Barça: la hegemonía del arte
Arsène Wenger calificó como arte el juego de un equipo que estará por noveno año consecutivo en cuartos de final de la Liga de Campeones con cinco entrenadores distintos y Messi e Iniesta como hilos conductores
P. Ríos
Viernes, 18 de marzo 2016, 01:21
El Barça saborea su clasificación para los cuartos de final de la Liga de Campeones por noveno año consecutivo con cinco entrenadores distintos, señal de que por encima de los nombres hay una idea que se impone: Frank Rijkaard en la temporada 2007-08, Pep Guardiola en los cursos 2008-09, 2009-10, 2010-11 y 2011-12, Tito Vilanova en la campaña 2012-13, Tata Martino en la 2013-14 y Luis Enrique repite en esta 2015-16, tras su exitosa trayectoria en la 2014-15. En ocho de esta nueve ediciones, el equipo azulgrana pasó a semifinales, una serie interrumpida por la eliminación hace dos años con el Tata en el Vicente Calderón ante el Atlético, sin duda, uno de los rivales que los jugadores de Luis Enrique quieren evitar en el sorteo de este viernes pese a las últimas seis victorias consecutivas en los pulsos directos: cuatro en Liga y dos en Copa.
Tampoco el Real Madrid seduce como adversario en el Camp Nou, principalmente porque el 2 de abril hay un clásico liguero y serían tres en diez días, con la tensión que eso provoca. Wolfsburgo y Benfica parecen los más asequibles en un bombo con Bayern, PSG y Manchester City. Aunque como recuerda Luis Enrique, "el año pasado ya tuvimos que eliminar a todos los campeones de las grandes Liga para ganar el título y seguro que el sorteo de este año nos depara alguna sorpresita".
Sólo dos jugadores han participado en estas nueve ediciones consecutivas: Andrés Iniesta y Leo Messi, dos futbolistas que por sus características han sido los hilos conductores que han cosido los distintos proyectos. El toque y la imaginación por encima del físico. O como diría Arsène Wenger, rendido a la calidad de ambos tras dar la cara con el Arsenal el miércoles en el Camp Nou pese al 3-1 final: el arte. "Estos jugadores transforman la vida normal en arte y eso yo lo respeto y sé admirarlo. Lo sufro como entrenador rival, pero como me gusta el fútbol reconozco que es excepcional. Acabas el partido y ves que casi no se han equivocado ni una vez jugando al primer toque. Tienen tres jugadores en ataque que te hacen un gol de la nada", comentó el técnico francés, haciendo extensivos sus elogios al tridente formado por Messi, Luis Suárez y Neymar, que se repartieron los goles y ya suman 106 esta temporada.
Ter Stegen se reivindica
No faltaron protagonistas defensivos, como Ter Stegen, que se reivindicó en presente con varias paradas de mérito el día después de confesar que estaba harto de que le llamaran el portero del futuro, una queja que lleva implícito su malestar por ser sólo titular en la Liga de Campeones y la Copa del Rey por segundo año seguido porque la Liga es de Claudio Bravo. En el club ya están prevenidos por si el alemán a final de temporada pide ser traspasado, aunque no le dejarían marcharse fácilmente.
Y Mascherano volvió a protagonizar una milagrosa aparición de la nada para evitar que Welbeck marcara un 1-2 que podría haber puesto en peligro la eliminatoria. El argentino aprovechó para lanzar un mensaje de autocrítica necesaria incluso en las victorias y en las rachas eternas de partidos sin perder, como la actual que ya se eleva a 38 partidos oficiales. "Concedimos demasiadas transiciones al Arsenal en un partido en el que no era necesario un intercambio de golpes porque nosotros teníamos la ventaja de la ida y nos podía perjudicar", explicó el argentino, cuestionando que el Barça no tuviera más control del juego tras el 0-2 de la ida. Luis Enrique se lo podría haber tomado como una ofensa a sus planteamientos y a sus apuestas, puntuales y a veces arriesgadas, por el correcalles, pero admitió que ese problema existió: "Ha habido demasiado intercambio de golpes en la primera parte, algo en lo que somos fuertes, pero que en esta ocasión no nos convenía y lo hemos tenido que parar".
Antes de los cuartos de final de la Liga de Campeones (ida, el 5/6 de abril y vuelta, el 12/13), el Barça afronta dos partidos trascendentales para amarrar una Liga que se podría apretar de nuevo en el caso de no sacarlos adelante: el domingo visita al Villarreal y el sábado 2 de abril recibe al Real Madrid en el clásico del Camp Nou. Europa puede esperar.