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Kepa en el Arriaga, el domingo 19 de febrero de 2017, celebrando la vigésima Korrika. GAIZKA PEÑAFIEL
Kepa Junkera: «Yo ya no tengo miedo»

Kepa Junkera: «Yo ya no tengo miedo»

Apasionado a la hora de divulgar la trikitixa, viajero por todo el mundo, productor de otros artistas y editor de sus propios discos, el bilbaíno mundial se define como ‘creador’ y se siente en un momento muy fecundo e inspirado: «Yo estoy abierto, disfrutando, aprendiendo y exigiéndome». El viernes 30 presentará su disco ‘Fok’ en la Plaza Nueva con un show irrepetible

óscar cubillo

Miércoles, 21 de marzo 2018

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Kepa Junkera Urraza (Bilbao, 1965) está que no para y se mueve por todo el mundo. Mantiene diversas formaciones simultáneas, produce a numerosos artistas que se lo piden, le acaban de conceder dos galardones que le enorgullecen especialmente (uno el María Carta de Cerdeña, y otro el premio de la crítica por el disco ‘Fok’ en Gerona), y ha editado tres discos en tiempos recientes: el ambicioso ‘Fok’, dedicado a los ‘països catalans’, como dice él, y que es continuación del multitudinario ‘Galiza’ (es en catalán, abarca desde Andorra hasta las Baleares, y colaboran 218 músicos y cantantes como María del Mar Bonet, Marina Rossell, Xavier Baró, la Tarragonako Txalaparta Eskola (TXEK), el timplista de Fuerteventura Domingo Rodríguez ‘El Colorao’, el tenor Jordi Molina…); el disco de la colaboración multinacional ‘Samurai’, que le asocia con otros cuatro acordeonistas diatónicos de Italia, Irlanda y Finlandia; más ‘Enllà’, un paradisíaco y acuático álbum mano a mano entre su trikitixa y el arpa mágica del catalán Josep Maria Ribelles (al que entrevistamos en su día en este suplemento Musi-K).

Como Kepa pronto actuará en Bilbao como gran reclamo del festival de Semana Santa ‘Basque Fest’ (Plaza Nueva, viernes 30 de marzo, 21 h, entrada libre), acompañado por el grupo ‘Amics del Fok’, aprovechamos para hablar con él sentados en un bar del casco viejo, entre el Arriaga y su casa.

-Vas a actuar el 30 de marzo, viernes, en la Plaza Nueva con entrada libre.

Sí, dentro del Basque Fest. Vendrán invitados de Madrid, de Cataluña… He creado una banda con músicos catalanes, y también viene Miquela Lladó, una cantante de Mallorca muy buena, viene Hilari Alonso, que es de Valencia, y viene Guillem Ballaz, que es catalán de Girona. Traigo tres cantantes y luego una banda base y además algo más visual, como la Muixeranga de la Safor, de Valencia, que hace castellers, castillos de diferentes formas. Va a ser algo irrepetible.

-Y te sientes especialmente orgulloso del premio María Carta que te han dado recientemente en Cerdeña.

Hombre, muy orgulloso. Tú me conoces y ya sabes que no hacemos un disco por optar a ningún premio, pero estas son cosas muy bonitas porque resultan totalmente inesperadas. Además, hace un par de semanas me han concedido en Girona el premio de la crítica por el disco ‘Fok’. El premio María Carta, el más importante de Cerdeña, me hace una ilusión increíble porque me lo han dado por mi trayectoria de tantos años. Que haya una gente se haya fijado en ti desde un sitio tan lejano te sigue sorprendiendo y lo agradeces. Es muy importante para las cosas que yo hago, porque te da mucha energía y te descubre a gente nueva. Lo que hacemos nosotros es una música muy artesanal y estos reconocimientos ayudan a situarte un poco en el mapa. Y de cara a casa, como bilbaíno, como rekaldetarra, que te reconozcan en otros sitios es muy bonito.

-¿Y recuerdas el último premio que te han concedido aquí en Euskadi?

Jo, me has cogido en blanco. De aquí tengo la ‘B’ de bilbaíno ilustre, y además recibir el disco de oro por mi álbum ‘Hora cero’ en el Guggenheim fue una pasada… Aparte tengo los cinco premios de la música, más los premios nacionales en música folk. El Grammy por el disco del Arriaga y, además, me nominaron al Grammy por ‘Maren’, que es una medalla y que también guardo en casa. Lo tengo revuelto entre otras cosas en casa y pasa desapercibido, pero cuando vienen amigos a visitarme les digo en broma, ‘hazte una foto con el Grammy’. Y eso que los de la Academia son muy estrictos y cuando te conceden un Grammy te dicen por escrito que no lo puedes vender, ni ceder, ni regalar… No me acuerdo exactamente porque pasó en 2004, pero me llamó la atención tanta norma.

