«La poesía es la manifestación literaria más veraz porque indaga en uno mismo»

-Atiende a El Diario Montañés en el Hospital Universitario de Cáceres donde trabaja. Que curioso que su profesión consista en sanar a las personas y su pasión, la poesía, en sanar sus almas. ¿Qué otra relación tienen médicos y poetas?

-Y más curioso todavía es que yo empezara a ejercer mi especialidad en medicina hace ahora 40 años, en 1983, y que justo ese año fue también el que empecé a preparar mi primer libro de poesías que se publicó en 1984, cuando era residente en la UCI. Así que en mi caso las actividades médicas y literarias han sido paralelas. He aprendido mucho de las dos. La medicina me ha enseñado a tratar con humanidad a los pacientes y en parte ha sido por el ejercicio paralelo de la escritura, por esa cualidad que tiene la poesía de estar cerca de las personas e intentar compenetrarte con ellas y confortarlas.

-Dice, en uno de sus libros que «escribir un poema es andar sobre las aguas/confiarnos a lo bueno del mundo». ¿De verdad ve motivos para confiar en el mundo?

-Soy una persona muy positiva. Trabajando en una Unidad de Cuidados Intensivos o se puede ser de otra manera. Trato a diario a pacientes que están al borde de la muerte y me he acostumbrado a enfocarlo con muchísima esperanza. Intento ver lo bueno de la vida y eso quiero transmitirles a ellos, a sus familias y también a la poesía. Ese verso que recuerda procede del libro 'He heredado un nogal sobre la tumba de los reyes'. En general, en toda mi obra se muestra una actitud de agradecimiento continuo a la existencia.

-Con ese libro ganó el premio Loewe, ¿qué significó ese galardón?

-Una sorpresa enorme. No dejo de ser un poeta de provincias que vive en una ciudad pequeña y al que esa periferia de vivir en Cáceres se le suma el hecho de proceder de otra rama y el de no moverme en el ambiente literario. Así que ganar el premio supuso una enorme satisfacción fundamentalmente porque me permitió que mi poesía fuese leída por más gente. Loewe me dio una gran visibilidad, dentro de lo que puede ser visible un poeta.

-Sí, pero sus libros han tenido otros premios. Por ejemplo, el primero de todos, 'A este lado del alba', obtuvo un accésit del premio Adonáis.

-Efectivamente y si sigo escribiendo es porque gané aquel inesperado accésit en 1983. Se trata de aquel libro que escribí mientras preparaba las oposiciones al MIR e incluso realizando sustituciones ambulatorias. Si no hubiera sido por ese premio probablemente hubiera guardado aquellos versos y me hubiera dedicado únicamente a la medicina.

-'El baile de los pájaros' es su último poemario. ¿Qué nos muestra en él?

- Está escrito a raíz de la pandemia y trata sobre ella, pero refleja la visión positiva que uno puede extraer de ese tiempo de extraordinario sufrimiento y de desconsuelo que padecimos todos. Mi posición al escribirlo fue hacerlo desde el positivismo, pese a la visión dolorosa que tuvo para mí como médico de cuidados intensivos y además responsable de esa unidad en mi ciudad.

-¿De dónde viene el título de 'El baile de los pájaros?

-En Extremadura, mi tierra, hay una tradición y es que en los días soleados si de pronto aparece una bandada de pájaros la gente, sobre todo la del campo, suele decir que es un día de bodas. Como si ese revoloteo bullicioso de los estorninos o de los vencejos fuera el anuncio de una fiesta y su vuelo la expresión de una danza que brota para acompañar en la tierra el encuentro de dos personas que van a establecer un vínculo. Y ese es el sentido del libro, porque la poesía es el baile de los pájaros frente a la comitiva de la boda como digo en uno de los versos. La poesía es la expresión, a través de ese vínculo, de la resistencia íntima.

-Ha contado muchas veces que se aficionó a la poesía, durante las guardias de la mili, leyendo a Alberti y los autores del 27. ¿Qué le deben sus versos a aquellos poetas?

-Yo no comulgaba nada con la mili, pero en aquella época era obligatoria y encontré en la poesía una forma de desconectar de todo aquello. Descubrí a Alberti y a Lorca, pero también a Antonio Machado, Vicente Alexandre o Claudio Rodríguez y muy especialmente un libro, que fue el que realmente marcó mi línea poética que era una antología de Rainer Maria Rilke.

-¿No le parece que a veces la poesía es el vehículo que usan los poetas para hablar de si mismos de una forma culta?

-Claro, toda la poesía tiene mucho de autorretrato. Yo considero que la poesía es la más veraz de las manifestaciones literarias. Al menos yo cuando leo poemas busco esa veracidad. Esa autobiografía es un punto de partida. Digamos que la poesía es una indagación de uno mismo para lograr llegar a ese punto de intersección que todos tenemos en nuestra propia intimidad y que nos hace exactamente iguales a los demás.

-Hablábamos antes de la pandemia que usted vivió cómo sanitario. En aquellos días se decía que de esa pesadilla la sociedad iba a salir reforzada. Han pasado casi cuatro años, ¿cree que ha sido así?

-Esa pregunta ya me la hicieron muchas veces en los primeros meses de la pandemia y ya entonces era reticente porque es cierto de que había esperanzas de que eso ocurriese, pero yo no creo, nunca creí, que nos fuera a cambiar para mejor y así lo estamos comprobando. A lo mejor en la primera fase, con la gente sometida a esa presión y sufrimiento, la sociedad buscó fortalecer lazos e intentar sacar lo mejor de sí misma, pero fue algo ficticio que se produjo solo en aquel momento. Creo que los cambios sustanciales que requiere la sociedad y que exige de cada uno de nosotros son mucho más profundos y no pueden venir dados por circunstancias externas que son de muy difícil realización porque influye la educación, las culturas y hasta la forma que tiene uno de enfocar el mundo.