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Los grandes protagonistas de las series del siglo XXI.
Nadie puede con 'Los Soprano'

Nadie puede con 'Los Soprano'

Medio centenar de críticos y especialistas en ficción televisiva eligen las 50 mejores series del siglo XXI

Mikel Labastida

Sábado, 19 de noviembre 2016, 00:05

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La última campaña electoral americana se ha narrado en clave seriéfila. Las menciones a títulos como The Wire, Homeland, The Americans o House of cards han sido constantes. Tan importante era conocer determinadas medidas políticas como quiénes son Frank Underwood u Omar Little para entender algunas crónicas. Posteriormente la victoria de Donald Trump se ha relacionado con episodios de Los Simpsons y Black Mirror, concediéndoles a las series una capacidad anticipatoria de los acontecimientos.

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El fenómeno no ha sido aislado. Los políticos han abrazado las series como herramienta para conectar con un electorado enganchado a estas ficciones y sabiendo además que citar la televisión hoy en día está tan bien visto como hacerlo con los libros y el cine. De hecho generan actualmente más debates que otras disciplinas y han adquirido categoría de valor cultural. «Es hora de acabar con normativas laborales que parecen sacadas de un episodio de Mad Men», dijo Obama en el discurso oficial sobre el Estado de la Unión de 2014. La mención a la producción de Matthew Weiner no fue baladí. El presidente de Estados Unidos era consciente de que refiriéndose a ella se entendería perfectamente el concepto del que hablaba y que además le haría parecer más próximo, más moderno, más cultureta.

Las series confieren en la actualidad esas cualidades. Por eso Pablo Iglesias cita Borgen y Juego de Tronos. O Echenique nombra a Mulder y Scully. O Borja Semper se felicita cuando se entera de que Woody Allen cambia de pantalla.

No siempre ha sido así. La televisión atrae a grandes audiencias pero era denostada en algunos círculos, donde se la consideraba como un entretenimiento popular y poco interesante. Todo cambió a comienzos de este siglo con el estreno en Estados Unidos de producciones que aspiraban a una calidad cinematográfica y que abordaban argumentos poco frecuentes en este formato, normalmente más políticamente correcto, por entenderse que se dirigía (y la digerían) a todo tipo de espectadores. Fue el gancho distintivo que utilizaron cadenas por cable americanas para captar nuevos públicos, presumiblemente más selectos y con posibilidades económicas para pagar una suscripción. Curiosamente no querían que se les asociara con el medio para el que eran concebidas. «No es televisión, es HBO», rezaba el lema del canal pionero en ofrecer títulos distintos a los que se solían emitir en la pequeña pantalla. Con ella llegaron Los Soprano, Sexo en Nueva York, The Wire, Deadwood

Se habló de la edad de oro de la televisión porque el efecto contagio fue inmediato. Otras muchas emisoras por cable y después también en abierto se animaron a producir series más ambiciosas. No era ni mucho menos la primera edad de oro de la televisión, pero sí la primera que coincidía con una tecnología que permitía el acceso directo e inmediato a un montón de propuestas desde cualquier parte del mundo, además de socializar y conocer las opiniones y teorías de otros muchos seguidores de esos títulos. Desde entonces se habla, se escribe, se debate, se especula a menudo en diversos medios y escenarios sobre series. Sólo en Estados Unidos se producen al año más de 400 ficciones televisivas, cuando hace una década apenas se alcanzaban las 100.

El caso de España

España no escapa al consumo de estos productos. Netflix desembarcó hace un año y, aunque no da cifras ni datos, sus objetivos deben de estar cumpliéndose porque anuncia nuevas metas dentro de este mercado. Y no deja de estrenar proyectos, como Narcos, Stranger Things, The Crown HBO ha anunciado esta semana su establecimiento inminente en España con plataforma propia a la que suscribirse y trae consigo sus últimas propuestas, Westworld, Divorce, The Young Pope La lista de títulos que se presentan cada mes es inabarcable.

Este periódico ha pedido a 50 profesionales relacionados con la materia que elijan las mejores series emitidas en el siglo XXI. Se trata de seleccionar, entre las muchas que se han propuesto en distintas plataformas, las más destacadas, las que hay que ver sí o sí. Las indispensables e indiscutibles.

La idea es señalar aquellas que por su argumento, su puesta en escena, su desarrollo o su repercusión merecen ser reivindicadas, recordadas para la posteridad y revisitadas para su disfrute. Se podían escoger producciones estrenadas a partir de 2000 o que al menos en ese año y en los posteriores se estuviesen emitiendo (aunque su inicio fuese anterior, en los 90). Y se permitía incluir series de cualquier país, y del género y con la duración que fuese. Sin excepciones.

Críticos, especialistas, profesores, analistas y periodistas de distintos medios nacionales han emitido su veredicto y lo han hecho cada uno con una relación en la que podían mencionar de 10 a 12 títulos por orden de preferencia, lo que les otorgaba una puntuación de mayor a menor. Así se ha confeccionado una lista lo más variada y objetiva posible con los 50 títulos imprescindibles del siglo XXI, según los expertos en el asunto catódico.

Triunfan los clásicos

Analizados los resultados es evidente que los clásicos siguen prevaleciendo por encima de cualquier nueva propuesta que haya venido después. Por una diferencia de sólo dos votos Los Soprano vence a The Wire y ambas se colocan en lo más alto de una selección que integran principalmente producciones americanas, con salvedades creadas en Reino Unido (Black Mirror, The thick of it, Downton Abbey, The Office, Doctor Who, Sherlock); Italia (Roma Criminal); países nórdicos (Borgen, Bron/Broen); y España (El Ministerio del tiempo, Crematorio, Cuéntame). Es llamativo cómo de los diez primeros puestos sólo uno pertenece a un estreno de los últimos cinco años (Juego de tronos en 2011), lo que demuestra que el nivel del principio de siglo es difícil de alcanzar. O quizá algunas propuestas necesitan más tiempo y mayor distancia para ser valoradas.

La mayoría de seleccionadas pertenecen al género dramático. Entre las 20 primeras sólo cinco son comedias (Friends, Louie, 30 Rock, Sexo en Nueva York y Big Bang Theory). Destacan ausencias como las de Modern Family, Veep, Mr. Robot, True Detective, American Horror Story o Dexter, que se han colado en los palmarés de los Emmy y los Globos de Oro. Aunque han sido mencionadas, no han obtenido una puntuación suficiente como para lograr un puesto en la clasificación final.

Desde mañana, y durante las próximas semanas, los domingos en la sección de Televisión del periódico se analizarán una por una las mejores series vistas en los últimos años en pequeñas pantallas: la de la tele, la del móvil, la de la tablet, la del ordenador...

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