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Un valioso triunfo como punto de partida para el Rayo Cantabria
Dalisson y Mario, los dos únicos fichajes del filial para este curso, anotaron los tantos del conjunto rayista, de más a menos hasta acabar pidiendo la hora
Samuel García
Ourense
Domingo, 4 de septiembre 2022, 20:37
Talento y trabajo. Con esa acertada combinación consiguió la victoria en el estreno liguero el Rayo Cantabria en su visita al debutante Ourense CF (1- ... 2). Le faltó mayor simultaneidad a los dos elementos para cerrar un partido completo. Fue muy positivo el primer tiempo, con el gol de Dalisson –en un penalti inexistente– como cumbre a una propuesta que desarmó al oponente. Mario, en el reinició, duplicó una renta que el revulsivo Borja Domingo redujo de cabeza. El desgaste físico y los problemas para conservar la posesión exigieron un ejercicio de resistencia al filial, vulnerable ante el bombardeo en el que el bloque ourensano desperdició tres claros testarazos.
Cargado de intensidad estuvo el comienzo del choque en O Couto, un campo histórico que el filial racinguista no visitaba desde hace casi 16 años y que languidece a la espera de una reforma que llega tarde. A la pobrísima imagen de la vetusta infraestructura contribuye el lamentable estado del terreno de juego, quemado o embarrado según la estación; inaceptable de forma permanente.
Ourense CF
Marqueta; Isra (Arribas, min. 60), Portela (Gonzalo, min. 83), Ebuka, Hugo Sanz; Jerin Ramos, Manu Rodríguez (Varela, min. 60); Nacho Fariña (Alberto Gil, min. 75), Gabri (Borja Domingo, min. 60), Tiago; y Amin.
1
-
2
Rayo Cantabria
Pablo Díez; Jorrín, Mirapeix, Álvaro Martín, Mario; Gete, Campo (Mateo, min. 70); Izan (Marco, min. 62), Yeray (Neco Celorio, min. 84), Dalisson (Juan Casar, min. 84); y Jorge Delgado (Jeremy, min. 84).
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Árbitro: Álvarez Rodríguez (Comité castellano y leonés). Amonestó al local Borja Domingo y a los visitantes Mirapeix y Campo.
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Goles: 0-1 Dalisson, de penalti (min. 11). 0-2 Mario (min. 47). 1-2 Borja Domingo (min. 64).
No había por tanto margen para el juego fino, aunque lo intentó el colectivo pontino, de estreno en la categoría. La apuesta visitante fue una presión en tres cuartos de campo, con la pretensión de explotar las transiciones y aprovechar la vocación ofensiva de los laterales alineados por Rubén Domínguez. La brega en los duelos directos y el intercambio de posesiones marcó la puesta en escena de un duelo en el que cobraron protagonismo Tiago y Amin, que reclamó de forma tímida un penalti al ser trabado por Jorrín en el momento de golpear.
En el minuto diez, el trabajo en la presión de Dalisson obtuvo premio. Recuperó la posesión tras bloquear un despeje de Isra, situación que le permitió internarse en el área, donde cayó ante la presencia de Jerin Ramos, exracinguista, que no llegó a tocar al escurridizo atacante brasileño. En la pena máxima, mostró calma para batir por el centro a Marqueta.
Explotó el golpe anímico el Rayo Cantabria para mantener el pulso bajo control en los siguientes minutos, generando algún acercamiento antes de encontrar respuesta. Los anfitriones se recuperaron cuando volvieron a controlar el balón, llegando a acariciar Hugo Sanz la igualada con un zurdazo al lateral de la red tras una doble triangulación en las proximidades del área.
El Rayo Cantabria cambió de registro, priorizó el orden táctico para mantener desconectados a Tiago y Gabri y forzaron con la presión fallos del rival para volver a pisar el área rival. Dalisson testó a Marqueta con un zapatazo desde la frontal del área que salió demasiado centrado. Poco después, ya cerca de la media hora, Álvaro Martín encontró un balón muerto a la salida de un córner que se perdió cerca del palo, e Izan, tras un mal pase de Marqueta, chutó para probar suerte desde muy lejos. Con muy poco generaba sensación de peligro un Rayo Cantabria mordiente en transiciones, y que no llegó al descanso con mayor renta por el acierto del meta local para desviar un disparo de Jorrín en el rechace de otro saque de esquina.
Pero la enorme diferencia que se percibía sobre el césped se trasladó al marcador justo en el reinicio, en una contra liderada por Dalisson en la que asistió para la llegada de Mario, que terminó por fusilar con la zurda a Marqueta. El tanto sirvió para agitar a un equipo auriense que ganó presencia en campo contrario mientras su técnico buscaba alternativas en el banquillo. Nacho Fariña exigió el vuelo de Pablo Díez para sacar de la escuadra un potente disparo desde el interior del área. Al Rayo, cada vez con menos orden y fuerzas, le empezaron los apuros en los balones colgados y el potente Borja Domingo, uno de los tres cambios locales a la hora de encuentro, recortó diferencias cabeceando un centro lateral. Con un oficio impropio de la edad de sus jugadores, el Rayo Cantabria fue capaz de frenar la ofensiva deteniendo el ritmo, exprimiendo los parones y ajustando el bloque defensivo al ver que ya no llegaba en la presión. Los cambios dieron aire, pero el escenario de la primera parte ya no había forma de recuperarlo. En repliegue fue capaz de solventar el Rayo Cantabria las embestidas con entereza, con el único lunar del juego aéreo. No ayuda la falta de centímetros de la zaga, pero el mayor factor fue la falta de decisión del meta rayista para salir a defender el área pequeña. Hasta tres cabezazos a bocajarro comprometieron hasta el final la alegría cántabra
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