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Las jugadoras del Monte y del Racing se dan la mano antes de que comience el partido ayer en los Campos de Sport.

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Las jugadoras del Monte y del Racing se dan la mano antes de que comience el partido ayer en los Campos de Sport. María Gil Lastra
Fútbol femenino

Un encuentro que pasará a la historia

Los Campos de Sport acogen por primera vez un partido de fútbol femenino, el derbi entre Racing y Monte

Leila Bensghaiyar

Santander

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Lunes, 16 de abril 2018, 07:40

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Cuando Kathrine Switzer decidió correr la maratón de Boston y convertirse en la primera mujer que disputaba la prueba, estaba construyendo un camino de igualdad, sin tabúes, sin miedo y sin hipocresía. Una pionera tratando de edificar un mundo con menos barreras. Aquello se convirtió en un momento histórico. Ayer los Campos de Sport también vivieron un día que quedará grabado en la memoria de muchos. Lo cierto es que también es un acontecimiento histórico. La primera vez que dos equipos de fútbol femenino se enfrentaron en el estadio verdiblanco. Noventa minutos que comenzaron a las pasadas 19.00 horas y que nadie había visto nunca antes en El Sardinero. El Racing Féminas y el Monte disputaron el clásico derbi santanderino en el feudo del primer equipo. El que está vedado a los demás salvo en las grandes ocasiones. Y esta sin duda lo era. 22 chicas saltaron al césped para jugar un partido que trascenderá cómo único y que sin embargo, supone un acto cotidiano para todas ellas.

Antes de que comience el encuentro tres jugadoras del Racing esperan fuera del estadio. Están nerviosas. Miran los móviles continuamente para ver si los minutos se aceleran y corren aún más aprisa. Alzan las cabezas con premura porque no ven llegar a sus compañeras y quieren bajar ya a los vestuarios. Están impacientes. Lucía Gómez es una de ellas. Está nerviosa, y eso que ya ha sido convocada cuatro veces este año con la selección española, pero no puede evitarlo. Es la portera del cuadro verdiblanco y lleva dando patadas a un balón desde los seis años. «Todas llevamos esperando esta ocasión mucho tiempo. Vamos a hacer historia con todas las letras y en mayúsculas. Y es especial». Para ella significa mucho. Desde pequeña ha soñado con vestir la camiseta del Racing y jugar en El Sardinero. En estas gradas ha visto partidos de UEFA y de Primera División y ahora es a ella a quien verán jugar. «Es un sueño cumplido», dice mientras sus dos compañeras asienten con la cabeza.

Para ella también una oportunidad para ayudar a dar visibilidad al fútbol femenino. Es consciente de que mucha gente nunca visto un partido de chicas, pero le gustaría que «nos animen y que sigan viniendo a vernos. Quiero que el fútbol femenino siga creciendo. Todavía hay gente que ignora que hay chicas que pueden jugar al fútbol». Esta es una reflexión que comparte con la presidenta del Racing Féminas, Anto Verdugo: «A quien le guste el fútbol de verdad disfrutará con ellas igual que con los chavales. La entrada a nuestros partidos siempre es gratuita y me encantaría que la gente viese que el fútbol no cambia». Para Anto esta iniciativa llega en el momento indicado. «Llevábamos muchos años esperando que el Racing nos diese la oportunidad de jugar un partido aquí» y es cierto. Aunque el Racing haya integrado por completo al Racing femenino esta temporada, el equipo lleva funcionando al amparo de la marca verdiblanca alrededor de diez años.

Unos 2.000 espectadores presenciaron el choque en El Sardinero

Para las jugadoras este gesto de ceder el estadio para disputar el derbi «es un lujo», como cuenta Vera Martínez, central del equipo verdiblanco. Ella igual que su compañera Lucía siempre que venía de pequeña soñaba con poder jugar aquí «pero nunca pensé que fuera a pasar y mira, aquí estamos», espeta con una enorme sonrisa.

A Kathy Switzwer intentaron detenerla. Uno de los comisarios, llamado Jock Semple, que ejercía de codirector de la carrera, al detectar que Switzer era, efectivamente, una mujer, intentó pararla -sin conseguirlo-, salió detrás de ella y le gritó: «¡Sal de mi carrera y devuélveme el dorsal!». Ayer en los Campos de Sport se vivió exactamente lo contrario. Un buen número de público -unos 2.000 espectadores- se quedó a disfrutar del partido y se propusieron hacerlo desde antes incluso de que el árbitro diese el pitido inicial. En cuanto las futbolistas saltaron al terreno de juego para calentar una cálida ovación las acompañó y a buen seguro las hizo entrar en calor más rápido que mil carreras y ejercicios por la bandas. En La Gradona también se encendieron begalas y se entonaron cánticos de ánimo. Espectáculo dentro y fuera del campo.

Pronto se dejaron oír los aficionados del Monte, que no iban a ser menos. «He dicho a todo el mundo que venga a vernos, a mis padres, a mis amigos... A todos», contaba Sara San Miguel, delantera del Monte. «Yo el día de hoy no lo olvidaré nunca», exclamaba otra de las visitantes, la portera Elsa Gutiérrez. Y a los gritos de ¡Monte Monte! llegó el primer gol del partido, como si el balón hiciese caso a una especie de invocación. Después el gol del Racing y más aplausos. El frió empezaba a hacer mella entre el público. Dio igual. Si el París de Heminway era una fiesta, El Sardinero del primer partido de fútbol femenino no iba a ser menos. Las bengalas volvieron a hacer su aparición en la segunda parte acompañadas de un par de insistentes bombos y trompetas. Algunos incluso las encendieron dentro de los vomitorios, que parecían pequeñas bocas de dragón lanzando humo y colores rosados. Hasta se pudo escuchar algunas voces tímidas entonando 'La fuente de Cacho'.

Entre aplausos y 'uys' la noche comenzó a caer sobre los Campos de Sport y las estrellas podían verse en el cielo y sobre el césped. Y es que el fútbol no cambia según quien lo juegue. No es masculino ni femenino. No tiene género. Es una pasión.

Crónica: El Racing no puede superar a unMonte más efectivo en el remate

Aunque el Monte sumó más goles, ninguno de los dos equipos femeninos que ayer estrenaron El Sardinero perdieron el partido. Fue un encuentro donde ganaron todos, también los más de dos mil espectadores que se distribuyeron por las gradas para ver un digno espectáculo donde el Monte fue el primero en acertar en la portería.

Sólo había pasado un minuto de juego cuando Jimena se internó en el área y su disparo fue rechazado por Lucía hacia los pies de Saza que anotó el primer e histórico gol del fútbol femenino en El Sardinero. Con este comienzo, el Racing tardó en asimilar las nuevas sensaciones, pero fue entrando en el partido y llegó a tener sus ocasiones.

Athenea advirtió de su calidad con sus internadas y en el minuto 19 y en el 33 ensayó sendos disparos que a punto estuvieron de suponer el empate. La presión local tendría sus frutos en el 37, cuando María José recibió un pase dentro del área e igualó el marcador en El Sardinero.

En la segunda parte el Racing se organizó mejor. Athenea continuó siendo el dolor de cabeza de la defensa rival. Un disparo suyo que lamió el larguero fue el primer aviso. Luego llegaron las buenas combinaciones entre María José y Lara, la falta directa de Silvia que despejó Claudia a córner y otras llegadas que inquietaban a un Monte bien organizado en defensa. La incorporación de Laura Camino cambiaría el destino del partido, ya que sería la autora de los dos goles del triunfo. El Racing lo intentó, pero se estrelló con un Monte eficaz que se llevó los tres puntos de El Sardinero.

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