"Severiano Ballesteros me salvó la vida"
El presidente de Cantabria recibió este lunes en su casa de Suances a Bertín Osborne, a quien relató impactantes episodios de su vida, como la muerte de su hermano, que "malamente" se pudo sacar el Bachillerato porque le insultaban o que gracias al golfista de Pedreña no subió a un avión que se estrelló
DM .
Martes, 10 de mayo 2016, 09:58
Miguel Ángel Revilla (Polaciones, 1943) abrió este lunes las puertas de su casa de Suances a Bertín Osborne. 'Mi casa es la tuya' se ha trasladado esta semana a la residencia de verano del presidente de Cantabria y al interior de la cueva de El Soplao. Durante el programa, habló de su trayectoria política y también de su vida personal: desde su humilde infancia en una casa en el pequeño municipio de Polaciones, donde compartió vivienda con otras familias y trabajó como pastor de ovejas, hasta su difícil paso por el colegio o la temprana muerte de su hermano.
Con 8 años ya estaba pastoreando a 2.000 metros de altura. «Nosotros nos tirábamos cuatro meses sin luz, tapados por cuatro metros de nieve eso te marca para toda la vida, ¿cómo no voy a ser medianamente solidario si naces en un pueblo donde todo era de todos? Los genes y la tierra te marcan», contó el presidente. «Muchas veces me ha llevado a Polaciones y cuando me ha enseñado la casa donde nació se ha puesto a llorar de emoción», aseguró Lara, su hija pequeña.
Sin embargo, una de las etapas más duras de su vida fue cuando con once años se tuvo que trasladar a Santander por motivos laborales de sus padres. «Me llevaron a los Salesianos y salí traumatizado de ese colegio porque un profesor me dejó en ridículo delante de todo el comedor», afirmó. «El primer día, sin querer me colé en el comedor y aunque mi madre vino a buscarme yo le dije que allí se comía muy bien el segundo día igual, pero el tercero me cogió el Padre Aureliano y me hizo algo que no se debe hacer nunca a un niño, me agarró, me dio dos capones y dijo: 'ya hemos cazado al gorrón'», recordó indignado. Aquel insulto marcó su adolescencia. «¿Sabes cómo me estuvieron llamando durante tres años en ese colegio: El gorrón. Malamente pude sacar el bachiller porque estaba atemorizado, acomplejado», contó Revilla a Bertín.
Sin embargo, cumplió su deseo de estudiar Economía en Bilbao y demostró ser un estudiante de matrícula de honor. «Tuve que convencer a mi padre, porque quería que hiciera magisterio que era más barato y lo podía hacer en Santander», afirmó. El único requisito que le puso a su progenitor fue que le mandara 500 pesetas al mes para poder subsistir en Bilbao. Se buscó la vida compaginando sus estudios con trabajos temporales y terminó la carrera con buenas calificaciones. «Fui el único de toda la promoción que saqué dos matrículas de honor y ya en la universidad me convertí en el delegado universitario del Sindicato Libre de Bilbao ganándole las elecciones a Txabi Etxebarrieta Ortiz, mi vecino y amigo», explicó. Se enteró años más tarde de que su compañero de clase fue uno de los fundadores de ETA. «Lo mató la Guardia Civil después de que asesinara a José Pardinas en Tolosa, el primer asesinato de la banda terrorista».
Después de acabar la carrera, contó que volvió a Santander y, como le gustaba la política, se hizo delegado sindical en Torrelavega, etapa en la que también trabajó de profesor de economía en los Jesuitas de Santander. Fue allí donde empezó a tener contacto con políticos locales como Jesús Collado Soto, alcalde de Torrelavega, al que prohibió nombrar a dedo al ejecutivo del Ayuntamiento y le obligó a hacerlo a través de las urnas. «A partir de este suceso, la Guardia Civil me acusó de etarra camuflado y me detuvo. Todo por haber tenido relación con Txabi Etxebarrieta y por compartir apellido con un miembro de la organización criminal», explicó. «Mi padre tuvo que mover hilos y me liberaron, no estuve más de 48 horas», zanjó.
"En Euskadi me llaman lehendakari"
Años más tarde, pasó de ser un posible etarra a ser uno de los objetivos de ETA. Fue cuando ya había creado su propio partido político, el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), y era diputado de la comunidad autónoma. «Yo siempre he sido muy beligerante con ETA, de los más beligerantes de España, y siempre he hecho declaraciones muy duras contra ellos», aseguró. A pesar de encontrar documentación que confirmaba que era uno de las personas más buscadas por ETA, Miguel Ángel Revilla explicó que renunció a tener escoltas.
