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Lopetegui e Isco, en un partido de España. Reuters
Isco agarra el timón
Primera División

Isco agarra el timón

El malagueño vuelve al trabajo antes de tiempo para liderar al Real Madrid sin Cristiano en el campo y con Lopetegui, su gran valedor, en el banquillo

Miguel Olmeda

Madrid

Sábado, 28 de julio 2018, 18:48

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No se había ido de vacaciones e Isco Alarcón ya pensaba en volver al trabajo. A las órdenes de Julen Lopetegui. Sarna con gusto no pica, dice el refrán, y resulta que el malagueño está encantado con que el nuevo entrenador del Real Madrid sea el exseleccionador español. Tanto que fue uno de los seis internacionales blancos que, con Sergio Ramos a la cabeza, sugirieron a la zona noble del Santiago Bernabéu el nombre del de Asteasu cuando Zinedine Zidane anunció por sorpresa su dimisión y a Florentino Pérez se le resistía encontrarle un sustituto. El desenlace es de sobra conocido.

Sin Lopetegui en el banquillo de La Roja, Isco le rindió un homenaje a su manera en el Mundial. El '22' fue el mejor español en los cuatro partidos que la selección disputó antes de volverse para casa. Apareció por todo en mediocampo para recoger la pelota y buscar abrir las murallas que levantaron Irán y Rusia, la lástima es que estuvo solo, sin compañeros que acompasasen con desmarques, desborde y goles su fútbol. En su primer gran campeonato con España -se quedó fuera de Brasil 2014 y Francia 2016 por decisión de Vicente del Bosque- no llegó a pisar el banquillo ni para descansar y echar un trago.

Las vacaciones de Isco comenzaron con la eliminación de La Roja el 1 de julio a manos de Rusia. Lopetegui, que ya andaba trabajando en su despacho de Valdebebas, citó al malagueño y a los otros cinco internacionales españoles de su plantilla -después serían seis con el fichaje de Odriozola- en Estados Unidos a lo largo de la semana entre el 30 de julio y el 5 de agosto. El sábado 28, Isco apareció por sorpresa y decisión propia en la Ciudad Deportiva del Real Madrid para realizar el último entrenamiento con el grupo y cruzar el Atlántico con el resto de la expedición. Cuanto antes volviera, mejor.

Cristiano Ronaldo dejó un vacío de poder en el ataque blanco con su salida rumbo a Turín. Los 137 goles que marcó el portugués en las tres últimas temporadas suponen una sombra demasiado alargada para cualquier sustituto que intente comparársele en puntería, pero en galones el asunto es bien distinto. Sin Cristiano y con Lopetegui, y después de brillar en Rusia en las condiciones menos favorables, la temporada de Isco se presenta como la definitiva.

Al fin parte como fijo

Lleva cinco en el Real Madrid, en las que ha ganado cuatro Champions, una Liga y una Copa, pero siempre con la sensación de no haber explotado todo su potencial. En ninguno de los cursos ha superado los 2.400 minutos en Liga, mientras que en su última campaña en el Málaga pasó de los 3.000. Ni con Carlo Ancelotti ni con Rafa Benítez fue fijo, y la llegada de Zidane sólo complicó su situación. El francés apostó, desde el primer día e incondicionalmente, por la BBC, e Isco llegó a plantearse su salida del club.

Lopetegui, sin embargo, mantuvo su confianza en el malagueño con la selección. Le incluyó en cada convocatoria en la fase de clasificación para Rusia, de la que sólo se perdió los dos primeros partidos contra Liechtenstein e Italia, y le recuperó para la causa. Le conocía de las categorías inferiores y sabía que podía llevar la batuta de La Roja. Poco a poco fue aumentando su participación hasta convertirle en indiscutible en el tramo final. Para entonces el fútbol de Isco también había convencido a Zidane, que le abrió las puertas del once a principios de 2017 y no se las volvería a cerrar.

Arranca el Real Madrid la gira por Estados Unidos, un país que alucinó con Ronaldo, Beckham y Zidane hace catorce años y desde entonces se convirtió en el resort de cabecera de Florentino Pérez. Esta temporada el destino, en vez de Los Ángeles, será Miami. No habrá paseo de las estrellas, ni literal ni metafórico, porque el club blanco se ha resistido a entrar en la vorágine del mercado y romper la hucha por un Eden Hazard o un Harry Kane que realce los sondeos de popularidad. De Neymar y Mbappé, reafirmados por el PSG, tampoco hay noticias en Valdebebas. La afición blanca empieza a ponerse nerviosa. Lopetegui sí que está tranquilo: el timón de su equipo lo agarra Isco.

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