-Has editado casi simultáneamente tres CDs. El del arpista Josep Maria Ribelles, ‘Samurai’ entre cinco trikitilaris internacionales, y ‘Fok’, tu acercamiento al folk de Cataluña y alrededores.

Ahora tengo una motivación creativa muy grande. Estoy con un montón de ideas y creo que todo va unido a la experiencia. Ya no es como antes, que te decían ‘haz un disco por año’, o cada dos. Hace tiempo que me solté en el aspecto creativo y me dije, ‘si se me ocurren esas producciones, las hago’. Y todo ha coincidido en el tiempo. El proyecto del arpista es una producción, lo cual me lo piden cada vez más. Se valora más mi visión como productor. Puedo aconsejar sobre todo, desde los arreglos de la música hasta el diseño visual. Por ejemplo la portada de este CD de ‘Samurai’ (lo coge con sus manos) es una idea mía que hice en papel y que luego desarrolló Alberto Palomera.

-Ajá.

La gente confía en mí y así me escapo del papel de instrumentista. Se me conoce más como instrumentista, pero yo me considero un creador. A mí me gusta componer. Mira, te voy a ensañar para que veas lo que tengo aquí (coge el móvil y lo enciende). Son todo grabaciones de temas que voy haciendo. Cada vez que compongo, creo. A lo que grabo le pongo anotaciones como bien, chulo, bonito o jota guay. Así tengo ya guardadas melodías interesantes para proyectos que van viniendo. Es algo bonito, mágico, y me voy enganchando a desarrollar proyectos mediante esta motivación. Y si no me caben en un CD, las reservo para otro de más adelante.

-Ya, como tienes tu propio sello…

Sí, pero los discos los licenciamos. Sobre todo para la distribución. Ya no existen esas exclusivas de antes, aunque para ciertas músicas sí. Nosotros estamos siempre en movimiento y ya tenemos Italia, Finlandia, Alemania, Suiza, Francia… Ya cualquiera me puede conocer ahí. A lo mejor me conocen por este ‘Samurai’ y desconocen lo que he hecho antes. Todo ha cambiado, y más en estas músicas minoritarias, no tan conocidas como el pop o el rock, campos donde puedes estirar más los proyectos. Con este ‘Samurai’ estamos recibiendo unas críticas bestiales, pero es algo muy minoritario: cinco acordeones. A priori se levantan barreras ante un disco así. Pero yo ahora necesito expresarme con libertad.

-Supongo que muchos discos los vendes ya en los conciertos, como los bluesmen americanos.

Sí, todo, todo. Es una pasada. Ahora a la gente le gusta la firma. Y a mí me encanta el contacto directo y hablar con la gente, a lo que antes no dábamos tanta importancia. Recuerdo que estaba viendo a un armonicista, creo que americano pero no recuerdo su nombre, con una orquesta en Bilbao, y acabó el concierto y yo salí, y el tío ya estaba fuera vendiendo discos. ¡Qué velocidad! Y te dices: qué listos son que saben del valor del momento, cuándo la gente está caliente. Y observando vas aprendiendo.

-Ya, pero tú antes igual no podías vender discos tres los conciertos porque una multinacional como EMI prefería que se vendieran en las tiendas. ¿Eso te lo indicaban a ti?

Bueno, sí, algunas cosas así ya te dicen. Respetando también el esfuerzo que hacen las tiendas. Me acuerdo cuando en Bilbao yo iba a buscar los vinilos a las tiendas. Yo no tenía tocadiscos en casa, lo tenía un vecino y era como tener una máquina espacial al lado. Fíjate cómo ha cambiado todo eso. Ya ha desaparecido el hecho de buscar y la ilusión que producía.

Kepa en una ardiente imagen promocional de su disco catalán ‘Fok’.
Kepa en una ardiente imagen promocional de su disco catalán ‘Fok’. EL CORREO

-A ver, ¿por qué no se ha presentado a lo grande aquí un disco como ‘Fok’, tan ambicioso como el que sacaste de ‘Galiza’? Mi teoría es que no se ha promocionado aquí debido al rollo político de Cataluña.

