Messi es solución y a la vez problema

Es el contraste con tantas temporadas de excelencia. Es la consecuencia de ese burofax pidiendo irse que no prosperó, pero que deja al '10' en el teórico curso de su adiós al Barça. Son sus 33 años. Es la última imagen que quedó del partido ante el Dinamo de Kiev, andando a un metro de un rival que iniciaba un ataque para intentar empatar. El debate es ardiente en Barcelona entre los que le perdonan todo y los que le siguen idolatrando, pero creen que ahora mismo ni su juego ni su actitud ayudan al crecimiento de un Barça en construcción. Porque en la admiración eterna todos coinciden, pero para unos es ciega y para otros tiene matices.

De todo eso se habló en la previa de un Barça-Betis que no solo es un examen para Messi, más externo que interno por la defensa que hizo Ronald Koeman del '10', sino que también es una prueba de fuego para un equipo que no puede fallar otra vez. Encadena cuatro jornadas sin ganar, ante Sevilla (1-1), Getafe (1-0), Real Madrid (1-3) y Alavés (1-1). Y al regreso de los compromisos de las selecciones visitará al Atlético de Madrid. No se habla de crisis porque el sentido común se ha impuesto entendiendo que un proyecto que acaba de comenzar necesita paciencia. Pero si la racha sin puntuar de tres en tres se alarga, nadie podrá evitar que se dramatice.

Ahí vuelve a entrar Messi en escena porque toda reacción verdadera debe liderarla él, esté como esté. Griezmann sigue viendo el balón cuadrado y la portería pequeña. Coutinho está lesionado. Dembélé es una quimera. Y Ansu Fati y Pedri bastante hacen rondando los 18 años, una edad a la que no se les puede exigir que carguen con tanta responsabilidad. Sí ha vuelto un líder, Ter Stegen, con paradas de crack ante el Dinamo de Kiev y dotes de mando desde atrás en un momento en el que veteranos como Piqué, Alba y Busquets andan todavía cabizbajos por aquel 2-8 que les bajó los humos.

Llega al Camp Nou un Betis dispuesto a aprovecharse de tantas dudas. Lo hará con las bajas de Fekir y Sidnei, pero Pellegrini dispone de una plantilla con calidad y un sello azulgrana inconfundible, con hasta nueve jugadores con un pasado, o con un futuro, culé: el portero Bravo, los laterales Emerson (propiedad compartida), Montoya, Miranda y Álex Moreno (de juvenil), los centrales Bartra y Víctor Ruiz (de niño) y los delanteros Tello y Sanabria. El Barça sufre corriendo hacia atrás y al Betis le sobra talento y velocidad en ataque. Estará, por cierto, Joaquín, siempre alegre y chistoso, pero con un rencor hacia Koeman poco habitual en deportistas de alto nivel cuando se trata de analizar una relación laboral de hace 12 años en el Valencia. «Yo no lo quiero ni de utillero», volvió a recordar esta semana el veterano extremo, entre otros excesos verbales. El técnico holandés respondió este viernes: «Joaquín habla muy bien, pero yo no voy a entrar en este tema tan jugoso para los periodistas». Parece claro que la mano no se la darán.

El Barcelona contrató a Koeman como entrenador-bombero y ahora igual descubre que el neerlandés es aficionado a apagar los incendios con gasolina. En pleno debate sobre el compromiso y el rendimiento de Leo Messi, que solo había marcado un gol en Liga y tres en Champions, todos de penalti,

A costa de buscarse una polémica con Messi, Koeman

El Barcelona sufrirá irremediablemente esta temporada porque

La lesión de Ansu Fati en el penalti precipitó la entrada de Messi al paso por vestuarios.

Recién cumplida la hora de partido, Griezmann le devolvió la asistencia a Messi y este, tras caracolear a Bravo, le cedió el remate a Dembélé, cuyo chut se estrelló en el codo de Mandi. Penalti y expulsión del central.

En el tramo final, Messi volvió a aparecer para, esta vez sí, terminar la faena. Lo hizo recogiendo un taconazo de Pedri y fusilando a Bravo con rabia, la de