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Las ligas europeas denuncian la reforma de la Champions y desafían a la UEFA
CONFLICTO

Las ligas europeas denuncian la reforma de la Champions y desafían a la UEFA

Se oponen a una competición continental más exclusiva y cerrada y amenazan con jugar los torneos locales en los mismos días

Ignacio Tylko

Viernes, 21 de octubre 2016, 16:57

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Los países más poderosos del fútbol europeo y aquellos con ligas menores se unieron este viernes en Zúrich contra la decisión de la UEFA de crear un nuevo formato de la Champions, mucho más cerrado y exclusivo, en el período entre 2018 y 2021. Sin embargo, la batalla está servida porque una cosa es lo que argumentan de manera global las ligas y federaciones y otra, muy diferente, lo que pregonan los clubes más poderosos, partidiarios de convertir la Liga de Campeones en una competición parecida a la NBA.

La Asociación de Ligas Europeas (EPFL), que engloba a 25 competiciones nacionales, se siente ninguneada por la UEFA y se plantea un boicot en toda regla. Si no hay acuerdo con el organismo rector del fútbol europeo, presidido por el esloveno Aleksander Ceferin, amenaza con organizar partidos de sus respectivos campeonatos al mismo tiempo que se celebra la Liga de Campeones y la Europa League. «No hay otra opción para la EPFL que poner término al acuerdo actual de la UEFA», declaró su presidente, el sueco Lars-Christer Olsson, en conferencia de prensa. La decisión fue adoptada por la casi la totalidad de los 23 campeonatos presentes, ya que el Scudetto fue el único que votó en contra en esta cumbre que protesta contra la reforma que garantiza cuatro plazas a España, Alemania, Inglaterra e Italia, por sus resultados en el pasado. Ello dificultaría el acceso a la Champions de los clubes de los campeonatos más modestos.

La nueva Champions supone, a juicio de los dirigentes de las ligas europeas, incluida la española, un factor de desigualdad más entre clubes. «Tendrá un impacto negativo en los campeonatos domésticos e incrementará de forma exponencial el abismo deportivo y económico entre los más grandes clubes de Europa y el resto», sentenció la EPFL. Detrás de esta medida y la frontal oposición de las ligas europeas está el germen de una Superliga Europea, el preludio de una gran competición internacional que dañaría las competiciones locales tanto en lo deportivo como en lo económico, con la pérdida de valor de sus ingresos audiovisuales.

Los mejores clubes de Europa pusieron contra la espada y la pared a la UEFA, que se vio forzada en agosto pasado a cambiar el modelo de la Champions ante el temor de que Real Madrid, Barcelona, Bayern de Múnich, París Saint-Germain y otras instituciones de ese calibre creasen una competición paralela. Los miembros que lideran la Asociación Europea de Clubes (ECA) negociaban de forma paralela con la empresa china Wanda que en marzo se convirtió en sponsor de la FIFA hasta 2030, propiedad del magnate Wang Jianlin, un empresario que les sedujo con eventuales ingresos astronómicos.

La amenaza de una Superliga

Había cobrado fuerza la idea de jugar una Superliga de 20 clubes, donde los mejores del continente tuvieran plaza fija y equipos de las denominadas federaciones medianas y pequeñas fueran alternándose. A los poderosos, la oferta asiática les sirvió para presionar a la UEFA, cuyo Comité Ejecutivo aprobó el cambio, no en el sistema de competición, que continuará con sus 32 equipos divididos en ocho grupos, sino en el procedimiento para entrar a estos torneos y la gestión del dinero.

Los grandes ocuparán el 50% de los cupos. Las principales ligas tendrían cuatro representantes, tres por méritos deportivos y uno por puntuación histórica, por un ranking que UEFA elaborará en base a las cinco temporadas anteriores. Inglaterra, Alemania, Italia y España se garantizan un total de 16 plazas en la fase de grupos, en lugar de las 11 actuales. Las reservas garantizadas para clubes que hayan sido campeones de Europa será un alivio para entidades como el Manchester United, Liverpool, Chelsea, Milan o Inter de Milán, ausentes este año por deméritos deportivos. El resto de las plazas serían ocupadas con dos equipos fijos para las federaciones medianas Francia, Portugal y Rusia, por ejemplo, los campeones de países como Ucrania, Bélgica o Turquía y los supervivientes de una fase preliminar con 50 clubes.

Según la UEFA, el dinero anual destinado a premios entre los 32 equipos (1.300 millones de euros) será «significativamente mayor» con las modificaciones porque los operadores de televisión pagarían unas cantidades similares a las de la Premier League. La intención también es reducir los costos de producción del torneo. La fórmula para el reparto sería la siguiente: 25% como cuota fija para los equipos, el 15% procedente del market pool, un sistema de variables en función de la cantidad de partidos que jueguen, el 30% de acuerdo a los resultados de los últimos 10 años, y otro 30% de la temporada anterior. Sin embargo, las asociaciones continentales concluyen que este sistema sólo agranda las diferencias entre ricos y pobres. Se antoja decisiva la reunión fijada a mediados de noviembre entre Olsson y Ceferin.

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