fundamentales para mi generación», explica y el director del Cervantes, destacado escritor de la llamada 'poesía de la experiencia' y autor de libros como 'Completamente viernes'.

A Manuel le dedica Raquel Lanseros en su carta estas líneas, recuerdo de cuando era niña: «Por mi libro de texto te paseabas, enseñándome prodigios tan reales como que en ocasiones el sol puede ser ciego». Gracias a Antonio empezó a fijarse en las moscas, «Inevitables golosas/ que ni labráis como abejas/ ni brilláis cual mariposas/ pequeñitas revoltosas», escribió el poeta.

De Manuel aprendió Felipe Benítez Reyes que el escritor de poesía necesita «una adecuada dosis de descreimiento para que no se le engole la voz». Pero antes o después de estas apreciaciones poéticas aparece la guerra y el ambiente envenenado que le precedió. Pedro Sánchez recuerda que fue a Colliure para poner flores en su tumba, que representa la «guerra que perdimos todos». No obstante, elige como único interlocutor a Antonio, si bien desea «una España que sea capaz de reivindicarte a ti sin denigrar a tu hermano Manuel y viceversa».

A Pablo Casado, líder del PP, se le cuela en la carta el eslogan de la «España en la caben todos», que ha sido utilizado también por Sánchez, y les cuenta a los dos hermanos que la democracia española es «una de las más admiradas del mundo». En el mismo sentido se pronuncia Inés Arrimadas, que les describe un país que, «pese a no ser perfecto», lo parece dada su enumeración de virtudes, pues está lleno de escritores y cineastas con talento, deportistas e investigadores de primera fila, voluntarios y personas que acogen con los brazos abiertos a «hombres y mujeres de otros países».

A Vox les invitaron, pero no recibieron nada. «Estuvo Rocío Monasterio en la inauguración pero no me extraña que no nos enviasen la carta. Creo que mantienen una enorme distancia con el mundo de la cultura», considera García Montero.

En su opinión, cuando acecha por todo el mundo la rabia del racismo y la intolerancia, «la fraternidad entre los dos hermanos Machado y el cariño que se profesaron deben prevalecer como ejemplo». Para hacer frente a la popularidad que está adquiriendo la mentira, recomienda reflexionar sobre este proverbio de Antonio: «¿Tú verdad? no, la verdad; y ven conmigo a buscarla. La tuya guárdatela».

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