Dos cántabros en la gran fiesta del rugby

Va a ser un día para recordarlo toda la vida. De los de contar a hijos y nietos. Porque lo de mañana a la una de la tarde en Valladolid ya es, y ni siquiera se ha jugado el partido, historia del rugby español. Quesos Entrepinares y Silverstorm El Salvador, los dos equipos pucelanos, juegan la final de la Copa del Rey. Una edición más del torneo si no fuera porque se va a celebrar ante 26.500 personas que abarrotarán el estadio José Zorrilla. Desde hace más de una semana no hay entradas y hay hasta reventa. Y por primera vez en la historia del deporte oval patrio, quien da con su título el nombre a la Copa, el rey Felipe VI, entregará el trofeo al ganador. Será un día que puede cambiar para siempre el devenir de un deporte al que en España le cuesta avanzar y que necesita de un acontecimiento así. Y en un lugar de privilegio, en el prao o en el banquillo con sus compañeros, lo vivirán dos cántabros.

Sergio Valverde (Perrozo, 1990) y Manuel Mora (Santander, 1985) forman con los azules del Quesos Entrepinares. Los dos están alucinados con la que se ha montado en Valladolid para una final que ha desbordado todas las previsiones. «Pensábamos que irían 6.000 u 8.000 personas. Lo normal», señala Mora. Entre entradas e invitaciones, en Valladolid se hablaba de 14.000 espectadores para llenar el anillo inferior del campo pucelano. Pero el hecho de jugarse en un estadio de fútbol y la perspectiva de partido grande ha hecho que la bola vaya rodando y el interés aumentó no solo en Valladolid, sino en media España. «Así, tuvieron que abrir el anillo superior del estadio y la semana pasada, ya se habían terminado las entradas», destaca Sergio Valverde. Hasta los jugadores de ambos equipos las tienen contadas. «Yo tengo seis, solo para mi familia», comenta el primera línea de Perrozo. «A ver si puedo conseguir alguna más para los amigos que me están pidiendo».

Ninguno de los dos cántabros ha vivido algo parecido en su trayectoria como rugbier. Mora, internacional con España en varias ocasiones, ha jugado «en Alemania ante unas 9.000 personas. Pero esto... Ni en mis mejores sueños, que era esa cifra de unas 13.000 personas. Espero que si alguien tiene miedo escénico, sea El Salvador», destaca entre risas el segunda línea santanderino. Por su parte, Sergio Valverde ha tirado «de internet, con algún vídeo» para hacerse una idea de lo que es un campo de rugby con tanta gente. Además, los dos cántabros apenas tendrán ocasión para familiarizarse con un entorno tan distinto a su Pepe Rojo, el campo en el que juegan sus partidos tanto el Quesos como El Salvador. Como ocurrió con El Sardinero en aquella eliminatoria por al ascenso a División de Honor entre Bathco y Alcobendas, los rugbiers apenas podrán entrenar en el campo de fútbol. «Apenas hemos podido verlo ayer, con un poco más de tiempo para los pateadores, para que se habitúen», destaca Valverde.

Opciones

Quien más oportunidades tiene de estar en el quince de los queseros es Manu Mora. El santanderino es un habitual en las alineaciones de Diego Merino. Mientras, Valverde viene de una lesión. «He estado cuatro meses sin jugar», reconoce, y hasta última hora será duda entre los 23 elegidos de la gran plantilla que tiene el Quesos Entrepinares. «Hay alguna baja, pero la gran mayoría de los jugadores está disponible para el partido», señala Mora.

Además de ilusionados por sumar un nuevo título en su palmarés, los dos jugadores cántabros del Quesos esperan que el día de mañana sea «un antes y un después para el rugby español», apuntan ambos. Ese lleno histórico de un campo de fútbol para ver un encuentro de rugby ha hecho que muchos medios de comunicación se vayan a fijar en esta final de Copa. «Va a ser un gran evento para que disfrutemos los jugadores y el público», concluye Valverde. «Y para que se puedan atraer más espectadores y patrocinadores para este deporte».