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La plantilla y cuerpo técnico del Sámano se conjura para mantener la buena dinámica. :: maría gil lastra

De víctima a revelación

El Sámano llegó a Tercera División como candidato al descenso. Doce jornadas después es sexto y se codea con los grandes favoritos

JOSÉ COMPOSTIZO

SÁMANO.

Miércoles, 1 de noviembre 2017, 11:48

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La Tercera División cántabra ya ha encontrado al equipo revelación después de haberse disputado un tercio de Liga. Y es que el Sámano ha conseguido ganarse un hueco entre los equipos de la máxima categoría del fútbol regional de Cantabria. Con sólo dos derrotas en doce partidos, se sitúa a solo dos puntos de los puestos que dan acceso a jugar la fase de ascenso a Segunda B. De ser una víctima propiciatoria para agenciarle una de las plazas de descenso a Regional Preferente, a codearse con los mejores.

El equipo de Andoni Guerrero, no en vano, está haciendo historia en la pedanía samaniega de Castro Urdiales y vive su mejor momento deportivo en los 47 años de vida que tiene el club naranja. Vive su particular sueño y, en lugar de mirar hacia abajo, se permite el lujo de levantar la cabeza y observar un prometedor horizonte.

El Sámano encaraba la temporada con el claro objetivo de eludir un descenso para el que partía como uno de los favoritos. Es lo que tiene ser un modesto recién ascendido. Pero, en una declaración de intenciones, el equipo encadenaba los cinco primeros partidos consecutivos sin conocer la derrota. Una patada a la puerta de entrada a la categoría. Un arranque muy peleado, ya que los buenos resultados no iban a estar exentos de remontadas agónicas. De esas que fortalecen al grupo.

Y es que el conjunto que dirige Guerrero tuvo que ir a contracorriente en el encuentro ante el Solares (1-1) y, sobre todo, en el choque frente a la Gimnástica. Ante el principal candidato al título cuando se repartieron las etiquetas allá por el mes de agosto, los naranjas tuvieron que reponerse tras empezar perdiendo por 0-1, aunque el gol de Zorrilla de penalti puso las tablas en el marcador para tumbar al cuadro blanquiazul.

Por si alguien empezaba a levitar, las derrotas hicieron volver a poner los pies en el suelo. Los castreños perdieron 3-0 frente al Laredo y posteriormente en San Román contra el Rayo Cantabria (1-0). Eso sí, para entonces el Sámano ya empezaba a ser tenido en cuenta por los grandes.

Los tropiezos no hicieron sino renovar las ilusiones del grupo. A las derrotas les han sucedido, otra vez, cuatro partidos sin hincar la rodilla en el césped: Cultural (3-1), Velarde (0-3), Cayón (1-0), y el Selaya (0-1). De tres en tres. Ese ritmo le colocó en la quinta plaza, rozando con las manos los puestos de play off de ascenso a Segunda División B. La racha triunfal no pudo alargarse más, aunque los de Guerrero siguen sin perder. El último fin de semana, empataron en casa contra el Bezana.

«La verdad es que no esperábamos un inicio tan bueno. El club realizó cinco fichajes este verano y estos jugadores se han sabido acoplar a nuestra línea de trabajo, que es la misma que el año pasado en Regional Preferente. Eso es positivo», admite Liaño, un jugador que lleva la friolera de 29 años en la entidad. Ya ha llovido desde entonces en Vallegón.

Con doce jornadas disputadas, los naranjas se han confirmado como equipo revelación. Los datos hablan por sí solos: seis victorias, cuatro empates y dos derrotas (veintiún puntos de treinta y tres); invicto en casa; dieciséis goles a favor y nueve en contra; sextos en la clasificación. Una situación inesperada para un equipo que lucha por la permanencia. Ya tiene la mitad de los deberes hechos. A partir de ahí, a soñar.

La tabla muestra que sólo el Laredo (con 30 puntos), Tropezón (27), Escobedo (26) y Racing B (24) superan al conjunto naranja, que empata con la Gimnástica a 22 puntos. Su entrenador, Andoni Guerrero, confiesa que toma fotos de la clasificación después de cada jornada, desde hace semanas. No es para menos.

El equipo está practicando un juego atractivo, eficaz en área enemiga y, a la vez, seguro atrás. Se inspira en el Barcelona, según su entrenador, intentando recuperar el balón lo antes posible y avanzar con pases cortos cuando tiene la posesión. Apuesta fuerte. A pesar de todo, el Sámano no quiere confiarse y su objetivo sigue siendo la permanencia. «Hay que tener equilibrio entre confianza y humildad. Somos un grupo con bastante experiencia para no vernos demasiado bonitos. El objetivo es el mismo, mantenerse en Tercera y hasta no tener estos puntos que nos permitan estar tranquilos no vamos a hablar de otra cosa. Queda mucho camino y sabemos de dónde venimos. Disfrutamos de los cumplidos, de que la gente crea en nosotros, pero es demasiado temprano para soñar con meternos en la fase de ascenso, por ejemplo», confiesa el técnico.

Por delante queda una temporada en la que debe confirmar si las buenas maneras apuntadas se mantendrán, pero lo cierto es que el inicio del equipo es realmente bueno. Pese a ello, el hecho de no haberse enfrentado a Tropezón, Racing B y Escobedo puede ser un golpe de realidad en un futuro no muy lejano.

Once tipo

El once más habitual del equipo es el formado por Del Río, Iriarte, Moreira, Gonzalo, Igor, Robín, Xavi, Guipu, Guindi, Chepe y Zorrilla. Todos ellos colocados en un 4-4-2 muy básico pero que, a la vista está que está dando sus frutos. No obstante, otros jugadores como Liaño, Garmendia, Kevin, Cristian, Álex, Velar, Eneko o Juan están entrando en los onces titulares para dar descanso a determinados futbolistas. Aquí todo el mundo es importante. El que no rota nunca es Gonzalo, un jugador que llegó este verano procedente del Laredo y que hoy lidera a su equipo.

Los de Guerrero no conocen la derrota en su campo del Vallegón desde el 1 de octubre de la pasada campaña, cuando cayeron frente al Santillana por uno a dos. Más de un año. Porque el Sámano ha convertido su casa en un fortín. Ni siquiera el cambio de categoría ha cortado la dinámica, con cuatro victorias y dos empates como local.

Hoy, precisamente, visita al Santillana en el Carlos Alonso. Una cita perfecta para vengarse de aquella derrota en Vallegón y para seguir hacia adelante sin levantar el pie del acelerador. El Sámano no se pone límites.

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