No lo sé. Para mí no son proyectos políticos. Este disco surge de mi admiración por las culturas de la península. Yo compongo melodías, ¿no? Como las que te he puesto antes (tararea una). Y de repente voy a Galicia y me doy cuenta de que hay algunos sonidos similares. Este disco de Cataluña tiene la misma filosofía que el de Galicia, pero es más ambicioso, más trabajado, porque todas las percusiones las he tocado yo, por ejemplo. Estos dos discos forman parte de una trilogía y ya tengo pensada la tercera parte. No te la puedo decir. Va a estar divertido porque no os la podéis imaginar.

-Ja, ja…

Y además estoy acabando con el tercero de la trilogía de las Sorginak. Y acabo de participar en la banda sonora de un documental americano muy interesante, del que no te puedo decir el nombre porque es secreto, donde han usado mucha música mía y una parte que he compuesto expresamente para él. Y estoy creando directamente y por primera vez la banda sonora de un documental que está dirigiendo el portugalujo Gaizka Urresti sobre la vida de José María Arizmendiarrieta, el fundador del Grupo Mondragón.

-Tú no has sido mucho de componer bandas sonoras, ¿verdad?

No, ha sido a la inversa: a mí me las han cogido. Como he hecho tanta música instrumental, de la que no había tanto, muchas productoras me las pedían. Y estaba en casa y me decían los amigos: ‘acabo de oír tu música en un documental’.

-Pero te la pagaban, ¿no?

No, muchas veces ni eso. Y a veces ni nos han dicho que la iban a utilizar. Yo nunca he puesto problemas en ese sentido, pero cuando te usan en anuncios de la radio, no te avisan. Para mí es un orgullo que la utilicen, pero al menos que te avisen. Por si acaso unen tu música a un producto con el que tú no…

-Claro.

Cuando empecé con la trikitixa y me puse a componer mis canciones, el sector más purista me criticó. Pero al poco tiempo los chavales se pusieron a tocar mis canciones en los concursos y ni siquiera ponían el título ni el autor. Es un problema de educación. Yo no puedo coger la música de otro y utilizarla. Yo no puedo coger esta melodía (tararea otra reconocible) y decir que es mía. Y no, es de Paul McCartney y John Lennon, y se llama ‘Yesterday’. Lo que pasa es que como nosotros en el folk somos más pequeños, pasa más desapercibido.

-Ya.

Pero bueno, estoy muy orgulloso, motivado y positivo. Nunca he tenido el rencor de decir ‘jo, me han cogido aquí y no me han dicho nada’. Aunque desde mi posición he intentado educar a los chavales diciéndoles que aunque lo que tocan sea un arin arin o un fandango, tiene un título y un autor y hay que ponerlo. Y mira, a mí me han hecho muchas veces eso de coger una parte de una canción mía, mezclarla con otra suya, y pum, dicen que es suya. Y eso no se puede hacer. Por lo menos debes pedir permiso. Hay que valorar a los que creamos y, en mi caso, casi toda la música que toco la he compuesto yo.

-¿Y cuándo oyes a otros trikitilaris actuales notas que están influidos por ti?

Bueno, todos estamos influidos. Yo estoy aquí gracias a mi madre y a mi abuelo, gracias a Oskorri, gracias a los trikitilaris clásicos. Es algo normal. Hay quien se conforma con tocar, otros quieren arreglar, otros componer… Hay de todo. Yo encantado. Si alguien ve mis trabajos como una influencia positiva, pues yo orgulloso. Pero lo principal es desarrollar tu estilo para no acabar siendo una copia.

-¿Cuántos años llevas de profesional? Viviendo de la triki, no tocándola.

Yo no he trabajado de otra cosa. Sólo he hecho esto. He tenido la gran suerte. O, vaya, no sé, no he tenido otras opciones, ja, ja… He trabajado de dar clases, cursos y tocar, sí. El primer disco que grabé de invitado de Oskorri fue ‘Alemanian euskaraz’, que creo que es del 81 (es del 1984). Y mi primer disco, ‘Infernuko auspoa’, es del 86. Yo a los 20 años dejé la universidad, no por mal estudiante, sino para apostar por la música, y el 10 de abril voy a cumplir 53. Pues calcula 30 años viviendo de esto y 40 tocando.

-Toda la vida…

Yo soy autodidacta. No tenía acordeón en casa, no tenía trikitixa, y me dejó un amigo. Mi abuelo tocaba la pandereta, no teníamos medios. Di un salto con el disco ‘Bilbao 00:00’, que creo fue del 98 (sí, salió en 1998). El primer disco de oro en la música vasca en este campo, sin contar el mundo del pop y del rock, claro. Ya irá por más de 50.000 copias.

