Secciones
Servicios
Destacamos
Santander
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Jueves, 21 de junio 2018, 07:27
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
El cartel era de los buenos. Ocho toros, ocho, para una tarde de bolos en el corro de El Ferial. Quizá un Víctor González habría terminado de alinear los astros en la arena de Gama, pero había protagonistas para presenciar una buena faena. Incluso, una igualada competición. Sin embargo, Jesús Salmón decidió ayer que todo lo que se pudiese ganar en el Memorial Pepín Lastra era para él. El camargués no dejó ni las migajas. Y eso que tiene tantos trofeos que cualquier día le echan de casa. Es lo que tienen los grandes jugadores. El depósito de la ambición no se agota nunca. Suma. Sigue. Y seguirá sumando.
El aún jugador de Hermanos Borbolla llegó a Gama pisando el acelerador y no lo soltó hasta que regresó a Camargo para cenar. En la primera ronda de la competición se quedó a gusto con un registro de 147 bolos al que ninguno de sus contrincantes pudo, ni siquiera, acercarse.
Así, el resto de competidores fueron haciendo sus tiradas para buscar uno de los puestos en la final a tres para acompañar a Jesús Salmón. Raúl Fernández (100) y Noel Gómez (101) se quedaron muy lejos. A años luz. También el anfitrión, el de Ambrosero, Gabi Cagigas, que se tuvo que conformar con una cifra de 116 palos caídos, uno menos que los que sumó Ramón Pelayo.
Jesús Salmón había puesto el listón a una altura inalcanzable y eso que al final sus dos rivales en la gran final de este Memorial Pepín Lastra estuvieron finos desde el tiro y desde el birle. Sin embargo, sus 139 bolos finales no fueron suficientes para que el camargués les viese, al menos, por el espejo retrovisor. Eso sí, la final les iba a dar una segunda oportunidad de tumbar al futuro jugador de Peñacastillo. Quien no dispuso de esa posibilidad fue Rubén Rodríguez, quien con 122 se tuvo que conformar con la cuarta plaza de la primera ronda.
Con tipos de Jesús Salmón en las boleras no hay golpes de suerte que valgan. Los bolos que caen no lo hacen por casualidad. Donde pone el ojo, pone la bola. Y si fue el mejor en el inicio de la competición, también quiso serlo con la copa esperando propietario.
Fue una final mucho menos fructífera que la primera ronda en cuanto a bolos y el camargués logró que no hubiese igualdad. Rubén Haya se tuvo que conformar con la tercera posición tras derribar 123 bolos. El otro gran favorito de la tarde -y de todas las demás tardes-, Óscar González, no pasó de los 124. Y así, después de mandar 135 maderos a besar el suelo, Jesús Salmón se marchó de Gama con el trofeo debajo del brazo. La veda está abierta para el camargués, que mañana tendrá otra cita para seguir atropando metales. Será en Los Corrales, donde tendrá enfrente a su futuro compañero de equipo, que quiere ocupar su hueco: Víctor González.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.