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La formación femenina del Sardinero vive un gran momento. Por el siempre meritorio rendimiento del primer equipo en Liga, vivo en la lucha por la permanencia, pero por algo más. Y es que el futuro apunta muy bien en el club presidido por Chani Galán. ... Así lo han demostrado sus categorías inferiores en las competiciones coperas de fin de año, donde sus plantillas femeninas han ofrecido un gran rendimiento. Tanto como para hacer historia. Y por partida doble, estableciendo un nuevo hito en un club que ya es de por sí todo un clásico del hockey español.
La gran celebración llegó con el subcampeonato en la Copa de España juvenil, celebrado como un éxito a pesar de que no se pudiera redondear con una victoria en la final. Y para adornar más aún el fin de año llegó la medalla de bronce en el Campeonato de España cadete de hockey sala disputado en Málaga, algo de nuevo inédito en la historia del club. Nunca antes las categorías inferiores del equipo femenino habían llegado tan lejos. Dos éxitos en dos especialidades diferentes que han permitido de nuevo al club, pese a su sencillez y modestia, codearse con los mejores clubes del país. «Es un éxito de todo el equipo y algo que ayuda a entender que pese a todo si uno se esfuerza se puede conseguir. Es algo inspirador para todos», explica Diego Rodríguez, entrenador de ambas plantillas.
Las juveniles lograron colarse en la final, donde empataron en el tiempo reglamentario (2-2) y cayeron ante la Real Sociedad en la suerte final -o la lotería, como se prefiera- de los 'shoot out'. Por su parte, las cadetes fueron sorteando rondas para caer en semifinales y vencer posteriormente en el partido por el tercer y cuarto puesto al Junior de Sant Cugat del Vallés.
El primer éxito llegó de manos de las juveniles «y realmente sirvió de inspiración», reflexiona a toro pasado su técnico. Ambas expediciones viajaron «en furgonetas, coches y como se pudo» en busca de una ilusión que llevaban persiguiendo muchos meses. «La intención era competir y llegar lo más lejos posible», recuerda Rodríguez. El éxito juvenil podía entrar en los planes «pero las cadetes fueron un poco una sorpresa, dado que incluso tuvieron que pelear su clasificación para poder estar presentes, pero luego se superaron».
Su entrenador recuerda «lo difícil que ha sido el camino; entrenando como locas cuando se podía y con mucho sacrificio». Ahora, echar la vista atrás «merece la pena»: «Ha sido un trabajo mental duro pero muy satisfactorio», explica. El resultado lo dice todo. Sin una liga propia en la que progresar y competir, aunque siempre con el incentivo de poder progresar hasta aspirar a jugar en División de Honor con el primer equipo, las categorías inferiores del Sardinero Hockey Club han logrado ponerse al nivel de formaciones con estructuras muy superiores. El futuro del Sardinero pide paso. Una buena noticia para un club que vive de su cantera.
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Ana del Castillo
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