Kepa y sus Sorginak presentando a lo grande el disco ‘Maletak’ en el Arriaga.
Kepa y sus Sorginak presentando a lo grande el disco ‘Maletak’ en el Arriaga. GAIZKA PEÑAFIEL

-¿Cuántos proyectos tienes en la agenda ahora mismo? Repasemos: el de las chicas de Sorginak, el de Organik acompañando al baile contemporáneo…

De eso hice la partitura, para un bailarín solo. Y lo de Sorginak es muy bonito y energético porque las chicas cambian. Puedo tocar con todas, con dos, con cuatro… Es otro concepto, no es el típico grupo que ha ensayado en un local. Aquí una puede tocar el bombo, otro día la lata…

-Tienes a ‘Samurai’, con los que no has venido a Euskadi…

No, pero el 13 de abril tenemos un concierto muy bonito en Helsinki (Finlandia). Esto se mueve mucho. Fuera es una pasada. Y sigo con (el arpista Josep Maria) Ribelles, con la orquesta…

-¿Qué orquesta?

Con cualquiera. Yo hice un proyecto con la Sinfónica de Euskadi y guardo las partituras, claro. Yo siempre he trabajado con la idea de ser muy versátil y de estar muy abierto. Ya me viste tocando con el pianista Rolando Luna en el Teatro Campos. Cualquier día se puede retomar eso. Yo estoy abierto, disfrutando, aprendiendo y exigiéndome. Para mí cada concierto es diferente, improviso mucho, me gusta crear… Es un camino que me apasiona.

-¿Y te ves tocando tú solo, sin grupo?

Sí. Yo ya toco solo. Ahora no tengo ningún miedo. Antes parecía que debías ir con batería, bajo, guitarra… Yo también pasé esa época, de fusión, pero he descubierto muchos circuitos por muchos países en los que puedes tocar solo. Por ejemplo en Bélgica. Vas en solitario, en dúo o en trío y la gente lo disfruta y lo valora y encima tú te esfuerzas. Yo ya no tengo miedo.

-¿Y cómo te vendes de puertas afuera para ser contratado en el extranjero?

Con diferentes agencias. Por ejemplo el concierto de Helsinki lo ha conseguido la manager de Samurai, que es de Bélgica. Nos lleva por todo el mundo. Para el disco ‘Fok’ tengo una gente en Cataluña, tengo otra gente en Galicia…

-¿Y si yo quiero contratar a Kepa Junkera cómo lo hago?

Por la web, que te desvía al sitio correcto. Mira (indaga en el móvil una vez más), ya tengo confirmados conciertos en Italia, Austria, Suiza… Ya tengo fechas hasta en el 2019. Todo esto por la manager belga. También puedo ir a Argentina. Me pueden pedir a las Sorginak. Eso es muy bonito, ¿eh? Y no es por la seguridad económica, te puedo asegurar que no pienso en números. Igual estoy loco, pero me emociona pensar que alguien me llame para agosto de 2019. Es como los artistas que vienen al Arriaga, o los grandes del rock. Conseguirlo a nuestro nivel es especial…

-¿Con las chicas de Sorginak has salido al extranjero?

Sí, mucho. Washington, toda Europa, Marruecos… A muchos sitios. A la gente le encanta. Ven juventud, alegría… algo. Es un proyecto de mucha fuerza y muy creativo.

-Y si un día te duele el estómago, o tienes gripe o estás preocupado por algún asunto y debes subir al escenario, ¿cómo lo superas?

Yo no he fallado nunca. Mira qué callo tengo, pasa la mano por ahí (y tiende su antebrazo izquierdo, con los tendones marcados y duros). Yo me transformo ahí arriba. Siempre he sido una persona muy tímida, reservada. Tú ya me has conocido. No voy de nada, paso desapercibido, no visto nada estrafalario, y el escenario me ha transformado, me ha enseñado un montón de cosas. Al principio me dicen que yo iba a hablar a la gente y ni me lo creo. Tampoco me apasiona, porque podría no hablar, ni contar medio chiste, pero hay que buscar tu equilibrio, tu personalidad, donde te sientas cómodo.

-Y si no hablaras quizá te criticarían por ello, como a Van Morrison, ja, ja…

Y yo tengo algo muy bonito, que me viene a ver público de todo tipo, no es una tribu la que viene. Ves a un chaval de 10 años que está aprendiendo a tocar la triki y me viene a ver con su abuela de 80. Los dos al mismo concierto, ¿eh? Tienes que manejar eso. Vas al Arriaga y ves a chavales mayores, medianos, casados, divorciados, jubilados, adolescentes… Es bonito, pero difícil de manejar.

Vídeo clip de ‘El segadors’, incluido en su disco ‘Fok'

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