La atleta que fue descalificada por ayudar

Aina Cinca no lo dudó. Delante suya, a diez metros de la llegada, la islandesa Iris Anna Skuladottir trataba de completar la carrera de 5.000 metros como fuera, primero a trompicones y después a gatas. Debía llegar a meta y para lograrlo contó con la ayuda de la fondista andorrana, que en lugar de adelantarla y ganar un puesto, se paró, la agarró y juntas cruzaron la meta en los Juegos de los Pequeños Estados que se celebró en el Principado. Un gesto que conllevó el aplauso unánime de atletas y aficionados, pero también una descalificación por ayuda indebida a un rival.

Cinca no daba crédito a lo sucedido justo después de cruzar la meta, cuando un juez le notificó la descalificación. La atleta desconocía esa norma que sobre la pista fue aplicada de forma correcta por el juez árbitro porque así consta en el reglamento, pero que en la práctica carece de cualquier sentido deportivo al tratarse de un gesto de compañerismo donde la andorrana no sacaba níngun beneficio. Al contrario. De poder finalizar sexta sin mediar ayuda a la atleta islandesa a ser descalificada y borrada de la clasificación de la final de 5.000 metros por un gesto que se ha ganado el corazón del mundo del atletismo.

Ambas fueron protagonistas de una competición muy poco conocida como son los Juegos de los Pequeños Estados de Europa, una competición multideportiva de carácter bianial que fue impulsada por la República de San Marino y que vio la luz en 1985, con Andorra, Chipre, Islandia, Liechtenstein, Luxemburgo, Malta, Mónaco, Montenegro, San Marino y Vaticano como países participantes. En esta edición ya finalizada, Andorra fue el país anfitrión de un evento que en 2027 se celebrará en Mónaco.