El pintor y poeta Juan Antonio Pérez del Valle, decano de los artistas cántabros, fallece a los 97 años
Premio Ateneo de novela, articulista de El Diario, culto e intelectual, el autor de Renedo alternó la palabra y la plástica y participó en proyectos históricos como Peña Labra
«Ya sé que hay cosas que existen/ y no son hombres ni perros/ ni casas de hojalata;/ que no se ven, ni se oyen,/ ... ni se tocan con los dedos». Los versos forman parte entre nueve poemarios y fragmentos diversos de una antología que rescataba «una obra, en su gran mayoría hoy, inencontrable». Son palabras de la escritura del poeta y pintor Juan Antonio Pérez del Valle fallecido el pasado miércoles a los 97 años. Era el decano de los artistas cántabros. Su visión humanista y su querencia renacentista (hoy se etiqueta de multidisciplinar) vertebró una trayectoria inquieta: la de un hombre culto, con una obra no siempre bien valorada, que alternaba la palabra y la pintura. El artista fallecido en Torrelavega fue enterrado en la intimidad por deseo familiar y ayer tuvo lugar el funeral en Villapresente donde residía. No obstante, el autor que obtuviera el premio Ateneo de novela, vivió casi siempre en Santander.
Septentrión Ediciones, de la mano del poeta y editor Carlos Alcorta, editó su poesía en 2016. Una publicación que precedió al homenaje al autor de 'Aledaños de las ciudades' en Renedo de Piélagos, donde nació en 1926. Articulista asiduo de El Diario durante años, al convertirse en nonagenario recibió el homenaje, en forma de libro y de exposición, impulsado por el Ayuntamiento de Piélagos. Una retrospectiva que certificó la existencia de su profusa y destacada obra pictórica.
Pérez del Valle forjó una de las más personales y singulares trayectorias de la cultura de Cantabria. Retirado desde los noventa discretamente y en silencio de las tribunas literarias y las convocatorias públicas del arte, el creador deja una obra diversificada, en la que siempre alternó lenguajes y perspectivas, Pérez del Valle deja una huella marcada por una densa y abundante labor creativa que osciló entre la palabra y la plástica.
'Poemas en Jo' y 'Cartas a una universitaria', 'Poetas como profetas' y 'Verso y reverso de la urbe'
Expuso en el antiguo Museo de Bellas Artes y en la galería Sur y su obra está presente en varios museos
El citado Premio narrativo de Santander lo logró por su libro 'No volveré a París' (1986), a lo que se sumó una coherente obra poética y sus más de 60 exposiciones individuales en España, Francia, Venezuela y otros países de América, más la prolífica actividad como articulista, exponentes de su intensa labor cultural. Pérez del Valle obtuvo numerosos galardones literarios de prestigio como el Premio Hucha de Plata de cuentos, el Gabriel Miró, o el Ateneo de Valladolid, entre otros. Autor de centenares de artículos en la prensa, especialmente en una etapa fecunda como colaborador de El Diario, logró una distinción nacional de periodismo. Su obra poética arrancó en los años cincuenta con 'Poemas en Jo' y 'Cartas a una universitaria' y prosiguió con 'Poetas como profetas' y 'Verso y reverso de la urbe', entre otros libros. El último que vio la luz fue 'El sauce llorón'. Su obra narrativa, asimismo, también se completó con títulos como 'Flash back', 'Pláticas de perulero' (1983 y 'Camino de una sola dirección'.
Pérez del Valle, cuya curiosidad intelectual se tradujo en participaciones en proyectos y publicaciones históricas como Cuévano y Peña Labra, o más recientemente en Pluma y pincel, dejó huella de sus versos en antologías como 'Poetas de Cantabria en el Aula' y '25 años de creación poética en Cantabria'. El artista fallecido regresó en 2008 a la temporada expositiva local con 'Gestalt', a través de la ya desaparecida fotogalería santanderina ZOOM. Antes dejó otra huella de su trazo en la sala Bretón.
Alumno de Cobo Barquera y Modinos, el que fuera paisajista y retratista en sus inicios plásticos durante los 70, Pérez del Valle evolucionó hacia una pintura en la que plasmaba su crítica social mediante alegorías. A mediados de los 80 cambió su arte y pasó a una etapa que denominó 'Ludis Tonalis', más plástica que la anterior. Esta evolución se pudo apreciar en la exposición de 1985 en el Museo de Bellas Artes plasmada en su serie 'Homenaje a McLuhan'.
En 1963 había representado a Santander en el primer salón de Artes Plásticas de Madrid y, entre su intenso periplo expositivo, mostró sus creaciones en la histórica galería Sur de Manuel Arce, o en San Román de Escalante. Además, sus obras se hallan en museos de Santander, Cuenca, Guinea y México, entre otros.
El itinerario de nombres, publicaciones, obras y revistas que contextualizaron la trayectoria literaria emergente de Pérez del Valle pasa por 'El gato verde', impulsada por el también poeta Alejandro Gago, en la época de Proel; 'La isla de los ratones' y Conde Arnaldos y Hordino, la colección en la que vieron la luz los dos primeros libros del autor.
A cambio de los silencios poéticos de Pérez del Valle, el autor frecuentó su escritura en prosa, manifestada en novelas, relatos y artículos. Consumado melómano, poeta culto, Pérez del Valle, que continuó escribiendo y pintando hasta el final, su palabra poética queda reflejada en esa antología de 2016. A juicio de Carlos Alcorta, artífice de aquel homenaje, Del Valle era «un poeta que merece, sin lugar a dudas, un puesto de privilegio en la historia de la poesía cántabra contemporánea».
El denominado 'Cancionero cántabro' destinado a la Casona de Tudanca en el 25 aniversario de la muerte de Cossío, un proyecto colectivo , también contó con la obra de Pérez del Valle, entre cuarenta artistas y poetas.
En el citado homenaje de Renedo, el creador se definió como «hijo de una renedina y de un trabajador de correos, que abrió el primer cine de Renedo, el mismo que derribó una bomba durante la Guerra Civil». Recordaba entonces que fue durante su infancia en la Quinta de las Camelias, donde nació su «amor por el reino vegetal».
El historiador y escritor José Ramón Saiz Viadero destacó en su momento que Pérez del Valle pertenecía a un grupo de creadores cántabros que «no estuvo sujeto a la dictadura de la capital, donde tuvieron que salir otros muchos artistas de núcleos pequeños para poder manifestar su forma de ser, en lo que a creatividad se refiere». Y definió al poeta por su carácter «culturista», como «un hombre polifacético que ha tocado constantemente todas las teclas de la expresión». El escritor y periodista, fallecido recientemente, Jesús Pindado describía a Pérez del Valle como «un amigo que cubre un amplio calendario, atento de forma exquisita y sensible a las cosas de su entorno y el mundo, pero capaz de romper los paradigmas». Y añadía: «Es muchas cosas; es a la vez moderno, antiguo y un hombre de fe. No hay nada que no le haya interesado y eso se llama curiosidad intelectual».
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