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Foto: Javier Cotera | Vídeo: Héctor Díaz

La Fuga retoma su sonido clásico en ‘Humo y cristales’

La banda cántabra actuará en Santander el 3 de marzo presentando su nuevo disco

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Viernes, 8 de diciembre 2017, 18:35

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Pedro Fernández, Edu Sierra y Nando G. Miguel han tardado casi cuatro años en publicar su nuevo disco. ‘Humo y cristales’ (Rock Estatal Records) es el resultado de ese tiempo de reflexión, mirada interior y garabatos sobre papel. Nueve canciones propias y una versión de altura.

«Si fuera por la compañía habríamos tenido disco al año siguiente» recuerdan. Pero dijeron no. «No somos un grupo que quiera o se permita hacer las cosas rápido», así que, directamente, «pasamos de todo el mundo». Después de la gira de ‘Más de cien amaneceres’ comenzaron a recopilar ideas, un trabajo que cada vez cuesta más esfuerzo para poder «superar el listón del disco anterior». Por eso, hasta que no han tenido «al 100%» lo que querían, no ha visto la luz.

Ahora están «muy a gusto, muy contentos con las canciones». Recogen sus vivencias más intensas. También hablan del Alzheimer, «que nos toca muy de cerca», explican. E incluso hay una versión del clásico de Luz Casal ‘No me importa nada’. «Nos hemos permitido ese lujo porque es una tía con un punto rockero que nos gusta de siempre». Probaron la canción, compuesta por Pancho Varona, en el local y su sensación fue que «estaba hecha para La Fuga». Se la enviaron a la cantante, a quien tuvieron además ocasión de conocer en el festival de música que organiza cada año en Boimorto (Galicia). Les dio «su bendición».

El álbum, al menos la primera tirada, viene con una edición especial. Contiene ‘Humo y cristales’, pero además incluye dos discos y un DVD que recogen la grabación de ‘Mientras brille la luna’, en directo, en la madrileña sala La Riviera, el 11 de marzo. Una noche en la que los reinosanos contaron con numerosos colegas, como Juankar, de Boikot, Adriá, de La Pegatina, Kutxi, de Marea, Fernando, de Reincidentes, José de Los Calis, Boni, Aurora Beltrán, Jesús Cifuentes y Carlos Tarque, de M-Clan.

«Pensamos en el público antes que en nada. ¿Por qué lanzar la edición especial cuando todo el mundo tiene ya el disco original? Es una falta de respeto. Mejor hacerlo antes». Y así fue, después de «pelearlo». 60 páginas de un libreto cuidado, con fotografías de Andrea Silván, completan el pack inicial para los primeros 2.000 compradores. Con el mercado discográfico «por los suelos y en los que ya no se consume la música en directo», creen que dando «un producto de más calidad, bien currado, favorecerá a que la gente se anime a tenerlo».

Entre esa selección de frases e imágenes, hay un alguien especial. «Oliver es una persona muy cercana a la banda. Era un amigo íntimo que se iba a encargar de las labores de bajista pero desgraciadamente, cuando todo estaba arrancando se nos marchó y nos pareció bonito dedicarle este disco que también era suyo».

Dentro de este vistoso continente, todo sigue como antes. Han hecho de la normalidad lo diferente. Han optado por «no experimentar» y recuperar el sonido más crudo y más clásico. «Nos planteamos dejar de buscar y hacer lo que sabemos hacer». Con canciones que salen de donde «hay pupa». Más desencuentros que encuentros, aunque «la tristeza de las letras se compensa con la energía de la música». Hay equilibrio. De la producción también se han ocupado ellos. «Aunque se supone que es lo que no se debe hacer y te aconsejan una visión externa», decidieron que lo que saliera en el local se plasmara en el disco. «Es una apuesta que hemos hecho y de momento las críticas son buenas». Es un salto sin red, pero «después de 20 años quién va a saber mejor que La Fuga cómo suena La Fuga».

Las mezclas las hizo Javier San Martín, su productor «de toda la vida», para tener un oído externo a lo que ya estaba hecho. La masterización fue obra de Alex Psadourakis en Nueva York.

Toda esa vida, son veinte años de trayectoria. Celebrados de manera redonda. «Siempre con los pies en el suelo; nunca nos hemos creído nada, esto es cuestión de esfuerzo y si te crees estrellita acabas estrellado». Ellos lo practican. Pasan del mundo fan y tienen a sus seguidores como «colegas», con los que se mezclan al terminar cada concierto. Así llevan haciéndolo desde el 96 «y ya no vamos a cambiar».

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