María Cobas «elimina la transgresión de la blasfemia» en Estudio Mecha
La artista gallega inaugura hoy su nueva exposición en la que «expresa las pifias de la contemporaneidad a través del símbolo»
Estudio Mecha, dirigido por Casilda Pérez del Molino, inaugura hoy, viernes, a las 19.00 horas la exposición 'Blasfemia', de la artista gallega María Cobas ( ... A Coruña, 1982). La muestra permanecerá abierta hasta el 15 de febrero y reúne una selección de obras recientes en las que Cobas reflexiona sobre las relaciones entre lo humano, lo animal y lo tecnológico, en un diálogo constante con el entorno natural y con las estructuras de poder que definen la contemporaneidad.
El crítico y comisario independiente Juan Llano Borbolla, encargado del texto que acompaña la exposición, define la obra de esta artista como «un aparato blasfematorio, a lo cyborg de Donna Haraway», concebido para cuestionar «el sistema especista, sexista y colonialista que nos atrapa». Según señala, el trabajo de la artista gallega parte de la idea de que blasfemar es también una forma de renegar de los discursos dominantes y abrir espacio a otras voces capaces de narrar la realidad desde perspectivas no hegemónicas.
En sus pinturas, Cobas combina un lenguaje visual amable y cercano con una fuerte carga simbólica. El resultado es un universo propio en el que la figura femenina se presenta como centro de gravedad y motor de cambio. «La mujer -señala Llano Borbolla- funciona como dispositivo desestabilizador por antonomasia en una sociedad regida por hombres y para hombres».
La totalidad de sus obras están protagonizadas por figuras femeninas que representan la autonomía, la emancipación y el autoconocimiento personal, en la línea de la tradición surrealista de creadoras como Remedios Varo.
La animalidad es otro de los ejes de su trabajo. En lugar de situar al animal como una carga o símbolo de irracionalidad, Cobas lo incorpora como un elemento liberador y necesario en la lucha contra la sumisión. El crítico destaca cómo el híbrido mujer-animal funciona como metáfora de una unión instintiva que desafía la jerarquía antropocéntrica, en sintonía con el pensamiento ecofeminista contemporáneo. En sus palabras, estas fusiones recuerdan al «mito del cyborg de Haraway: límites transgredidos, fusiones potentes y posibilidades peligrosas».
Arquitecta de formación, María Cobas incorpora también su dominio del espacio y la perspectiva al lenguaje pictórico. En sus cuadros, los elementos arquitectónicos conviven con paisajes naturales en composiciones que buscan trascender lo meramente técnico. Aunque en sus últimas series la naturaleza va ganando protagonismo, sigue siendo perceptible esa tensión entre lo construido y lo orgánico, entre la estructura racional y la pulsión vital. En sus propias palabras, se trata de «reivindicar lo femenino como natural», y con ello, de poner en cuestión la dicotomía entre cultura y naturaleza.
María Cobas estudió Arquitectura entre su ciudad natal y Dinamarca. Tras varios años de ejercicio profesional en España e Italia, en 2009 decidió dedicarse por completo a la pintura, su verdadera vocación. Su obra, poética y crítica a la vez, busca imaginar otras formas de relación que desarmen las lógicas de supremacía y restituyan el valor de lo diverso, lo vulnerable y lo indócil.
Ha participado en exposiciones individuales y colectivas en galerías como Espacio Líquido (Gijón), Modus Operandi (Madrid) y Kafell (Zaragoza), entre otras. Su trabajo ha estado presente en ferias nacionales como JustMad -donde en 2024 obtuvo el premio adquisición de SERO Art Collection-, Urvanity Art Fair y Drawing Room, así como en ferias internacionales de Taiwán. En 2019 fue becada para una residencia artística en MANA Contemporary (New Jersey) y actualmente colabora con las galerías Mecha (Santander), Tingting (Taiwán), Kafell (Zaragoza) y Espacio Líquido (Gijón).
Con 'Blasfemia', Cobas presenta en Santander un bestiario simbólico y personal, donde la figura de la mujer, el animal, la máquina y la naturaleza se entretejen para dar forma a una reflexión sobre la fragilidad, el deseo y la transformación. Una pintura que, en palabras de Llano Borbolla, «expresa las pifias de la contemporaneidad a través del símbolo» y propone mirar lo blasfemo no como transgresión, sino como posibilidad de cambio.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión