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Julián Alía
Sábado, 18 de mayo 2019, 19:30
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La sargento Sara Campos no cesa en su empeño y sigue buscando a Lucía en 'La caza. Monteperdido', la serie que se despide este lunes a las 22:40 horas en La 1, y que ha acumulado una audiencia media de 2.147.000 espectadores y un 13,9% de cuota de pantalla. Tras la frialdad de la inspectora de la UCO (Unidad Central Operativa de la Guardia Civil), se encuentra la alegre e inquieta Megan Montaner (Huesca, 31 años), que confiesa que tuvo «miedo» cuando le ofrecieron el papel de Sara Campos, porque era un personaje totalmente contrario a ella.
- ¿De verdad que tuvo miedo? ¿Por qué?
Muchísimo. Cuando me lo mandaron, pensé: ¿Yo voy a ser capaz de hacer esto? Recuerdo el primer día perfectamente. Estábamos en la sierra de Madrid, y empezábamos por secuencias de los capítulos dos y tres, y eso es una putada porque no sabes el recorrido todavía y no tienes pillado a ese personaje. Cuando acabé ese día, le dije al director que no sabía si iba a ser capaz de terminar la serie, por el empaque, por lo que tiene ella por dentro.
- ¿Cómo ha sido rodar tan cerca de casa?
Ha sido superespecial. Estar en Benasque era como tener las raíces echadas. Me sentía como pez en el agua. Me ha llenado de orgullo también. Que se puedan ver esas imágenes y ese valle es maravilloso. Estuvimos casi dos meses en Benasque, que son cinco calles, con un equipo de cien personas. Eso es un 'Gran Hermano'. Ahí puede pasar de todo. O te quieres mucho, o te matas. Pero fue maravilloso y conectamos todos muy bien. He tenido unos compañeros con tanto talento, que en ningún momento podías permitirte bajar la guardia.
- ¿Y eso hizo más fácil el trabajo?
Desde luego. Estar allí tanto tiempo juntos es lo que hizo que las relaciones se estrecharan. Además, los directores han sabido tener un saber estar... Tenían que estar a muchas cosas, y nos transmitieron mucha tranquilidad. Eran dos directores, pero fue como si solo hubiese sido uno.
- ¿Cómo fue la visita a la UCO?
Alucinante. Después de estar cuatro horas hablando con ellos, necesitaba hablar con alguien y comentar todo lo que había pasado. ¿Cómo pueden esas personas ver tal cantidad de atrocidades, y hablar con asesinos y familias a las que les han pasado cosas que en tu vida no te planteas? Es algo digno de valorar. He ejercido como sargento en la serie, pero no podría estar en ese pellejo. Es brutal.
- ¿Qué le gusta de su personaje?
En realidad, me gusta casi todo, pero Sara es superhermética, y eso me costó Dios y ayuda. Ya solamente por el tema físico. Ella apenas se mueve, siempre está muy recta, con las manos en los bolsillos. Y yo estoy moviéndome todo el rato como pollo sin cabeza. Ha sido el personaje más duro que he tenido que hacer nunca.
- Tampoco le gustan los perros.
¡Sí! Y a mí me encantan los animales. Ella es totalmente contraria a mí, pero eso es lo que tiene que pasar, que te den personajes absolutamente alejados a ti. De eso se trata, de estar todo el día jugando y de llegar a hacer esos retos. Tenía tanto miedo cuando lo vi, que no pude negarme a hacerlo. Me ha gustado sentir esa exigencia.
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