«Llamamos héroes a los que en realidad son patriotas»
El narrador y político cántabro permanece en su domicilio madrileño, donde lee, escribe, y, sobre todo, lamenta «la improvisación» en esta crisis sanitaria
A Joaquín Leguina (Villaescusa, 1941) la llamada de El Diario Montañés le pilla en la cocina de su casa en Madrid. Está cocinando unos bocartes que le acaban de llevar de una pescadería y está encantado porque «el pescatero sabe limpiarlos enteros, como los comemos en Cantabria, algo que no es muy habitual por aquí». El narrador y político que hace mes y medio pasó por el quirófano para una operación de corazón se recupera en cuarentena, leyendo mucho, escribiendo y sin ahorrar críticas a la gestión de la crisis sanitaria por parte del Gobierno.
-Veo que está aprovechando la cuarentena para cocinar. ¿Se trata de una nueva afición o algo habitual en usted?
-Es algo habitual en mí que he retomado con el estado de alarma. Hacía tiempo que no cocinaba porque estoy aún recuperándome de una operación a corazón abierto que me han hecho hace unas semanas. Ha salido todo muy bien, pero este tipo de intervenciones dejan el cuerpo baldado y hasta ayer no he tenido hambre.
-¿Y además de cocinar qué más cosas hace durante el confinamiento?
-Recuperarme de esa intervención y leer. Estoy leyendo como cuando tenía veinte años. Sobre todo novela policiaca. También escribo y veo la televisión. ¿Sabes qué es lo que más me aburre? La cantidad de publicidad que emiten. Empiezas a ver algo y a cada pocos minutos lo cortan para poner anuncios. Yo pensaba que Zapatero había decretado una ley que controlaba esto.
-Dice que ve mucha televisión. ¿Qué se le viene a la cabeza cuando ve esas imágenes de Madrid desierto, con la Gran Vía o la Puerta del Sol sin gente y sin tráfico?
-Tristeza. Todo esto que estamos viviendo es muy triste. Me viene a la mente que durante la Guerra Civil había más gente por la calle. Contemplo esas imágenes y me da la sensación de ver una ciudad sitiada. Veremos que pasa cuando esto acabe, tengo la sensación de que la improvisación con la que se está actuando va a salir muy cara en vidas y económicamente.
-¿Cree que los políticos han estado a la altura?
-Depende. Algunos sí y otros no, Pero la improvisación con la que están actuando no tiene nombre. El Ministerio de Sanidad ya estaba tocado antes y con muchas menos competencias pues con las nuevas carteras sus funciones se han dividido en tres, así que a este ministro le toca sobrellevar esta crisis con poca gente.
EL PERFIL
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Profesión. Político, economista, demógrafo y escritor. Miembro del Partido Socialista, fue el primer presidente de la Comunidad de Madrid, cargo que ocupó entre 1983 y 1995. La ciudad de Santander le entregó el año pasado el Premio honorífico de las Letras.
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Libros. 'Tu nombre envenena mis sueños', 'El corazón del viento' o 'El rescoldo', entre otros. En 2019 presentó 'Domicilio familiar' (Valnera), «un viaje sentimental por su niñez».
-¿Pagaremos cara esa improvisación?
-Me temo que sí. Bueno, ya estamos pagando con cosas como la compra de test y mascarillas a unos chinos sinvergüenzas. Para mí, lo más grave es que aún no se sabe cuanta gente hay infectada y eso se comprobaría con esos test. Yo soy estadístico y creo que lo más importante es hacer una estadística que refleje el número de afectados, edad, sexo... Para a partir de ahí empezar a trabajar.
-El trabajo de sanitarios, empleados de supermercados, conductores de ambulancias, limpiadores... está siendo esencial en esta crisis. ¿España está necesitada de héroes?
-Una cosa es ser un héroe y otra un patriota. La labor de esas personas resulta encomiable, como la de los militares y el resto de las fuerzas de seguridad. Pero como dijo el almirante Nelson cuando acabó la Batalla de Trafalgar servir a tu país es la labor de un buen patriota. Creo que ahora estamos viviendo una lección de patriotismo por parte de un grupo de personas que está cumpliendo su deber de servir al país y por eso se les aplaude cada tarde desde los balcones. Lo de héroes igual es un poco exagerado.
-También hemos comprobado que servicios resultan esenciales y cuales no. ¿Echa en falta alguno en la lista?
-Es difícil. Se ha decidido que se pare la construcción y esto va a tener graves consecuencias para la economía. Insisto en que se está improvisando demasiado. Parece que no hemos aprendido nada. No puedo dejar de pensar en el 8M... En mi opinión, hace tiempo que debería haberse creado una institución de concentración, con políticos, sindicatos, empresarios... Hay mucha gente en este país con grandes conocimientos. Gente que sabe y que tiene mucho que aportar.
-El último libro que presentó en Santander, en un acto del Aula de Cultura de El Diario, fue 'Domicilio familiar'. No tiene nada que ver con lo que pasa ahora, pero ese título...
-Coincidencias de la vida. Es un libro con el sello cántabro de Valnera, una editorial que dirigen Jesús Herrán y su mujer que cuidan mucho y bien los libros. Editan muy bien. No me voy a hacer rico con ese libro, pero me gustó mucho como quedó.
-¿El estado de alarma le ha pillado con algún nuevo proyecto literario entre manos?
-Me ha pillado recuperándome de esa operación de corazón que te contaba al principio. Hace mes y medio me hicieron dos bypass a corazón abierto y por suerte todo salió muy bien, aunque me ha costado recuperarme más de lo que pensaba. Pero sí, estoy aprovechado el confinamiento para acabar encargos. Tenía uno para finales de abril y ya lo he enviado. Supongo que en condiciones normales seguiría con ello.
-¿La cultura será la gran perdedora de está crisis sanitaria?
-Yo no lo creo, la verdad. Hoy (por ayer) he estado leyendo una entrevista al actor Javier Gutiérrez en la que manda un mensaje positivo con el que coincido y si él lo dice...
-¿Qué es lo primero que va a hacer cuando se acabe la cuarentena?
-Seguramente ir a comer a un buen restaurante.