Víctor y Salmón revalidan su título regional de parejas tras una gran final
Los de Peñacastillo entran en la final con 26 bolos de ventaja, pero la fe de Lolo Lavid y Carlos García les obliga a resistir durante el tramo final
En bolos, a veces los pronósticos se cumplen. No siempre, porque lo mismo que no hay dos bolas iguales no hay dos campeonatos iguales. Sin ... embargo, si sumas dos más dos, la mayoría de las veces sale cuatro. ste martes, en Orejo las matemáticas no fallaron y Jesús Salmón y Víctor González le dieron a Peñacastillo el Campeonato Regional de peñas por parejas de Primera categoría, el provincial de parejas de toda la vida, que con el cambio de denominación perdió su esencia y perdió emoción y con el paso de los años ha pasado a ser un torneo que se hace demasiado largo, como casi todos los concursos de parejas. Eso no resta un ápice de mérito a los ganadores, que vencen por segundo año consecutivo y que para hacerlo superaron en la final a la dupla de Andros formada por Carlos García y Lolo Lavid, que dieron una exhibición de fe, raza y calidad para poner en apuros a los campeones.
Arrimarse en estos tiempos a Víctor es sinónimo de éxito, y hacerlo a Salmón lo es desde hace 25 años, cuando ganó junto a Agustín su primer regional por parejas. Desde entonces han caído otros quince, mientras que su compañero acumuló el segundo en sus vitrinas. Los de Peñacastillo pusieron los tres primeros dedos sobre el trofeo a primera hora de la mañana, cuando en La Iglesia de Gajano derribaron 280 palos. Que, haciendo un cálculo sencillo, salen a 140 por brazo, en la línea habitual de la temporada. Otros 272 en Orejo certificaban su ventaja.
Solo quedaba apretar para que nadie les robase el título, algo que hicieron en su tirada de semifinales. Y eso que, esta vez, llegaban a la ronda con presión debido a la exigencia impuesta por Carlos García y Lolo Lavid, que se fueron hasta los 271 bolos. Para dejar claro quiénes eran los líderes, Salmón y Víctor abrieron con 81 palos en las dos primeras.
A raya alta la ventaja de los líderes se había reducido a tan solo tres bolos
Una riada de madera que les permitió administrar su ventaja. Y es que pese a marrar más de lo que lo habían hecho en todo el día, un emboque de Víctor llegó como bálsamo cuando peor lo estaban pasando, lo que les hizo pasar a la final con 26 de ventaja. Antes de la fase decisiva se produjo el momento más emotivo de la jornada, cuando la peña de Orejo homenajeó la figura de Nando de la Hoz, presidente de la peña Gajano, fallecido este pasado invierno entregando un ramo de flores a su viuda.
La final fue un ejercicio de fe, buen juego y raza de Lolo y Carlos, que desde las primeras bolas dejaron claro que iban a vender cara la piel. De entrada, 35 en las dos primeras, lo que les sirvió para recuperar nueve. Víctor dejó una bola en la caldera, los de Peñacastillo no encontraban su juego y, a raya alta, la final prácticamente se había igualado. La ventaja se había reducido a tres bolos.
En la quinta ambas duplas se marcaron atentas antes de que, en la sexta, Carlos embocase con su tercer lanzamiento, lo que les permitió salvar la tirada. Aguantaron Víctor y Salmón, resistieron otro arreón de 39 en la séptima y se plantaron en el epílogo con cinco de ventaja.
Carlos y Lolo sabían que no podían fallar. La tirada, con algún altibajo, fue de 33 después de que la última bola se fuera de uno. Los campeones lo tenían en su mano. Habían sufrido, habían aguantado los empellones de los rivales y ahora, les quedaba cumplir. Lo hicieron de sobra. Víctor y Salmón volvían a ser campeones regionales de parejas.
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