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Rudy Fernández, durante el partido de cuartos frente a Polonia. EFE
España, en semifinales y casi en los Juegos
Mundial de China 2019

España, en semifinales y casi en los Juegos

Ricky, Rudy y los Hernangómez propulsan el ataque de la selección en un solvente partido ante Polonia

Amador Gómez

Madrid

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Martes, 10 de septiembre 2019, 07:00

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España, con un solvente partido frente a Polonia, a la que sometió gracias al sacrificio y a recursos muy superiores, a su pegada desde el exterior en momentos clave (11 de 28 triples para un 39%) y a su oficio, ya está en las semifinales del Mundial de China y casi tiene en sus manos el pasaporte para los Juegos Olímpicos. El pase directo a Tokio 2020 que tan complicado estaba antes y durante la primera fase del campeonato lo puede sellar la selección este miércoles, con la eliminación de una de las otras dos únicas europeas que sobreviven, Francia, ante Estados Unidos, o la República Checa, frente a Australia.

España

Ricky Rubio (19), Rudy Fernández (16), Juancho Hernangómez (14), Víctor Claver (6) y Marc Gasol (10) -quinteto inicial-. Colom (-), Ribas (1), Willy Hernangómez (18), Oriola (2), Llull (4), Rabaseda (-) y Beirán (-).

90

-

78

Polonia

A. J. Slaughter (19), Ponitka (9), Waczynski (15), Cel (3) y Hrycaniuk (8) -quinteto inicial-. Balcerowski (-), Sokolowski (11), Olejniczak (-), Laczynski (-), Gruszecki (-), Koszarek (3) y Kulig (10).

  • Parciales 22-18, 24-23, 21-17 y 23-20.

  • ÁRBITROS Vázquez (Puerto Rico), Rosso (Francia) y Kato (Japón).

  • iNCIDENCIAS Partido de cuartos de final del Mundial de China 2019, disputado en el Shanghai Oriental Sports Center.

Del duelo entre los oceánicos y los centroeuropeos para la lucha por las medallas saldrá el rival del equipo de Sergio Scariolo, que jugará el viernes (a partir de las 10:00 horas) su duodécima semifinal en los catorce últimos grandes campeonatos, sólo fuera del podio, desde el histórico oro en Japón 2006, en los Mundiales de 2010 y 2014 y ahora relanzada de nuevo para disputar una final planetaria 13 años después, también en el continente asiático. España, invicta, transformada cuando comenzó el verdadero Mundial en la segunda fase y con la fe y la confianza recuperadas merced a la defensa -pese a fases de bajón ante Polonia- que da alas en ataque, está otra vez en el camino.

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Después de crecer desde atrás y liberarse de toda la presión contra Italia y de su formidable actuación colectiva frente a Serbia, sorprendentemente despedida este martes por Argentina, España, que exhibe orgullo, espíritu competitivo y un tremendo carácter ganador por muchas ausencias y cambios que haya, cumplió los pronósticos contra la relevación del campeonato, para entrar en la pelea por el podio. España ya no puede renunciar a nada, tras ponerse todo de cara para aspirar a lo máximo. La selección de Sergio Scariolo, pese a su irregularidad ante Polonia y a una defensa de nivel inferior a la que mostró contra los italianos y en su memorable encuentro ante Serbia, tuvo que esperar hasta el último cuarto para sentenciar a un equipo que juega un buen baloncesto, pero España, a pesar de sus defectos (13 pérdidas y muy precipitada en ocasiones), siempre fue dominadora.

De nuevo estuvo propulsada España en ataque por un fantástico Ricky Rubio (19 puntos, nueve pases de anotación y cinco rebotes para 26 de valoración y ya máximo asistente en la historia de los Mundiales), y en el primer cruce a vida o muerte también por Rudy Fernández (5 triples de 5) y por los hermanos Hernangómez. Decisivo y letal estuvo Juancho en el segundo cuarto, con 14 puntos sin fallo, incluidos tres triples consecutivos, y autoritario como pívot y en las entradas a canasta en el último parcial Willy, autor de los 12 primeros puntos de la selección en ese período. Entonces fue Ricky, que impuso otra vez el ritmo adecuado y, clarividente, valiente y certero, quien acabó de forma definitiva con la intensa pero limitada Polonia con dos triples seguidos a falta de menos de tres minutos y medio (85-72).

Pese a que la defensa de España sobre los polacos no fue en esta ocasión tan brillante (el rival llegó o superó los 20 puntos en dos cuartos y A. J. Slaughter firmó 19 y hubo debilidad en la pintura), la selección de Scariolo estuvo agresiva y concentrada cuando más lo necesitó. También le acompañó fluidez en ataque, aunque no tuviese la continuidad deseada cuando Polonia reaccionó en el último cuarto y se acercó a sólo cuatro (76-72) después de haber llegado a ir perdiendo por 14 (58-44) en un parcial explosivo del incombustible Rudy.

Entre Ricky, el capitán de España y los Hernangómez sumaron 67 de los 90 puntos, con otra docena de Marc Gasol, que aunque falló demasiado ante el aro y sólo cogió dos rebotes, dio hasta siete asistencias y con él en la cancha la selección hizo un +22, superior al +19 con Rudy o con Claver, que defensivamente están siendo fundamentales en este Mundial, con el escolta balear del Real Madrid demoledor en el triple en el segundo y en un tercer cuarto en el que la selección sí dio un paso importante en defensa. Ahí está la clave del éxito y lo que debe seguir potenciando España para soñar con lo que parecía una utopía en China.

Scariolo: «Estos jugadores dejarán un legado impagable»

Sergio Scariolo reconoció que su equipo tuvo que trabajar mucho para adjudicarse la victoria contra Polonia. «Ha sido un rival muy duro. Nadie está entre los ocho primeros del mundo por casualidad, han dado muchísima guerra porque tienen mucho talento», apuntó el técnico italaino. Scariolo se mostró feliz por haber logrado el pase a semifinales en China, un «objetivo altísimo» que ha sido alcanzado.

«Ha requerido un esfuerzo muy grande. Llevábamos muchos años (13) sin superar los cuartos de final en un Campeonato de Mundo y es un grandísimo resultado», recordó el seleccionador nacional.

España sigue así su camino por lograr la gesta de 2006 en Japón, donde se proclamó campeona del mundo, y lo hace con un equipo que marcará historia. «Que este ejemplo sirva para las generaciones que vienen, que tienen que tener una referencia, no como listón de resultados, porque será imposible que puedan igualarlo, pero como espíritu de competir, de forma de ser de equipo. Eso es un legado impagable el que estos jugadores dejarán», añadió.

Un equipo, afirmó, cuyo máximo orgullo es su «cohesión, el compañerismo, el altruismo, los grandes valores del deporte que siempre lo han identificado». «Puedes tener limitaciones y dificultades pero sabemos superarlas en equipo. Un día puede destacar uno y otro día otro, pero cuando llega el momento del liderazgo los referentes están ahí», añadió.

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