El presidente también afirmó que en la actualidad se siente muy querido en Euskadi. «Me llaman lehendakari por la calle y me invitan a unos potes», presumió con orgullo.
"Cuando me dieron la noticia de la muerte de mi hermano me desmayé"
Uno de los golpes más duros de su vida fue la muerte de su hermano, que regentaba una discoteca en Noja. Una noche volviendo en coche de este municipio cántabro les sorprendió la tragedia. «Yo iba muy a menudo a ayudarle y un día salimos del local juntos. Yo iba solo en mi coche y él detrás de mí con el suyo y dos amigos», relató el invitado. «Cuando llegué a casa, al cabo de una hora me llamaron para informarme que había tenido un accidente de tráfico y estaba muy grave», recordó aclarando que los dos amigos murieron en el acto.
Su hermano fue ingresado en estado muy grave en el hospital de Valdecilla, pero murió doce horas después, a los 30 años. «Lo de Jaime fue terrible. Éramos más que hermanos, él me adoraba, me tenía mitificado. Me acuerdo muchísimo de él, no puedo olvidarle. Me acuerdo que cuando me dieron la noticia me desmayé», explicó.
"Severiano Ballesteros me salvó la vida"
Uno de los momentos más impactantes de la entrevista fue cuando el presidente contó la anécdota que vivió con Severiano Ballesteros. El golfista le salvó la vida, ya que se tenía que haber subido a un avión que se acabó estrellando con ochenta pasajeros a bordo, que murieron en el acto.
Revilla se encontraba en el aeropuerto de Madrid-Barajas intentado conseguir un billete de avión, pero la aeronave iba completa. Entonces apareció Severiano recién llegado de ganar el Campeonato del Mundo de Golf en Sudáfrica con su bolsa al hombro -una imagen que el presidente confiesa tener grabada- y fue al que le dieron asiento, dejando en tierra al político. Revilla aún no era famoso, se presentó y Seve advirtió que no se pensaba colar delante de nadie. Si un desconocido Miguel Ángel no subía, él tampoco. Al final, cogieron otro vuelo para viajar juntos. «Eso me unió a Severiano Ballesteros y tuvimos más que una amistad, éramos como familia», explicó Revilla.
De hecho, el presidente de Cantabria aseguró que aún conserva una botella de Johnnie Walker que el deportista le regaló cuando se hizo con el campeonato de la marca.
Su primera cita con Aurora
Revilla también elogió a su mujer Aurora y aseguró que es presidente de Cantabria gracias a ella. Eso sí, la primera cita fue un fiasco. «Todo salió mal, fue un día horroroso de niebla, canciones mexicanas, un beso de lado...», contó entre risas. Aún así, la conquistó. «Fue surgiendo... a mí me dicen al principio que yo voy a salir con Revilla y te digo que no, pero estas cosas surgen», explicó su mujer en un vídeo.
El invitado también admitió que como padre no cumple «las condiciones». «Tiene un sentimiento de culpabilidad porque la política le absorbe tanto que se ha perdido cosas», explicó Aurora. «Vive para la política, las 24 horas del día, siempre está hablando de política lo de irse de vacaciones a él le parece imposible», contó su hija Lara.
Revilla también hizo su pronóstico para las elecciones de junio. «Va a cambiar muy poquito la cosa. Probablemente, entre PP y Ciudadanos se acerquen más a los 175 y el pacto será entre estos dos partidos poniendo Ciudadanos como condición que no sea Mariano Rajoy el candidato», vaticinó.
Revuelto de perrechicos y visita a la Cueva del Soplao
Como ya es habitual, Bertín y Miguel Ángel fueron a la cocina y se repitió otro de los clásicos del programa: ninguno de los dos sabía encender la vitrocerámica. Una vez conseguido, el presidente desplegó sus dotes culinarias y preparó un revuelto de perrechicos.
Para finalizar el programa, Revilla llevó a Bertín a visitar la Cueva del Soplao. El político la defiió como la Capilla Sixtina de la geología y le hizo de guía por la inmensidad de la cueva. Antes de despedirse, el protagonista de la velada propuso a Bertín un concierto en el Soplao. Aprovechando «la maravillosa sonoridad» de la cavidad, el invitado y el presentador, acompañados por el cantautor Nando Agüeros, despidieron la tercera entrega del programa cantando el «futuro» himno de Cantabria, 'Viento del norte'.