Los 'Reflejos de Cantabria' de Pedro Sobrado
El artista de Torrelavega vuelve a exponer en la sala Espacio Garcilaso con una temática centrada en el campo y el mar
El artista Pedro Sobrado vuelve a exponer en la sala de arte Espacio Garcilaso de Torrelavega -es la cuarta vez en estos últimos años después de 'Nuestros amigos los animales', 'Blanco y Negro' y 'Sentido y realidad'- con 'Reflejos de Cantabria', un conjunto de óleos de temática campesina y marinera. La muestra, que se podrá visitar hasta el 13 de junio, se inaugura el sábado, a las 20.00 horas.
Pedro Sobrado (Torrelavega, 1936) muestra en esta exposición su particular visión de Cantabria. En el ciclo vital de este artista hay una serie de hitos imprescindibles para entender su pintura. El primero es Torrelavega y Cantabria, después figura Madrid donde vivió en su juventud y tras una larga estancia en París, está el regreso al Madrid de la movida. También pasó largas estancias en Chicago, Londres y Venecia, tras regresar a su Cantabria natal. En esta ocasión, 'Reflejos de Cantabria' muestra el trabajo realizado en su última etapa pictórica en Cantabria. Es un pintor «con una mirada única», reconoce Antonio Castillo, responsable de Espacio Garcilaso, «y uno de los más cosmopolitas y con fama internacional de Cantabria, a la que nunca ha olvidado ya que siempre ha tenido una conexión especial con su Tanos natal y la Agrupación de Danzas Virgen de las Nieves, entidad centenaria con la que ha colaborado en múltiples manifestaciones culturales y de la que ha sido embajador artístico por medio mundo».
La ficha
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La muestra Exposición de Pedro Sobrado que se presenta bajo el título 'Reflejos de Cantabria', con paisajes de la región desde el mar hasta la montaña.
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La inauguración La muestra abrirá sus puertas el sábado, a las 20.00 horas y se podrá visitar hasta el próximo 13 de junio. El horario es de lunes a viernes hasta las 21.00 horas.
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El lugar En la galería Espacio Garcilaso, en la calle Garcilaso de la Vega de Torrelavega. Es la cuarta cita expositiva del artista en esta sala.
Esta relación le ha permitido tener un conocimiento de primera mano del folclore y las tradiciones de Cantabria. Si a ello se une su estancia en Santander y Polanco, «Sobrado atesora una visión holística del paisaje y paisanaje de Cantabria», añade Castillo.
La trayectoria de Pedro Sobrado ha estado siempre marcada por su preocupación por plasmar la realidad. Ya se vislumbra en sus obras de los años 60, reflejo de su estancia en París y la revuelta de mayo del 68; y en los años setenta, donde reflejó el ambiente rural de España de la época con escenas de ganaderos y marineros. En los años ochenta plasmó en los lienzos la movida madrileña, una preocupación por el mundo urbano que continuará hasta nuestros días. Sobrado afirma sentirse «pintor naturalista» y su principal preocupación es plasmar la realidad. Este equilibrio entre naturalismo y realismo data de antiguo. El cántabro, admirador del escritor Emile Zola reconoce que busca reproducir la realidad «con total imparcialidad y verdad». La trayectoria de Pedro Sobrado arranca en los años cincuenta en el panorama frío de la España de la posguerra, en 1953, cuando protagonizó en Santander la exposición de arte abstracto como complemento al primero congreso de Arte Abstracto celebrado en la capital cántabra, en el marco de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP). Una cita en la que compartió espacio con pintores y escultores de la talla de Berrocal. J. Caballero...
De formación autodidacta, hizo su primera exposición en solitario en 1959, en Santander hace cerca de sesenta años en la galería Sur. Dos años más tarde se trasladó a París, donde se quedó a vivir hasta 1976, año en que regresó a España. La línea, el trazo, la estilizada mirada sobre el mundo del artista cántabro Pedro Sobrado es una de las más reconocibles, familiares y fructíferas del arte surgido en la comunidad el pasado siglo. También vivió en Madrid, donde compartió tertulias con pintores que cultivaban la abstracción y la figuración realista. En el conjunto de la obra de Sobrado, lo primero que llama la atención es la importancia concedida al dibujo. «Un dibujo que se hace realidad mediante una línea sobria, que armónicamente va organizando los distintos planos, creando transparencias y unificando formas», ha señalado el artista. Para él, el dibujo ha sido, desde siempre, «una forma natural de comunicación».